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Paco de Lucía durante un concierto en Hamburgo en 2007

Paco de Lucía durante un concierto en Hamburgo en 2007GTRES

Diez frases de Paco de Lucía, el genio de la guitarra que era un sabio sin estudios

Fue humilde y tuvo memoria. Casi un filósofo sin instrucción, pero un hombre con lecturas, donde buscó todo lo que le faltaba

Hace diez años que Paco de Lucía se murió. Y con él se murieron su arte, que pervivirá para siempre, y la sabiduría que aún estaba por llegar y que venía del arte, de la práctica del arte y de sus inquietudes más allá de él.

El niño Paco dejó de ir al colegio a los diez años para dedicarse en exclusiva a la guitarra. Fue el destino del joven y la decisión del padre. Fue niño prodigio relativo porque lo que fue verdaderamente es un niño dedicado a trabajar en la guitarra.

Primero se convirtió en un virtuoso de la técnica y luego encontró su camino en el arte que no hubiera encontrado de otra forma. Él quería ser cantaor y los dones no le llegaron por esa parte, pero dio igual: estaba destinado a la grandeza y a la búsqueda.

Y en el camino alcanzó las alturas por las que se le llamó «el Mozart español» que fue mucho más sabio que el infortunado Wolfgang y que sacó enseñanzas, las vio, de todos los aspectos de su existencia y de su carrera.

diez frases de paco de lucía:

  • «La guitarra me ha ofrecido la capacidad de poder expresarme con el resto del mundo sin utilizar la palabra».
  • «Eso de la inspiración es mentira. Eso que decimos los artistas de la inspiración, todo mentira. A mi lo que me gusta es estar tumbado».
  • «-¿Es usted anárquico o disciplinado?
    -Totalmente anárquico. Por eso me someto a una disciplina».
  • «La barriga se sacia rápido, el espíritu no se sacia nunca».
  • «Tocaba con rabia para combatir la inseguridad que me proporcionaba ser solo un guitarrista».
  • «Necesito saber en cada disco que me estoy jugando la vida. Y no es cuestión de dolores de espalda. Es una lucha contra el tiempo, la edad, la falta de energía, de estímulo».
  • «Es muy importante no perderse de la tradición porque ahí es donde está la esencia, el mensaje, la base. Sobre ella si puedes ir a cualquier sitio y escapar pero sin dejar nunca esa raíz porque, en definitiva, la identidad, el olor y el sabor del flamenco están ahí».
  • «Mi único sueño, realmente, es echarme a una hamaca y llevarme todo el día acostado. La vanidad es algo que muy pronto se llena, al halago te acostumbras enseguida, pero yo ya estoy muy cansado. Eso sí, no voy a retirarme, hay un cabrón dentro de mí que no me deja».
  • «Siempre creí que la musa venía cuando ella quería y es mentira, llega trabajando».
  • «Para mí lo más importante cuando uno aborda un proyecto nuevo es crear la sorpresa. Y eso es lo que busco, el lugar por donde no ha pasado nadie, que el que escuche se sorprenda, y es muy difícil, porque todos vamos por lugares comunes. Sólo si me sorprendo a mí mismo sorprendo a los demás».

Fue humilde y tuvo memoria. Casi un filósofo sin estudios, pero un hombre con lecturas, donde buscó todo lo que le faltaba, las respuestas que tenía y que quizá no sabía cómo explicar. Las sabidurías íntimas que dejó para su familia y para sus amigos.

Vida y obra más allá de la guitarra. En la curiosidad, en el afán de la felicidad y del sentido de la vida, en la sencillez y en la calle: por no estudiar, no estudió ni música, ni guitarra, la que tocó y tocó guiado por las sensaciones y por el sentimiento.

Murakami y Flaubert

Paco de Lucía fue un clásico que leía a los clásicos. Dicen que le encantaba Murakami, casi como el mismo les encantaba a los japoneses. Contó su mujer que se emocionó cuando terminó Madame Bovary y no es difícil y sí (y también) emocionante imaginarle conmovido con las cosas de Flaubert. Alguien que decía cosas tan profundas como el genio francés, pero en el español más universal.

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