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Eden Hazard lucha por el balón contra Carcelén

Eden Hazard lucha por el balón contra Carcelén durante el último partido ante el CádizAFP

Hazard y su 'pie nuevo', ¿la penúltima gran remontada del Real Madrid?

El jugador belga volvió a jugar con los blancos frente al Cádiz tras retirarle una de las placas de su tobillo y dio muestras de rapidez desconocidas en recuperaciones anteriores

Eden Hazard va a quedarse en el Real Madrid el próximo año luego de los rumores constantes de su salida. El belga va a cumplir tres años como jugador blanco y las lesiones continuadas, sobre todo después de la dura entrada de su compatriota Meunier en Liga de Campeones, han impedido ver al futbolista franquicia que fue en el Chelsea y, después de todo, la más cara adquisición de siempre en Chamartín.

Frescura en el Nuevo Mirandilla

Ha habido una suerte de resistencia a la resignación por el fracaso de Hazard en el Bernabéu, donde ha pervivido la esperanza de su recuperación definitiva. Las sucesivas decepciones en forma de reincidencias y nuevas heridas fueron disminuyendo esa sensación casi hasta la nada, como una llama que estaba ya casi extinguida, hasta que el pasado sábado el belga apareció en el Nuevo Mirandilla con su frescura nueva.

Hazard entró en el partido con una rapidez y explosividad notables. Participó en el juego de forma constante. Hacia esa banda izquierda iban dirigidos la mayoría de los pases medidos de Toni Kroos, tras los que Eden encaró como solía en sus buenos tiempos y se movió como el delantero desequilibrante que compró el Madrid en 2019.

Carlo Ancelotti aseguró la semana pasada que el de La Louviére se queda: «Con Hazard no he hablado del tema porque está bastante claro: se queda, y se queda con mucha motivación. Tiene ganas de mostrar su calidad el próximo año». Unas declaraciones ilusionantes para el equipo y los aficionados blancos después del casi desahucio, del casi olvido de otro de esos jugadores fallidos en la historia de los grandes fichajes.

Rechaza etiquetas

Hazard está claro que rechaza esa etiqueta y quién sabe si la última operación, la retirada de la vieja placa, acaso un trozo sobrante en su esqueleto, quizá el origen y la causa de todos sus problemas, de toda la pérdida de su naturaleza desequilibrante, que afanosamente ha estado buscando estos años, pueda ser la última solución. En Cádiz estuvo el futbolista que empezaba a conectar con Benzema de forma burbujeante a finales de la pasada década antes de la patada fatídica.

Sigue sin ser tarde («una de las pocas cosas que he aprendido en la vida es que nunca es tarde para hacer cualquier cosa que quieras hacer», dijo Scott Fitzgerald) para el que aún es el último gran fichaje blanco que, cosas del destino, al final puede llegar al mismo tiempo que el próximo, el inminente Mbappé, y terminar de aparecer, como el Madrid en los minutos finales en otra gran remontada, cuando nadie lo esperaba.

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