Francia sigue adelante con la ley del mínimo esfuerzo, gana en penaltis y será la rival de España

El segundo partido de cuartos de final no tuvo brillo. Francia y Portugal ofrecieron muy poco y se dejaron toda la emoción para el final, para los penaltis. Ahí el héroe ante Eslovenia, Diogo Costa, no apareció y Joao Félix, que entró en la segunda parte de la prórroga, se convirtió en el villano. Mal momento el que está viviendo el todavía jugador del Atlético de Madrid.

Es difícil decir si Francia es justa semifinalista. Nunca en la historia una selección se había plantado en esta ronda sin saber lo que es marcar un gol de jugada. Dos goles en propia y un penalti convertido por Mbappé son los tantos celebrados por Les Bleus en lo que cinco partidos que llevan de torneo. Tremendo, la Francia de Deschamps sigue fiel a su rácano estilo porque le funciona.

Saltaron al césped Portugal y Francia pocos minutos después de que en Stuttgart España se hubiese cargado a la anfitriona. Por tanto, los dos conjuntos sabían ya que eran los de Luis de la Fuente quienes esperaban rival para las semifinales del próximo martes. De todos modos, al equipo más en forma del campeonato le daba igual uno que otro. Ambos eran considerados mejores que España antes de que empezara la Euro y ahora todo lo contrario.

Francia, consciente de su poco gol y su solidez defensiva, trató de conseguir pronto un botín que después hacer bueno. Así pues, los de Didier Deschamps salieron con la idea de coger la pelota y encerrar a Portugal. No les salió mal durante los primeros cinco minutos, pero pronto los lusos quisieron la pelota y se convirtió en un duelo de tú a tú.

Pocas ocasiones

Faltaron ocasiones durante los primeros 45 minutos. Hubo tímidos intentos de ambos conjuntos, pero las estrellas estaban grises. Griezmann totalmente desaparecido, Mbappé más pendiente de su máscara y en Portugal, Cristiano al nivel habitual de esta Eurocopa y Bernardo Silva sin entrar en juego.

Fueron Bruno Fernandes por Portugal y Theo Hernández para Francia quienes dispusieron de las ocasiones más claras. Claras por decir algo, porque en ningún momento se mascó el gol y tanto Diogo Costa como Mike Maignan se marcharon al vestuario sin sudar ni una gota. Ambos equipos se estuvieron tanteando y el tanteo terminó durando toda la primera parte.

Mejoró la cosa en la segunda parte. Tampoco era difícil. Portugal y Francia lo intentaron un poco más, aunque el miedo a perder seguía siendo más grande que las ganas de ganar. Aun así, lo intentó nada más empezar Mbappé desde la frontal, pero Costa –portero de la Eurocopa– estuvo atento y no se dejó sorprender.

Respondió Portugal con mucha más fuerza y Maignan sostuvo a los galos. Un disparo raso y cruzado de Bruno Fernandes acarició el gol, pero se encontró con las manos del guardameta francés. La cosa no quedó ahí y minutos después la volvieron a tener los lusos. Leao se marchó por banda, dio el pase de la muerte a Vitinha, que le salió el disparo justo a donde estaba Maignan. La más clara del partido.

Deschamps movió el banquillo

No gustó nada a Deschamps el dominio de Portugal y movió ficha. Sentó a Griezmann –que está muy bajo de forma–y sacó a Dembélé para cambiar el partido. Es cierto que un minuto antes Kolo Muani había tenido en sus botas el primero de Francia, pero igual de cierto es que necesitaban cambiar algo.

Les Bleus se hicieron con el control del partido tras la entrada de Dembélé, que estaba en uno de esos días donde es uno de los jugadores más desequilibrantes del mundo. Fue otra Francia y acarició el gol en múltiples ocasiones, siendo un chut de Camavinga al palo y otro de Dembélé que corrió la misma suerte las mejores de la segunda parte, que terminó igual que había empezado. Sin goles.

Al igual que el España - Alemania, el duelo iba a decidirse en la prórroga. Buena noticia para los de Luis de la Fuente, que así no acumulaban más minutos en las piernas que sus rivales. Volviendo al choque que nos ocupa, sorprendentemente Portugal –que ya jugó la prórroga en octavos– llegó mucho más entera al tiempo extra.

De Francia no hubo nada en estos 30 minutos y Mbappé terminó sustituido por Barcola. En cambio Portugal sí las tuvo y muy claras. Cristiano mandó arriba un disparo en el área pequeña y en la segunda mitad Joao Felix –nada más entrar– estrelló un cabezazo en el lateral de la red que en algunas partes del estadio se pensó que había sido gol. Aun así, el marcador permaneció inmóvil y todo se decidió en el punto de penalti.

Los penaltis sonrieron a Francia

No siempre ocurre, pero es muy habitual. Quien sonríe en los penaltis y luego los vuelve a enfrentar, termina con lágrimas. Le sucedió a Portugal, que triunfó ante Eslovenia y perdió contra Francia, que sin Griezmann y Mbappé en el campo, contaba con lanzadores menos experimentados. Dio lo mismo, Francia hizo pleno y Joao Félix se estrelló con el poste.