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Carlos Sainz quedó finalmente séptimo en el Mundial de F1

Carlos Sainz quedó finalmente séptimo en el Mundial de F1EFE

La reivindicativa temporada de Carlos Sainz que se hundió en la última carrera

El único piloto capaz de imponerse a los Red Bull en una carrera terminó séptimo en la general, por detrás de su compañero; todo lo perdió en la última carrera

A pesar de ser uno de los mejores pilotos de rally de la historia, Carlos Sainz padre ha quedado señalado en la cultura popular como un ejemplo de persona con mala suerte. El histórico «trata de arrancarlo» es uno de esos «casis» en la trayectoria del piloto madrileño. Lo ocurrido con su hijo en las dos últimas carreras del año en la Fórmula 1 hacen creer en algún tipo de herencia.

El de Ferrari ha sido el único hombre capaz de imponerse a los Red Bull y su victoria en Singapur ha evitado el pleno de la escudería austriaca. Ese momento fue el punto culminante de una segunda parte de la temporada en la que Sainz demostró que puede ser el número uno para los de Maranello. Sin embargo, Las Vegas y Abu Dabi han sido una cruz y han supuesto un duro castigo para el español, que termina séptimo en el Mundial cuando luchaba por ser cuarto.

Perjudicado por la FIA

Toda la parafernalia que rodeaba el estreno del Gran Premio de Las Vegas se vino abajo cuando una alcantarilla mal sellada reventaba el coche del español. La negligencia de los organizadores la pagó doblemente Carlos Sainz. Sufrió el accidente y sufrió el castigo de la FIA al sustituir las piezas de un monoplaza destrozado por un problema ajeno a él y su equipo. A pesar de la remontada, el madrileño solo pudo ser sexto mientras que su compañero Charles Leclerc subía al podio en segunda posición.

En el garaje de Ferrari se ha vivido durante todo el año un intenso duelo entre sus dos pilotos. A falta de dos carreras para el final todo hacía indicar que el español se iba a imponer al monegasco, dando un golpe en la mesa y presentando su firme candidatura a ser considerado por los del cavallino rampante como una apuesta fiable por el título.

Y todo estaba de cara para Sainz a pesar de las extrañas estrategias de sus ingenieros y responsables. Mientras que el madrileño recibía órdenes concretas para no luchar contra su compañero, no ocurría lo mismo en la radio contraria. El Gran Premio de Monza se convirtió en un arriesgado baile entre los dos Ferrari con victoria para el español.

Otra vez detrás

El circuito de Yas Marina iba a ser el escenario del duelo definitivo entre los dos pilotos españoles de la parrilla. Fernando Alonso y Carlos Sainz llegaban empatados a puntos y terminar cuarto en un campeonato como el 2023 era más que meritorio para ambos. Por detrás, Lando Norris y Charles Leclerc esperaban su oportunidad para ganar algunos puestos a su costa y finalmente lo lograron.

El madrileño no estuvo cómodo en ningún momento con su monoplaza, se quedó fuera en la Q1 y una mala estrategia acabó por hundirlo. Una última mala tarde que contrastaba con el segundo podio consecutivo de su compañero de equipo, más que suficiente para superarlo en el último momento en la clasificación general.

Carlos Sainz perdió el duelo con su compañero Leclerc en la general del Mundial en la última carrera

Carlos Sainz perdió el duelo con su compañero Leclerc en la general del Mundial en la última carreraGTRES

Aunque la diferencia final de puntos es mínima, solo 6, y la victoria del español es un premio añadido, la realidad es que esa derrota «interna» suponen un amargo final a una temporada en la que Sainz se ha reivindicado como verdadera opción de futuro. Los números son inmisericordes y las estadísticas vuelven a poner a Charles por encima de Carlos.

De menos a más

Uno y otro han tenido que bregar con un coche que no ha alcanzado el nivel esperado. Si en 2022 soñaron con ser rivales de Red Bull, en 2023 han tenido que pelear hasta el final por alcanzar el nivel de Mercedes y Aston Martin al tiempo que trataban de competir con la progresión de McLaren. Ha sido una temporada disputada más allá del aplastante rodillo de los coches patrocinados por las bebidas energéticas.

El monoplaza italiano no comenzó con buen pie y, pese a todo, Sainz estuvo en la pomada una y otra vez. Pero la recompensa no llegaba y cuando lo hacía, como ocurrió en Australia, la FIA volvía a meterse por medio y lastraba al español. No fue hasta después del verano cuando unos y otros dieron el paso adelante.

El ya comentado duelo con Leclerc en Monza supuso el primer podio de la temporada para Sainz y el aperitivo de la victoria en Singapur. En ese espectacular circuito urbano supo el madrileño aprovechar las debilidades de Max Verstappen y hacer gala de una excelente capacidad estratégica evitando el acoso de los Mercedes favoreciendo a su otro perseguidor.

En el paddock todo eran alabanzas para el español y hasta los desarrolladores del videojuego oficial de la Fórmula 1 decidieron «mejorar» las habilidades del piloto en el simulador. Todo viento en popa hasta que llegó la alcantarilla de Las Vegas. Pura mala suerte, pura herencia familiar.

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