Guía para entender el lío de Osasuna con Rubiales, la sombra del Barça y por qué les quieren echar de Europa
Un caso de amaños está detrás de la sanción, aunque los navarros se quejan de que no les defienden como sí hacen con los culés en el caso Negreira
Osasuna quedó séptimo en la pasada Liga. Además de llegar a la final de la Copa del Rey, el equipo navarro hizo un gran campeonato doméstico y terminó en séptima posición. Ese puesto en España da acceso a competiciones europeas, concretamente a la Conference League.
Así, Osasuna tiene que jugar la próxima temporada esta competición, en la que primero debe jugar una eliminatoria previa. Pero la UEFA, al recibir la documentación de su inscripción, ha puesto en duda su participación. Incluso los inspectores del organismo del fútbol europeo se inclinan por excluir a Osasuna de sus competiciones.
¿Por qué?
La primera pregunta que se ocurre en este lío que tiene el fútbol español es por qué la UEFA quiere dejar fuera a Osasuna. La explicación está en un caso de amaños y corrupción deportiva ocurrido en 2014, pero juzgado hace poco tiempo.
Este caso se refiere al amaño del partido Osasuna-Betis de la temporada 2013/2014. Era la última jornada y los navarros ganaron a los sevillanos por 2-1 pero no lograron la salvación por resultados en otros encuentros. Sin embargo, quedó demostrado que la directiva por aquél entonces de Osasuna primó a jugadores rivales para que se dejasen ganar.
En una sentencia de enero de 2023, el Tribunal Supremo deja claro que dar dinero a otro equipo para que gane no es delito, pero sí lo es para que se deje perder. Y señala que eso es lo que hizo Osasuna con el Betis en ese último partido de la Liga 2014.
Por todo ello el Tribunal Supremo condenó al exgerente de Osasuna Ángel Vizcay, el expresidente Miguel Archanco, los exdirectivos Juan Antonio Pascual y Jesús Peralta, el extesorero Sancho Bandrés, los agentes inmobiliarios Cristina Valencia y Albert Nolla, y los exjugadores del Betis Antonio Amaya y Xavi Torres, al que le inhabilitaron por 22 meses al cobrar por dejarse ganar.
La defensa de Osasuna
La UEFA se aferra a esa condena para no invitar a Osasuna a sus competiciones. El organismo del fútbol europeo no acepta a equipos 'manchados' por corrupción o amaños y en este caso hay una sentencia del Tribunal Supremo. La UEFA, en su reglamento de competiciones, indica que los equipos que compitan «no pueden haber estado directa y/o indirectamente involucrado, desde la entrada en vigor del Artículo 50(3) de los Estatutos de la UEFA, es decir, el 27 de abril de 2007, en ninguna actividad destinada a organizar o influir en el resultado de un partido».
El club español se defiende con el argumento de que fueron ellos, el propio club, quien se personó como acusación particular. Se refiere a la actual directiva de Osasuna, diferente a la que estaba en ese 2014, una directiva que salvó al club de prácticamente la desaparición precisamente por la herencia de los que dejaron los que estaban antes.
¿Qué pasa con la Federación?
En esa defensa Osasuna atacó a la Federación Española de Fútbol (RFEF), a la que acusa de no defenderles, de guardar un silencio que les ha perjudicado y de no tratarles como al resto en referencia al Barcelona y el caso Negreira. Además acusa a la RFEF de «continuas filtraciones interesadas, en clave nacional, a ciertos medios de comunicación y periodistas para construir un relato que sacrificase al débil para favorecer al fuerte».
Rubiales dijo a Osasuna que «no se puede pedir al presidente de la RFEF que intervenga pública o privadamente en un tema que está sujeto a una decisión de un órgano disciplinario» (en referencia a la UEFA), motivo por el que el club de Pamplona puso el ejemplo del Barcelona: «El posicionamiento público de la RFEF y de su presidente en relación al expediente abierto a Osasuna contrasta con el mantenido con otro club adscrito a su federación al que no ha tenido problema en defender públicamente en los medios de comunicación, pese a que la investigación disciplinaria de la UEFA ya estaba en curso».
Eso abrió un cisma en sus relaciones con la Federación, que como reacción a ese comunicado explicaron que lo hecho por Osasuna «es una infamia, una falta de respeto y una actuación muy grave». Este martes, en la Asamblea General de la RFEF, el discurso fue más amable y Andreu Camps, mano derecha de Rubiales. «Nuestra posición es la misma que la del Club Atlético Osasuna. Nuestra línea de actuación es la misma que la del club», dice ahora la Federación.
«La federación está sorprendida de que quieran implicarla ante un problema del club con UEFA. El objetivo es tapar la verdad de lo sucedido. Sorprende que todo el discurso se base en que el presidente de la federación no salió a defender al club y en cambio no dicen nada de otras personas responsables de instituciones que no han dicho ni una palabra de quien acusó y tejió la estrategia para que Osasuna fuese castigado», añadió Camps. Esas «otras personas responsables de instituciones que no han dicho ni una palabra» son LaLiga y Tebas, a juicio de la Federación, que no le nombró.
El asunto de gran fricción es la pasividad con la que entiende Osasuna que ha trabajado la Federación en este tema. Los navarros consideran que Rubiales –que es además figura clave en el organigrama de la UEFA– no ha hecho nada por defenderles cuando ya su exclusión de Europa estaba en el debate público al ser «filtrado» a algunos medios de comunicación.
Camps, en esta Asamblea de la RFEF, vino a decir que no podían hablar por exigencias del Código Disciplinario de la UEFA: «Hemos respondido a las preguntas que nos han hecho desde el Comité Disciplinario de la UEFA. Tenemos prohibición expresa por el Artículo 41 del Código Disciplinario de la UEFA de hacer públicos estos documentos». Pero Osasuna se queja de que a ellos no les defienden y al Barcelona, con el caso Negreira, sí.