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Carlo Ancelotti, en un partido con el Real Madrid esta temporada

Carlo Ancelotti, en un partido con el Real Madrid esta temporadaEuropa Press

Los críticos de Ancelotti están agotados, como Tebas agota al Real Madrid

La centenaria historia del Real Madrid no presenta un entrenador tan superviviente como Carlo Ancelotti. Lo que ha soportado el italiano en sus dos últimos años no lo ha sufrido nadie en la historia de la entidad. La temporada pasada se quedó sin Militao y sin Courtois y podemos enseñar miles de comentarios de madridistas resignados a vivir una temporada de transición. La transición se transformó en el decimoquinto título de Champions y el trigésimo sexto en la Liga. Ahora, muchos capítulos de esa historia se repiten.

Es muy difícil volver a ganar esas dos competiciones, pero el mérito del técnico estriba en que su plantilla ha sufrido hasta nueve bajas, cada partido lo afronta con un promedio de cinco ausencias y llegamos a marzo con el Real Madrid vivito y coleando en la Liga, en la Champions y en la Copa cuando nadie daba un euro ni por el equipo ni por el técnico.

El redoble de tambores se produce especialmente en la Copa de Europa, donde el campeón vigente ha estado tres veces al límite del mal y siempre le salió bien. El principal culpable fue Ancelotti, pero fue el que menos premio se llevó del exterior. La empresa que le paga sabe bien que los elogios de la prensa se los llevan principalmente los futbolistas y las críticas se ceban en los entrenadores. Así está montado este negocio, pero los equipos conocen el paño.

La historia de este allenatore incombustible es de una tensión que pocos aguantarían. Destrozado por las bajas, los blancos perdieron frente al Lille y el Milán en la fase de grupos y era tal la situación crítica que tuvieron que ir a Bérgamo con la necesidad de vencer a la Atalanta. Ahí llegó la primera amenaza exterior para el entrenador, encabezada por buena parte de la prensa madrileña y secundada por un sector de los seguidores.

Si sus pupilos perdían, él sería la diana del madridismo. Estaría condenado. Llegada a la hora de la verdad, sus futbolistas destrozaron a la Atalanta. Después vencieron también al Salzburgo y al Stade Brestois. Después de tanto sufrimiento y de tanto tumulto casi se clasifican directamente, pero al final tuvieron que afrontar la eliminatoria del K.O., precisamente frente al máximo rival europeo de los últimos cinco años, el Manchester City de Guardiola.

La espada de Damocles

Era una final de la Liga de Campeones anticipada y la amenaza externa de la espada de Damocles volvió a sobrevolar la cabeza de Carlo. Mucha prensa ya le había puesto la guillotina. Si caía eliminado, no continuaría la próxima temporada, aunque tenga contrato hasta 2026, pues ya sabemos que los contratos del entrenador del Real Madrid solo se cumplen realmente año a año. Así lo dictaminaban también muchos madridistas: si pierde, no seguirá.

El resultado de la amenaza fue que el Real Madrid triunfó por primera vez en su historia en la cancha del Manchester City y redondeó su clasificación con una goleada al conjunto de Guardiola en el Bernabéu. ¿Dónde estaba la crisis?

Carlo Ancelotti, durante el partido de LaLiga entre el Real Madrid y el Girona

Carlo Ancelotti, durante un partido de esta temporada con el Real MadridEFE

Sin respiro, los enemigos de Ancelotti, que los tiene, volvieron a cargar contra su futuro en la siguiente eliminatoria continental, ante el Atlético. El equipo rojiblanco era el adversario en esta última afrenta contra su continuidad en la casa blanca. Muchos pregonaban que si el Real Madrid caía, Carlo caería también en julio. Parecía que lo desearan. Llegada la hora de la verdad, otra hora de la verdad, la plantilla le respondió a 'Carletto' en otro momento decisivo de la temporada y eliminó a los colchoneros.

El grupo ha dado la cara por Ancelotti frente a la Atalanta, frente al City y frente al Atlético porque saben que las regañinas del técnico escuchadas durante meses tenían toda la razón. Los jugadores han respondido al entrenador después de muchos partidos en los que no le respondieron. El responsable deportivo del grupo se llevó todas las críticas durante demasiado tiempo ante la falta de reacción de los futbolistas.

Ellos lo reconocen. Saben que le pusieron a los pies de los caballos. No hubo desgana, sino la impotencia de jugar tantos partidos y sufrir tantas lesiones. El italiano les dijo siempre que si se sacrificaban en defensa y en la presión sin balón, ganarían a cualquiera. Que si rendían en la faceta destructiva con sacrificio y generosidad, vencerían.

Así lo hicieron en el último trienio. Así conquistaron las dos últimas Champions con él. Y a partir del mes de enero de este año recuperaron el tiempo perdido. Contestaron por fin al entrenador en el césped. Aplicaron ese esfuerzo extraordinario en los partidos de Copa de Europa y superaron todos los inconvenientes, empezando por la plaga de lesiones.

Hay que decir que se ha sido muy injusto con Ancelotti. Se fue Nacho, se rompieron Militao y Carvajal, pero no hubo fichajes. Ancelotti pidió un refuerzo defensivo en enero. Se intentó traer a Trent Alexander-Arnold. No llegó. En plena crisis de bajas cayeron también Bellingham, Vinicius, Rüdiger, Ceballos, Tchouaméni, Brahim, Lucas Vázquez, Mendy y Camavinga. Con el cartel de 'no hay más camas' en el hospital de Valdebebas, el Real Madrid salió adelante frente a todas las vicisitudes.

Hay un dato importante en esta historia de superación constante. Los jugadores han dejado claro que el mensaje del italiano sigue calando. Es incierto que ya no le escuchen, como filtran sus enemigos. Esa no era la cuestión. El quid de la cuestión era que las lesiones y el cansancio de un calendario imposible les hacían perder partidos que en otras situaciones no perderían.

Sus críticos han desaparecido

El caso es que el plantel del Real Madrid ha dado la cara a la hora de la verdad. Ha eliminado al Atlético en un momento fundamental del curso. Mendy cayó en ese combate. Después venció al Villarreal sin descanso. Los jugadores vomitaron en el campo. Pero la única realidad es que el conjunto blanco está segundo en Liga, a un paso de llegar a la final de Copa y es favorito frente al Arsenal en los cuartos de final de la Champions.

La única verdad es que hoy el Real Madrid aspira a tres títulos y en junio tendrá que afrontar un cuarto trofeo, el Mundial de Clubes. Ancelotti sabe que es muy difícil repetir los éxitos en la Copa Europa y en la Liga. El mérito es que el campeón de Europa vigente en esas dos competiciones comenzará el mes de abril con las máximas aspiraciones en ambos objetivos.

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