
Imagen de la plantilla del Barça Atlètic esta temporada
La cara B de la cantera del Barça: la ruina del club hunde a su filial
El Barça Atlètic se quedó el año pasado a las puertas del ascenso, esta temporada cambió de entrenador tres veces y es uno de los candidatos a bajar a Segunda RFEF
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Alo largo de toda su historia, y sobre todo en tiempos recientes, el Barça siempre ha presumido de cantera. De las paredes de La Masía han salido grandes talentos (algunos son titulares en el primer equipo culé). Eso es innegable. Sin embargo, cuando las cosas han salido mal, el club se lava las manos y no dedica mucho tiempo a hablar de aquellos jugadores que no han tenido suerte y que, o se ven en la obligación de hacer las maletas para buscarse la vida fuera de Cataluña o se quedan en el filial.
El Barça B lleva varios años en la categoría de bronce del fútbol español, que es conocida actualmente como Primera RFEF, teniendo una cierta estabilidad, y desde el club confiaban en que el equipo pudiera volver a Segunda, una división que pisaron por última vez en la temporada 2017-18.
El año pasado se quedaron a un paso de lograr el objetivo de la mano de Rafa Márquez. Lo hubieran conseguido si el Córdoba, una de las grandes revelaciones en Segunda esta temporada, no le hubiera vencido en la final del playoff de ascenso, que el filial barcelonista perdió por un global de 3-2.
Perder esa final le cayó como un jarro de agua fría al filial culé. Veían el partido frente al Córdoba como la oportunidad perfecta para regresar al fútbol profesional, pero no hubo suerte y fue el conjunto andaluz el que acabó ascendiendo a la categoría de plata del balompié nacional.Al Barça B (Barça Atlètic, como se conoce actualmente) le tocó volver a empezar de cero y vio cómo Pau Cubarsí, Héctor Fort, Marc Casadó, Marc Bernal y Pau Víctor pasaron a formar parte del primer equipo barcelonista. Y a eso hubo que añadirle que Rafa Márquez decidió no continuar al frente del filial azulgrana.
La salida del entrenador mexicano, exfutbolista azulgrana a principios de siglo, supuso un vacío muy grande y Joan Laporta anunció a Albert Sánchez como sucesor de Rafa Márquez. El nuevo técnico, que venía de ejercer las funciones de entrenador asistente de Márquez, tenía un reto importante por delante y ese era conseguir que a sus pupilos no les afectase demasiado el no ascenso frente al Córdoba.
Con el paso de los meses, Albert Sánchez dejó claro que ser primer entrenador le quedaba grande y desde julio (mes en el que firmó el contrato con el club) hasta febrero sólo consiguió ganar cuatro partidos. El resto de encuentros se tradujeron en 13 empates y ocho derrotas. Eran números bastante pobres y el 24 de febrero Laporta decidió destituir a Albert Sánchez.
El técnico dejó al filial culé en 19ª posición con 25 puntos, a cinco de la salvación que marcaba el Ourense CF. Y para tratar de sacar adelante una situación ya de por sí compleja. Laporta le entregó las llaves del proyecto a Sergi Milá, que firmó un contrato hasta final de temporada.

Pau Víctor es uno de los futbolistas del filial que está en dinámica de primer equipo
Milá tenía una tarea ardua por delante. Quedaban 13 jornadas para el final y el Barça Atlètic lo tenía francamente difícil para salvar la categoría. Necesitaba ganar casi todo y que sus rivales por la permanencia no sumaran demasiados puntos.
El nuevo técnico culé se estrenó en el derbi catalán frente al Nástic de Tarragona, acabó perdiendo por 3-2 y Sergi Vilá no cumplió con el dicho de entrenador nuevo, victoria segura. Al técnico le tocaba seguir trabajando para tratar de revertir la situación.
En sus siguientes dos partidos, el Barça B sólo fue capaz de sumar un punto de seis posibles y en el segundo partido de Vilá al frente, el filial encajó una derrota dolorosa frente a Osasuna Promesas, un rival directo por la salvación, y en el Johan Cruyff, donde no se pueden desperdiciar tres puntos.
Y después del varapalo frente al filial rojillo, el Barça Atlètic volvió a pinchar ante su gente frente al Tarazona (1-1), y ese empate le situó como el colista del grupo I de Primera RFEF, una situación a la que no estaba acostumbrada el filial. Borrón y cuenta nueva.
El panorama no es halagüeño, pero la 'buena' noticia es que al Barça Atlètic aún le quedan 13 partidos por delante para pelear por una permanencia que, semana tras semana, parece aún más complicada. De aquí al 25 de mayo, el filial culé se deberá de medir al Bilbao Athletic (fuera), Cultural Leonesa (casa), Celta Fortuna (fuera), Sestao River (casa), Real Unión (fuera), Amorebieta (casa), Luego (fuera), Andorra (casa), Barakaldo (fuera) y Unionistas (casa).
En definitiva, si el Barça Atlètic quiere permanecer un año más en la categoría de bronce del fútbol español, el filial está obligado a sumar todos los puntos que pueda en su estadio y perder poco lejos de la Ciudad Condal.