Qatarí que te viTomás Guasch

¡Qué maravilla ser español!

España ganó porque era dificilísimo otro desenlace. Ni cuando empataron los ingleses hubo verdadero temor al batacazo

Actualizada 00:27

El 14 de julio es el día de Francia, celebran cuando tomaron la Bastilla. En adelante debe ser también fiesta en España. Las horas tremendas que pasaron entre el primer punto que ganó Alcaraz en Wimbledon y cuando las cámaras enfocaron a Mikel Oyarzabal, desparramándose pues el árbitro había pitado el final, son historia de España, historia deportiva: ¡historia!

Del partido poco que hablar. Ganaron los buenos, era imposible otro desenlace. ¡Qué viva la Real Sociedad! El gol de Merino a Alemania, el de Oyarzabal esta vez, el segundo tiempo de Zubimendi cuando perdimos al mejor, Rodri, por lesión. La piña. Y eso lo que vale: cuando España se junta qué fácil es todo, qué alegría. Entonces somos un país gigantesco. Tranquilos: volveremos a lo clásico...

No les quepa duda, estamos ante uno de los triunfos más grandes en la historia de nuestro deporte y en lo social. El desparrame del pueblo en todas nuestras ciudades, todos a una, fue inenarrable. Ríos de gente, jovencísima en gran número. Esos que a menudo ven y no pueden creer eso, lo que ven... De treinta mil personas delante de una pantalla hablan en Badalona. Ah. Mi más sentido pésame al alcalde de Girona que se negó a poner una. Había que ganar también por esos bobos. Ganamos. Cristiano lo remataría con un rotundo ¡fódanse!

España ganó porque era dificilísimo otro desenlace. Ni cuando empataron los ingleses hubo verdadero temor al batacazo. Iba a ganar España, el caso era cómo y cuándo. Fue Oyarzabal, que tanto le golpeó aquella tremenda lesión. Conociendo a la buena gente que son De la Fuente y compañía estoy seguro de que le hubieran elegido como el goleador perfecto, el ideal. La revancha tras tanto sufrimiento, el premio grande. Está donde Marcelino, Iniesta, en la gloria.

De la Fuente. Recuerdo un grupo de alterada feminoides pidiendo su cabeza en aquel tiempo convulso por Rubiales. Su despido estuvo así, así... Imperó la cordura, cosa rara con aquel personal mediante. El forjador de esta locura, de esta sensación maravillosa: qué grande ser español. Lo hemos vuelto a sentir. Gallina de piel dejó dicho Cruyff. Muchas gracias a todos, también a Carlitos, su segundo título en Londres. Y a Sergio García que ganó Valderrama. 14 de julio: fiesta nacional, ya. ¡Viva España, sí!

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