¿Se puede resucitar al marido? La viuda de Lou Reed lo ha hecho a su manera
La cuestión de fondo es si basta con reproducir gestos, palabras y colores de voz para satisfacer el deseo de eternidad, el deseo de vida del Lou Reed verdadero; con su espíritu, su vitalidad, su creatividad y todo aquello que enamoró a Laurie Anderson
La artista visual, Laurie Anderson, ha querido revivir la esencia de su amado, el famoso cantante Lou Reed, fallecido en 2013. A través de la inteligencia artificial (IA) Anderson ha tratado de imitar la imagen de su querido Lou, reproduciendo su vocabulario y su voz. De este modo, Anderson ha logrado una manera –sui generis–de seguir relacionándose con el genial líder de Velvet underground.
Animación artificial
Utilizando el extenso archivo de escritos, canciones y entrevistas de Lou Reed, la IA ha conseguido construir respuestas para las indicaciones de su compañera. A juicio de la viuda Anderson, la experiencia artificial ha conseguido proporcionarle momentos de conexión verdadera con el artista.
Tanto es así, que su experiencia se ha transformado en una exposición titulada I'll Be Your Mirror, en Australia. En ella, Anderson reflexiona sobre el legado y la continuidad de la creatividad de Lou Reed más allá de la vida, el tiempo y el espacio.
¿Basta el consuelo de una imagen?
Lejos de temer a la posibilidad de que la IA pueda algún día apropiarse de su trabajo, Laurie Anderson se consuela con la idea de una inmortalidad digital que guarde la esencia del ser amado. La cuestión de fondo es si basta con reproducir gestos, palabras y colores de voz con una IA para satisfacer el deseo de eternidad, el deseo de vida del Lou Reed verdadero, con su espíritu, su vitalidad, su creatividad y todo aquello que enamoró a Laurie Anderson.
Es el propio arte de lo cotidiano el que nos dice que, por muy bonitas que sean las fotos y los recuerdos, nunca conseguirán sustituir –o restituir– al ser amado que muere y que, al alejarse de nuestro mundo, muestra su verdadera trascendencia, su verdadero «lado salvaje de la vida» que antes desvelaba con su presencia.