Luis Rubiales, el hombre que ha flotado en todos los escándalos
El presidente de la Federación Española de Fútbol sale indemne de todos los problemas que tiene, algunos importantes, otros sin soporte legal
En el quinto aniversario de su presidencia Luis Rubiales ha visto como el cargo arrastra también muchos problemas. El presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF) se ha enfrentado a numerosos escándalos y de todos ellos sale indemne.
El último caso ha sido el lío con Osasuna, con el club navarro cargando duramente contra la RFEF por no defenderles en su más que posible exclusión de competiciones europeas. Si bien es un caso que va más allá de la Federación (el problema está en la UEFA, no en España) las quejas de Osasuna se suman a las de otros clubes que han cargado contra la RFEF.
El último fue el Real Madrid en un caso bien diferente. El racismo continuado que ha sufrido Vinicius esta última temporada en muchos campos puso de manifiesto el enorme problema que hay en España. La Federación apoyó siempre al jugador, pero el club blanco recordó que Rubiales «ha permitido que no se haya actuado de manera contundente, según los protocolos de FIFA, para evitar la situación a la que se ha llegado». Y criticaron el «desamparo y la indefensión» al futbolista que provocó la «pasividad» del presidente de la RFEF.
También le criticaron antes equipos como Sevilla, Villarreal y Valencia, que llegaron a mandar un comunicado para denunciar el «agravio, animadversión y arrogancia» de Rubiales, al que le sacaron unos audios (privados) en los que hablaba bastante mal de ellos.
Saber navegar en escándalos
A Rubiales le acompañan varios escándalos, algunos importantes, aunque otros sin ningún tipo de ilegalidad como han indicado las decisiones judiciales Pero al fin y al cabo son escándalos que ha tenido que afrontar, que es lo que aquí se recuerda.
Está el acuerdo con Piqué por la Supercopa de España y las comisiones millonarias que había por llevar el fútbol a Arabia, el presunto espionaje que denuncia Aganzo, presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE, anteriormente dirigida por el propio Rubiales), el caso Negreira –si bien es de una etapa anterior, la de Villar, pero afecta al organismo que preside, aunque él cambió esa cúpula arbitral–, o las fiestas del chalet de Salobreña («totalmente falso, nunca consentiremos que un solo céntimo se dedique fuera de donde se tiene que dedica», dijo Rubiales).
También ha habido polémicas de las que cabe recordar que tanto Rubiales como la Federación han salido absueltos por la Justicia y que les manchó en un juicio mediático. Son por ejemplo el caso de la arquitecta Yasmina Eid-Macheh, que acusaba a Rubiales de agresión física y de impagos y acabó ella condenada por acaso. Se demostró que no había nada y el presidente de la RFEF ganó los juicios.
O el caso de su tío Juan, exjefe de gabinete, que le demandó por despido y la Justicia también dio la razón a Luis: el despido era procedente ya que «Juan Rubiales ha llevado a cabo las conductas irregulares e ilícitas».
Es Rubiales por tanto un hombre que ha flotado en muchos escándalos, regateándolos, y surfeando las duras olas que le han llegado. Más allá de si algunos de estos problemas tendrán recorrido, lo que aquí se explica es la cantidad de problemas que ha habido y cómo Rubiales salió bien de ellos, a veces incluso con fuerza.
Con aciertos deportivos
Igual de real es que ha tenido problemas judiciales y sociales como que sí hay cambios buenos el fútbol español. Eso también es reconocible. Aunque la Supercopa de España se dispute en Arabia el simple hecho de que la Federación reciba 40 millones de euros (de los cuales unos 20 van al fútbol no profesional) es un éxito. También lo es el formato de Copa del Rey, mucho más justo, emocionante y atractivo que el anterior. O el necesario cambio de seleccionador, que ha abierto una nueva etapa en la selección con éxito en la Nations League. También supo modificar las competiciones no profesionales en pandemia o aguantó bien el chantaje de las 15 futbolistas que se negaban a jugar con España si Jorge Vilda seguía como seleccionador femenino.
También hay errores deportivos. Aquel despido de Lopetegui en sus primeros días como presidente (en el que hasta Obama, dijo el presidente, le felicitó por la gestión) costó un Mundial. El durísimo enfrentamiento con Tebas tiene al fútbol español en una división peligrosa. Rubiales es pues un presidente peculiar, a menudo acorralado por escándalos justos e injustos, pero capaz de flotar y navegar en ellos en el que también tiene que ver el equipo con el que se rodeó, bien organizado y listo ante cualquiera de las crisis que llegaron a la Federación.