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12 de septiembre de 2024

Cristiano Ronaldo en un partido de liga con Al-Nassr

La Superliga saudí está viviendo sus peores momentos en lo económicoGTRES

El retroceso económico de la Liga saudí: un recorte de 800 millones que perjudica a casi todos los clubes

Adía 23 de agosto de 2024, las tornas han cambiado en la Superliga de Arabia Saudí. Han pasado 365 días desde que el país árabe agitase al mundo del fútbol con un megaproyecto para intentar convencer a las grandes estrellas para que dejaran Europa y vinieran a Oriente Medio a probar una nueva experiencia.

Se las prometían muy felices en el Golfo Pérsico. En tres meses de verano, los dirigentes saudíes se gastaron la friolera de 977 millones de euros y consiguieron convencer a grandes iconos del balompié mundial como Cristiano Ronaldo, Karim Benzema, Neymar, Riyad Mahrez, Fabinho o Milinkovic-Savic, entre otros. Todas estas contrataciones fueron posibles gracias a la influencia del PIF (Fondo de Inversión Pública), que decidió apostar fuertemente por el fútbol en un país sin apenas recorrido en esta deporte.

Los equipos beneficiados fueron el Al-Nassr, el Al-Hilal, el Al-Ahli y el Al-Ittihad, los denominados cuatro 'clubes Estado' que eran el ojo derecho del PIF y que contaban con una superioridad económica respecto al resto de equipos, lo que les permitió convencer a algunos de los mejores futbolistas del Viejo Continente, ya en edad de retiro o en su plenitud futbolística. La práctica era muy sencilla: los clubes le presentaban ofertas mareantes a los futbolistas y estos aceptaban.

En un principio, todo se veía con muy buenos ojos, pero quedaba claro que a la larga este gasto inhumano iba a traer más problemas que soluciones. Y esto es lo que se ha podido comprobar un año después. Para empezar, el techo de gasto se ha reducido en 800 millones de euros, lo que supone un retroceso económico muy claro (el gasto actual está en torno a los 187 millones). Y segundo, todo esto ha perjudicado a los clubes, que han visto como ya no pueden acometer ese tipo de contrataciones. El mejor ejemplo es que este año han llegado a Arabia futbolistas menos 'mediáticos' como Nacho Fernández, Joselu, Aubameyang o Moussa Diaby.

Los grandes beneficiados siguen siendo los cuatro magníficos, pero fuera del brazo económico del PIF hace mucho frío. Hay algunos clubes como el Al-Wehda que en estos momentos solo tienen a 14 futbolistas en plantilla, lo que contrasta (y mucho) con los otros clubes, que viven en la abundancia y que pueden contar con todo lo que quieran. Por así decirlo, el Al-Nassr, el Al-Hilal, el Al-Ahli y el Al-Ittihad son los niños mimados del Fondo de Inversión Pública, aunque en los últimos meses ha quedado claro que el equipo de Cristiano Ronaldo ha perdido puntos en la escala de favoritismo del PIF.

Karim Benzema con el Al-Ittihad

Karim Benzema con el Al-IttihadAFP

Lo que hace falta en estos casos es llevar a cabo una igualación presupuestaria. O al menos intentarlo. Porque esta diferencia económica implica que la liga pierda toda la exclusividad y competitividad con la que parecía contar hace tan solo un año. A muchos le puede llegar a sorprender, pero todo esto es algo que se podía intuir y que se veía venir. El fútbol es mucho más que dinero. Y este retroceso ha quedado plasmado en la Champions League asiática, donde los clubes participantes han estado muy lejos del nivel que se esperaba de ellos.

Para mantener el prestigio de la Superliga saudí, hacerlo bien en la máxima competición continental se antoja como algo fundamental. La temporada pasada, sin ir más lejos, el Al-Nassr y el Al-Hilal cayeron eliminados en cuartos de final y semifinales por el Al-Ain, equipo de los Emiratos Árabes Unidos que tenía menos poder que los saudíes y que acabó dando la sorpresa.

Todavía queda tiempo, pero ya se puede empezar a afirmar que lo de la Superliga saudí es la crónica de una muerte anunciada. Solo hay que ver que en tan solo un año, jugadores como Ivan Rakitic, Jordan Henderson o Alan Saint-Maximin, que llegaron como estrellas, han emprendido el camino de vuelta porque se dieron cuenta de que en Arabia no podían seguir su carrera deportiva.

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