La cruzada del Gobierno contra la Federación de Fútbol y su plan para tumbar a Louzán
Pilar Alegría ya ha dejado claro que el Ejecutivo liderado por Pedro Sánchez no quiere al nuevo presidente de la RFEF
Un partido de España en Valencia y renovar a De la Fuente, primeras medidas de Louzán al frente de la RFEF
Se sabía desde antes de la votación en las elecciones a la presidencia en la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) que Rafael Louzán, el gran favorito y quien ha terminado saliendo elegido como presidente, no gustaba al Gobierno de España. Así lo hizo saber José Manuel Rodríguez Uribes, presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), antes de las elecciones y después lo ha confirmado la ministra de Deportes, Pilar Alegría.
«Es muy difícil explicar y entender que una persona que está condenada por prevaricación asuma la presidencia de la Federación de Fútbol en este país. Sobre todo porque en la misma situación procesal del señor Louzán yo no podría estar sentada en esta mesa, ni ninguno de los compañeros que está a mi lado, ni podría estar aquí sentada ni podría ser concejala de mi pueblo», dijo la ministra portavoz tras el Consejo de Ministros de este martes.
Pilar Alegría dejó claro que Rafael Louzán no es el hombre que desea el Gobierno de España y que es una batalla que todavía no dan por perdida. Se agarran a la condena por prevaricación –que todavía no es firme y está recurrida en el Supremo– y lo utilizan como arma arrojadiza cuando semanas atrás el PSOE aplaudía a Magdalena Álvarez, exministra condenada por prevaricación hasta que el Constitucional de Conde-Pumpido anuló parcialmente su condena.
Más allá de este apunte, la guerra con Rafael Louzán se suma a las que ha tenido el Gobierno de España con los presidentes de la RFEF estos últimos años. Primero, con Rajoy, el TAD inhabilitó a Ángel María Villar por los casos de corrupción (ha salido absuelto de todos y solo le queda una causa pendiente) y después, ya con Sánchez, han corrido esa misma suerte Luis Rubiales y Pedro Rocha. Una pelea constante que solo cesó durante los primeros años de Rubiales.
La RFEF con Pedro Sánchez
Es evidente, por lo que se vivió en la Moncloa tras el triunfo de España en la Eurocopa, que Pedro Sánchez y su gobierno cuentan con poco apoyo en la RFEF, al menos ahora. La Ley del Deporte que entró en vigor en enero de 2023 potenció el modelo de Territoriales con las que se elige presidente en todas las Federaciones Españolas. Un sistema que les interesaba mientras Luis Rubiales, que tenía el apoyo de toda la Asamblea, fuese cercano al Gobierno de España.
Sin embargo, los casos de corrupción en la era Rubiales, que en un principio provocaban el silencio de Sánchez, terminaron saltando por los aires y a eso se le sumo el «piquito» del expresidente a Jenni Hermoso. Un hecho que se convirtió en escandalo nacional y que le vino perfecto a Sánchez como 'cortina de humo' mientras negociaba su investidura y la ley de amnistía con Carles Puigdemont.
El adiós de Rubiales, inhabilitado dos años por la FIFA y después tres años por el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) , provocó el ascenso de Pedro Rocha, mano derecha de Rubiales y también en el ojo del huracán del Gobierno por los casos de corrupción que se están investigando. Para el recuerdo queda el día que declaró como testigo en la presunta corrupción en la RFEF durante la era Rubiales, conocida como caso Brody, y salió imputado.
Desde entonces, el Gobierno buscó la manera de tumbar a Rocha y al ver que por vía elecciones era imposible, pues contaba con una amplia mayoría en la Asamblea, lo hicieron por la judicial, apoyados en la querella de Miguel Galán y que inhabilitó al extremeño por «excederse en sus funciones» mientras presidía la Comisión Gestora.
En busca de acabar con Louzán
El Gobierno quería usar la vía Miguel Galán para acabar con Louzán antes de las elecciones, pero el candidato llegó a un pacto con el Galán, presidente de CENAFE y 'azote' de la RFEF con sus numerosas querellas. Este acuerdo dejó vía libre al hasta ahora presidente de la Federación Gallega y puso en un nuevo apuro al Ejecutivo, que no quiere a Louzán por su cercanía con el PP, partido con el que fue presidente de la Diputación de Pontevedra.
Por eso, el Gobierno tratará de purgar a otro presidente de la RFEF e intentar colocar a quien realmente quieren, Pablo Lozano, presidente de la Federación Andaluza y exsecretario general de las Juventudes Socialistas de Córdoba. El cordobés no se presentó a las elecciones y dio su apoyo a Salvador Gomar, que era el mal menor para Sánchez pero perdió. Aun así, todo puede volver a iniciarse en febrero si el Supremo mantiene la inhabilitación sobre Louzán. Así lo creen muchos barones de la RFEF y prefieren esperar a que se resuelva este asunto.
En unos meses podríamos estar de nuevo en la casilla de salida y ahí habría más candidatos y diferentes apoyos. Ese es el primero de los planes de Sánchez para tomar la RFEF, aunque también está barajando entrar con el CSD, cosa que podría cuestionar la FIFA y perjudicar al Mundial 2030. Aun así no lo descarta, pero se apuesta por la prudencia, tal y como aseguró Pilar Alegría.
«Tengo que ser absolutamente prudente porque hay por delante dos días en los que las personas que han participado en este proceso electoral pueden todavía presentar posibles recursos. A partir de ahí, cuando pasen estos dos días, el CSD va a estudiar todos los pasos que podemos dar», aseguró la ministra.