Un campeón del mundo critica que el Mundial 2034 se celebre en Arabia Saudí y pide un cambio de sede
Philipp Lahm lamentó que el Mundial 2034 se vaya a celebrar en el país saudí y sus declaraciones han generado un amplio debate sobre el futuro del deporte rey
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El Mundial de 2034, que se celebrará en Arabia Saudí en unas fechas aún por conocer, ya tiene sus primeras críticas. La decisión no ha gustado al fútbol en general y uno de los primeros exfutbolistas en expresar su malestar ha sido Philipp Lahm.
Lahm, que fue campeón del mundo con Alemania en 2014 y embajador de la última Eurocopa, lamentó que el Mundial de 2034 se celebre en Arabia Saudí y sus declaraciones han generado un amplio debate sobre el futuro del deporte rey. El exjugador del Bayern de Múnich aseguró que «es importante que los grandes eventos se celebren en países democráticos».
Pero, sin duda alguna, la mayor crítica de Lahm tuvo que ver con la manera, a su juicio deficiente, en la que se adjudicó el Mundial. «La forma en que se adjudicó fue que se adjudicaron dos Mundiales al mismo tiempo en una sola votación, no se podía votar por el Mundial 2030 y el de 2034, había que decir sí o no a las dos».
Con esta decisión, ha vuelto a quedar claro que la FIFA cuenta con una falta de transparencia bastante alarmante. No es la primera vez que anuncia una candidatura única (ya lo hizo con Rusia 2018 y Qatar 2022) y lo que lamenta Lahm es que se le haya adjudicado el Mundial a un país en el que las decisiones no se toman democráticamente. Porque cabe recordar que en Arabia Saudí, las decisiones solo las toma el rey, que el sistema de gobierno es el de la monarquía absoluta y que la democracia brilla por su ausencia.
Esta es la segunda vez que Lahm critica abiertamente la designación de un Mundial de fútbol. Ya lo hizo en su día con el de Qatar 2022, cuando mostró su preocupación por la falta de veracidad en el balompié: «Muchos aficionados echan de menos la credibilidad, y con razón. Tienen la impresión de que todo gira en torno al dinero. Eso perjudica al fútbol, porque el fútbol vive de su credibilidad».