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30 de junio de 2024

El cantante David Broza durante una actuación

El cantante David Broza durante una actuación

David Broza, cantautor israelí: «Los de Hamás no son demócratas, no respetarán a los cristianos tampoco»

El músico reflexiona sobre la crítica a Israel en un momento delicado de las relaciones con España y la profunda huella que ha dejado el 7 de octubre

David Broza (Haifa, 1955) está a punto de completar una gira por Norteamérica con una última parada en Canadá antes de regresar a Tel Aviv: «Llevo muchos años así, entre dos continentes». En entrevista con El Debate desde Nueva York, reflexiona sobre la crítica a Israel en un momento delicado de las relaciones con España y la profunda huella que ha dejado el 7 de octubre para futuras generaciones de israelíes y palestinos.

Considerado uno de los cantautores con mayores ventas en Israel, su icónico álbum Haishá Sheití (versión en hebreo de La mujer que yo quiero, de Serrat) ha cumplido cuatro décadas, que ha celebrado en los escenarios. Con un cariño especial por España, donde vivió su juventud, Broza se dio a conocer en nuestro país con Raquel, que compuso junto a su amigo Jorge Drexler como tema principal de la popular serie de televisión Raquel busca su sitio (2000).

Traducciones de Serrat o Cecilia

Las traducciones al hebreo del poeta y autor israelí Yehonatan Geffen (fallecido el año pasado) de letras de Serrat, Manzanita o Cecilia, llevaron a Broza al estrellato en su país, y a querer ir más allá para promover el entendimiento entre israelíes y árabes. Ambos amigos comenzaron a tocar poco antes de la histórica visita del presidente egipcio Anuar Sadat a Jerusalén en 1977, prolegómeno del tratado de paz dos años después.

Su canción bandera, Yihye Tov (Todo irá bien), compuesta por Geffen, es considerada todo una declaración por la paz entre Israel y el mundo árabe. Sadat fue asesinado en 1981, pero Egipto fue el primer país árabe en firmar un acuerdo de paz que sigue vigente.

–Se han cumplido 40 años del disco que llevó la música española a todas las casas de Israel. ¿Lo sigue celebrando?

–Voy a seguir celebrando el álbum hasta que se me caigan los dedos. Es un disco que está en todas las casas en Israel, sigue sonando por las emisoras de radio y no se han cansado de él. A mí me da mucho gusto, los conciertos son largos y voy cambiando el repertorio y los temas.

–¿Siguen pensando algunos israelíes que las canciones de Serrat son suyas?

–Según lo que cuenta Serrat, cuando fue a Israel en 1985 le dieron las gracias por cantar las canciones de David Broza (se ríe). Eso no le hizo mucha gracia.

–Este año ofreció dos conciertos en Madrid y Barcelona después de 20 años de ausencia, ¿cuáles fueron sus sensaciones?

–España es parte de mi alma, algo muy profundo y no tengo ni que pensar porqué me encanta España, la he llevado siempre dentro. He dedicado mi arte a la guitarra española, aunque vengo del rock & roll, pero en el tema del sonido, el punto de vista y la actitud, sigo teniendo mucho de España.

Cuando regresé a Israel a los 18 años (tras vivir 7 años en España) no hablaba bien el español. Pero después de editar mis propios álbumes y giras por todas partes me dediqué a mejorarlo. Es verdad que no había dado conciertos en casi 20 años en España, no entiendo ni cómo pasó. He dado estos dos conciertos en Barcelona y Madrid (febrero, salas Galileo y Luz de Gas), que resultaron muy íntimos y especiales. Madrid es mi ciudad y debería volver más porque estamos en una época muy dura.

Estamos en el punto de que se quiere quemar a los judíos, esto no tiene nada que ver con la crítica

–Las relaciones entre España e Israel se encuentran en sus momentos más bajos desde el establecimiento de relaciones diplomáticas. ¿Cómo le toca este tema en lo personal?

–Se les da mucha importancia a los políticos, pero los políticos hacen cosas por la política. Tienen que seguir echando leña a sus ideologías y al público que les vota.

Pueden criticar a Israel, eso está muy bien, yo critico a Israel, hago las mismas críticas que hacen los críticos más grandes, pero es mi país. Yo me manifiesto, practico la democracia, pero ellos (políticos) no, ellos hacen política.

