El Real Madrid juega en casa: 35.000 madridistas árabes dominarán las gradas de la final de la Supercopa
La expansión del club blanco en Oriente Próximo es un éxito labrado durante lustros; los saudíes se hacen fotos con todos los españoles
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El King Abdullah es el Bernabéu de Arabia Saudí. El Real Madrid se siente en casa cuando compite en el coqueto estadio de Yeda, a 40 kilómetros de La Meca, construido hace once años. Costó más de 500 millones de dólares y tiene capacidad para 62.000 espectadores. A la hora de la verdad, en la final de la Supercopa, un mínimo de 45.000 de los 62.000 presentes animarán al campeón de Europa.
La entidad presidida por Florentino Pérez llena siempre el aforo en Arabia. Es 'el equipo' más querido en el país saudí y además con mucha diferencia respecto al resto. Y si además se enfrenta al Barcelona, la motivación popular del espectador está asegurada. En realidad todas las naciones de la península arábiga son mayoritariamente madridistas. Lo mismo sucede en Qatar y Kuwait. En los Emiratos se reparte el favoritismo con el Manchester City, porque para algo son los dueños del club inglés.
Algunos dicen que Karim Benzema, devoto musulmán, Balón de Oro, tiene mucho que ver en este imperio del madridismo por estas tierras. Todo influye. Pero el argumento fundamental de este madridismo que se ha extendido como una plaga en Oriente Próximo es el trabajo realizado por el Real Madrid desde hace lustros. Una labor de expansión que encuentra en esta Supercopa uno de los resultados más elocuentes de una diplomacia sembrada por Florentino Pérez y rubricada por los éxitos de los futbolistas.
El torneo se disputa en Arabia Saudí porque allí quieren ver siempre al Real Madrid. Verdaderamente sería un problema para la organización que el conjunto blanco no se clasificara alguna vez para este torneo. Su buen hacer deportivo le permite jugar siempre este cuadrangular, pero todos asumen que 'el Real' es el santo y seña de una competición que se ha ganado el interés de todos los aficionados musulmanes cada año especialmente porque el Madrid ha sido protagonista habitual en las finales. Se ha adjudicado tres de las cinco celebradas en Oriente. Barcelona y Athletic de apuntaron las otras dos.
Ahora, los blancos atacan otra final de la 'Supercopa arábiga', de nuevo frente al Barcelona, el otro señuelo del trofeo. El año pasado, los pupilos de Ancelotti vencieron 4-1 a los azulgranas, que ganaron 3-1 a los madridistas hace dos inviernos.
La peña madridista Blancos KSA
Los graderíos del King Abdullah se poblarán más que nunca de madridistas en esta nueva final entre el conjunto de 'Carletto' y el Barcelona. Los aficionados del Real Madrid duplicarán a los azulgranas. La peña madridista Blancos KSA es la reina en las tribunas del estadio saudí. Cantan y bailan sin parar desde el fondo sur del King Abdullah, como si fueran una extensión de la Grada de Animación del Bernabéu.
Se conocen todos los cánticos de los seguidores españoles y los interpretan bastante bien. Han aprendido a cantarlos gracias a las lecciones que diversos aficionados españoles de peñas madridistas les han dado en Arabia Saudí, ensayando en los hoteles y cantando después en los estadios, fuera en Ryad o de nuevo en Yeda. Hemos visto en años anteriores cómo ensayaban en los hoteles y hemos compartido grada viendo su forma de animar y la verdad es que son el alma de la fiesta.
Es una alegría, la de esta peña, que marca el ambiente en el King Abdullah. Una animación constante que luego recibe el apoyo del resto de espectadores madridistas, que de pronto explotan con demostraciones de apoyo al cuadro madrileño en una reacción tan espontánea y popular como inesperada.
Más de 35.000 madridistas poblarán los graderíos del King Abdullah a la hora de la final. Hay forofos procedentes de las múltiples peñas madridistas instaladas en los países musulmanes, que aprovechan anualmente la Supercopa para hacer un viaje de larga distancia y ver al Real Madrid en un país de su cultura.
Les sería más fácil a todos acudir a España, a Madrid, al Bernabéu, pero para ellos es una atracción inusitada ver jugar a 'su equipo' en un país de su tradición. Hay simpatizantes que han viajado de Marruecos y de Irak, de Jordania y de Qatar, de Kuwait y de Egipto. La mayoría llegaron hace una semana y tienen entrada para la semifinal que disputa el Real Madrid y para la final, a la espera de ver a sus ídolos clasificados para ella.
Si al conjunto de Ancelotti se le ocurre ganar el torneo por cuarta vez en seis años, la fiesta que montarán estos aficionados será impresionante. El Sheraton, el Ritz-Carlton y otros hoteles ya conocen muy bien las celebraciones de los madridistas musulmanes en sus tres anteriores victorias en Arabia.
Compartir el fútbol con los españoles
Hay que comprender muy bien la idiosincrasia saudí cuando se acude a presenciar los partidos de este torneo. Para los árabes es una atracción ver a los seguidores del Real Madrid procedentes de España en sus gradas, en Yeda. Durante lustros han presenciado los partidos del equipo español en la Copa Europa. Han disfrutado de sus grandes victorias en la Champions. Y compartir con los españoles un partido del conjunto blanco es una fiesta. Por eso quieren hacerse fotos con todos los españoles presentes en el King Abdullah. No se sientan atosigados, solo desean guardar recuerdos de esa noche, hacer fotos y vídeos para enseñar a los amigos.
A lo largo de estos años los aficionados han tardado habitualmente dos horas en marcharse del estadio tras los partidos del Real Madrid, porque todo el mundo les pedía vídeos. Hay que agradecerles ese interés. Deben ponerse en su lugar y compartir su felicidad. Son días muy especiales para ellos. Viven con españoles un partido del Real Madrid en su tierra, en su país.
No les importa que seas periodista o aficionado, lo fundamental para ellos es que eres español, presencias habitualmente los partidos del Real Madrid en el Bernabéu y ahora estás aquí con ellos. Son días inolvidables y graban momentos que son únicos. Les damos las gracias por su ilusión y su admiración.