Las claves del contrato de Bellingham, que ya busca casa en Madrid

Está ilusionado. Ha visto la película En el corazón de la 14 y sus vibraciones le hacen soñar que también vivirá esas situaciones incomparables. Viene al equipo más famoso del mundo a disfrutar vestido de corto la gran historia que ha constatado por la televisión desde que era pequeño. Hay que hacerlo todo bien en Madrid para triunfar, no hay que preocuparse más que por tomar la batuta campal del club legendario. Hay que elegir bien casa para estar todos a gusto. Papás, encargaos de eso. Yo, a jugar. Bellingham es un niño de 19 años con zapatos nuevos, con borceguís blancos.

La familia duda. Podemos vivir en La Moraleja o en Pozuelo, o en un bonito lugar en el centro de Madrid. This is the question. Los padres de Jude Víctor Bellingham, Mark y Denise, están en la capital de España para elegir residencia ayudados por los profesionales del Real Madrid que se encargan de hacer la vida muy fácil a todos los jugadores. El centrocampista británico está a punto de hacer oficial su fichaje por la casa blanca.

Firmará por seis temporadas con el campeón de Europa vigente, con un salario neto de diez millones al que añadirá sus ganancias por derechos de imagen y publicidad. Su cláusula de rescisión será la de los grandes estandartes de la casa, 1.000 millones de euros. El traspaso rondará los 100 millones de euros para la caja del Borussia Dortmund.

Genes africanos

Jude es inglés pero el color de su piel delata que no lo es racialmente. Su padre, Mark, sí es británico de pura cepa. Ha sido policía y durante muchos años fue un excelente goleador en el fútbol aficionado de su país, sin llegar nunca a la Premier. Su madre es de origen africano y desde que su hijo destacó en el balompié a partir de los 15 años se dedicó a cuidar de él hasta llegar a la cumbre.

Jude Víctor tiene un hermano menor, Jobe, al que también le gustaría ser un buen jugador.

Será títular

La dirección deportiva madridista seguía, espiaba, los pasos de Bellingham desde hace dos campañas. El Borussia Dortmund pagó al Birmingham 25 millones de libras por el mediocampista cuando tenía 17 y su apuesta juvenil ha sido un éxito, cotizado posteriormente, al comprobar su nivel, por los grandes de la Premier, por el Bayern y por el Real Madrid.

El club español ha pujado fuerte y desde el principio por el inglés. Los intermediarios internacionales le han dicho al chaval que el Real Madrid pretende que sea su futuro director de orquesta.

Desde agosto compartirá vestuario y césped con Modric y Kroos, pero él será quien más juegue. Ancelotti lo debe tener claro y el alemán y el croata también. Tanto Luka como Toni continuarán siendo protagonistas, pero tendrán menos minutos y partidos para aprovechar mejor su rendimiento sin agotarlos en el maratón de encuentros cada tres días que define el calendario del equipo.

Un director que se flagela

Es, Jude, un líder en el centro del campo con menos de veinte años y es ese carácter lo que más ha gustado en el Real Madrid, un equipo que necesita hombres con mucha personalidad para soportar la presión en los malos momentos.

Su clase es enorme pero la dirección deportiva sabe que el secreto para triunfar es que el pressing externo no le impida mentalmente demostrarlo sobre el césped. Han comprobado que al muchacho no le arredra la presión, aunque en el Real Madrid soportará la máxima. Al revés, se exige tanto que es un ejemplo de disciplina.

Es tal esa exigencia interna que se impone que hay que controlarle. Lo han hecho en el Borussia Dortmund. El chico quiere jugar siempre para que le pongan un 10 y cuando rinde para un 8 se come la cabeza durante horas, a lo largo de la noche. Jude admite que es así y que no debe darle tantas vueltas.

Es esa responsabilidad la que gusta en la dirección deportiva de la casa blanca. Es un director de orquesta imberbe, 19 años, que parece que vive en la treintena. Viene el primer gran fichaje de la revolución del Real Madrid.