¡Por favor, critica lo que quieras, pero haz una crítica constructiva! Pero no, casi estamos en el punto de que se quiere quemar a los judíos, esto no tiene nada que ver con la crítica. Esto daña mucho la vida del judío en el mundo, que no se siente seguro.

No veo nada positivo en practicar el boicot. Cuando haces un boicot vas borrando a la otra persona porque no piensas como ella

–Con su música ha tratado siempre de acercar las culturas: la española y la israelí, la fusión de diversas tendencias, la música de autores judíos y árabes. ¿Cree que contribuye al acercamiento verdadero de las culturas en los tiempos que corren?

–Sin duda, además hace mucha falta. En esta época es muy difícil intentar hacer cosas no por demostrar que se hacen, sino para construir puentes entre las culturas. Es difícil, pero llevo mucho tiempo, casi 50 años de mi vida, dedicándome al tema de la convivencia. Los palestinos con los que he trabajado y mantengo buen contacto, seguimos siendo muy amigos y preocupándonos, cada uno por lo suyo, pero también por nuestro futuro.

–Hoy en día los llamamientos al boicot cultural a todo lo que suene israelí están a la orden del día. ¿A usted le han salpicado?

–No, además yo soy antiboicot. No veo nada positivo en practicar el boicot. Cuando haces un boicot vas borrando a la otra persona porque no piensas como ella, porque no puedes solucionar los problemas de otra manera. Tenemos que seguir hablando, mirándonos a los ojos. Yo, por mi parte, tengo que seguir cantando para todos.

¿Vas a boicotear y cancelar una cultura por temas políticos? ¡Por favor, mundo mío!, ¿para qué está la ONU?, ¿qué se está apoyando exactamente? Los de Hamás no son ningunos demócratas, son secuestradores, no respetarán a los cristianos tampoco. Si destruyen a Israel y al mundo judío, el que sigue es el vuestro. Ya lo han hecho, no creas que no va a pasar otra vez.

Israel tiene muchos fallos, como España, nadie es perfecto. Hay que trabajar y hablar. Nosotros tenemos extremistas en nuestro país, como los palestinos tienen extremistas, o España. Pero el 95 % de la población no lo es.

Es un gran error en la historia no reconocer al palestino. Hay que tener un plan y poner a gente responsable

–¿Se siente representado por Benjamín Netanyahu?

–En absoluto. No voy a dar una lista de críticas, no vemos el mapa político de la misma manera. Lo que me preocupa es mi sociedad. Toda mi energía está ahí, así que lo que digo es que no tengo confianza en el Gobierno, ni en la manera en que se maneja.

El primer mes tras el 7 de octubre no había ni Gobierno, y 8 meses después tampoco funciona porque está preocupado por temas políticos. El Gobierno en Israel tiene una única pierna en lugar de dos.

–Como activista por la convivencia entre judíos y árabes, ¿cómo vive lo que está sucediendo en Israel, Gaza?

–Es muy triste lo que está pasando. Hamás fue irresponsable, no hablo de cómo iniciaron el ataque, sino porque sabían que si hacían algo así, Israel iba a destrozar sin control. Esta situación es insoportable.

Lo que falta es un plan de paz. Lo que empezó (el asesinado presidente egipcio) Sadat, lo que siguió (el difunto rey) Husein de Jordania (segundo en firmar un acuerdo de paz con Israel en 1994). Hoy no hay un plan y es culpa de este Gobierno. No quiere la paz.

Es un gran error en la historia no reconocer al palestino. Hay que tener un plan y poner a gente responsable (a gobernar) porque si no, la sangre va a seguir derramándose en ambos lados. Pero sí tengo esperanza, porque el ser humano de a pie necesita la paz.

Yihye Tov (Todo irá bien, en hebreo) fue su primera composición que, 50 años después, sigue siendo un himno por la paz. ¿Cree de verdad que todo irá bien?

–Claro que sí. Pero 'todo' no es un concepto. Lo que digo es que va a ir mejor, va a haber soluciones a todo porque Israel no va a destruirse, el país tiene cimientos ideológicos y cultura. Es nuestro único puerto al que podemos entrar como judíos en el mundo. Nunca me había preocupado el tema de si Israel iba a existir o desaparecer.

Pero hoy me inquieta la situación a nivel social, la división entre ciudadanos. Hay una tristeza tan grave en Israel que me da miedo que llegue a la leche de la madre. Si el bebé va tragando esa leche con tristeza, amarga, sin dulzor... el resultado será muy preocupante.

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