LA EUROCOPA DE NARANJITOAntonio R. Naranjo

Au revoir, amigos gabachos

España vengó a los camioneros de la frontera y demostró que la tortilla española no tiene parangón

Actualizada 23:59

Un buen español orina mirando a Inglaterra y,, si hay niebla en el Canal, a Francia. Es probable que podamos hacerlo con los dos, pero de momento lo hemos hecho con los segundos, ese país que lleva siglos intentando que España se doblegue a Versalles y solo exporte señoritas para el servicio doméstico. Un poquito de liberté, egalité y porculité no le viene mal a nadie de Pirineos para arriba.

Ni cuando metieron un gol dudamos de que aquello estaba resuelto y la única incógnita era por cuántos goles de diferencia: fue un 2 a 1, pero pudo ser un 4 a 2 o un 5 a 1. Lo que hiciera falta.

Vamos sobrados, con dos extremos de dibujos animados que dejan a Garrincha y a Vinicius de figurantes en esa función eterna que es la gloria: cuando no es Nico es Yamal, autor de un gol que se seguirá repitiendo dentro de 50 años y compensa un poco todos los camiones con hortalizas boicoteados en la frontera durante lustros.

Algo que Macron nunca condena y Le Pen anima, con Melenchon calentando en la banda convencido de que puede ser más tonto incluso que los otros dos.

España hace magia porque no tiene trucos, una paradoja formidable: saca a once tíos con su escudo al pecho y se pone a bailar, con niños de 16 años y abuelos de 40, como el gran Navas, que nunca hay Jesús malo.

Ahora hay que esperar si zurramos en la final a las viejas víctimas del Duque de Alba o a los sucesores de la Armada Invencible, que perdió el primer partido pero ganó la eliminatoria.

El éxito de España no lo estropea ya ni Begoña Gómez ni el Tribunal Constitucional. Estos chicos no amnistían ni indultan a nadie. Que aprenda el Gobierno y que viva España.

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