El enésimo fiasco de Joao Félix en el Milan que demuestra que Simeone tenía razón

Hay veces en los que el tiempo acaba dando la razón a los entrenadores con el futuro de todos aquellos futbolistas que se creían por encima de sus posibilidades o que no hicieron lo suficiente para tratar de convencerlos.

El caso más reciente es el de Joao Félix. En el verano del 2019, el Atlético de Madrid pagó 127 millones de euros por el futbolista portugués y en las primeras temporadas las cosas no le fueron mal al exjugador del Benfica. Sin embargo, esa lucidez en el terreno de juego se fue diluyendo y la relación entre el técnico argentino y el atacante luso se fue erosionando hasta el punto de que Joao se declaró en rebeldía y mostró una actitud impropia de un futbolista de élite. Su estancia en el Atlético se acabó convirtiendo en una pesadilla.

El futbolista de Viseu, apodado el Menino de Ouro, cerró su etapa en el conjunto colchonero el pasado verano y se fue traspasado al Chelsea, equipo en el que estuvo cedido en 2023 y dónde no llegó a convencer a los aficionados blues. El fútbol quiso que regresara a Londres, otra de esas ciudades europeas, como pasa en Madrid, en las que es realmente complicado aislarse de lo externo.

En su vuelta a Stamford Bridge, Joao Félix se encontró con el italiano Enzo Maresca y con una plantilla que en su línea de ataque ya contaba con jugadores más hechos al fútbol de la Premier League que el luso, con unas características algo distintas a lo que se suele ver en Inglaterra.

Joao fue de más a menos en su segunda etapa en Londres y en el pasado mercado de invierno, la directiva del Chelsea tomó la decisión de cederle al Milan para ver si tenía algo más de suerte y, sobre todo, continuidad en el fútbol italiano.

El atacante portugués tenía una oportunidad perfecta para resarcirse en San Siro. Todo era favorable para él. Y a eso había que sumarle que Sergio Conceiçao, que aterrizó en la ciudad de la moda para sustituir a Paulo Fonseca, había pedido su fichaje. Por lo tanto, se presuponía que el exjugador del Atlético de Madrid iba a contar con todos esos minutos que no venía teniendo en sus anteriores etapas.

Su debut con el cuadro rossonero fue esperanzador. Partió desde el banquillo en el partido de Coppa de Italia frente a la Roma y en los 32 minutos que estuvo sobre el terreno de juego consiguió marcar su primer gol con la camiseta del siete veces campeón de Europa. Todo salió a pedir de boca.

Sergio Conceiçao le dio su confianza a Joao Félix y en sus siguientes partidos acumuló un total de 537 minutos sobre el terreno de juego, algo realmente positivo para él. Eso es justo lo que necesitaba para recuperar una confianza que había perdido en el Chelsea.

Sin embargo, algo cambió en el vestuario del conjunto milanista que no salió a la luz y en los dos últimos partidos, Joao Félix fue suplente y salió en los minutos finales. Frente al Lecce disputó 29 minutos y ante el Como jugó un total de 39, algo que contrastó con lo que venía haciendo en los últimos encuentros.

Joao dejó de ser decisivo y la afición rossonera se empezó a hartar de él. Un gol en diez partidos eran cifras muy pobres y Conceiçao le sacó del once titular. Ese bajón futbolístico acabó con la paciencia de todos y las últimas informaciones aseguran que el equipo no va a prorrogar la cesión del atacante portugués. Así que Joao va a tener que regresar al Chelsea y allí ver qué es lo que más le conviene.

Lo que está claro es que esos 127 millones que pagó el Atlético por él le siguen pesando y que no es un futbolista con capacidad para rendir en las grandes ligas europeas. Y en ese sentido, el exjugador italiano Antonio Cassano ha definido muy bien lo que le sucede a Joao Félix: «Me encanta João Félix. Pero miro lo que pasa en el campo: sale del Benfica, que lo vende por más de 100 millones. En el Atlético de Madrid no encuentra la química adecuada. Se va al Barcelona, hace un par de buenos meses, pero luego lo dejan ir y no lo rescatan. Luego va al Chelsea y, al poco tiempo, también lo dejan marchar. Llega al Milan, empieza con algo, pero luego nada. El talento que tiene me vuelve loco, pero al mismo tiempo lleva seis o siete años en los que debería estar jugando al más alto nivel, y, sin embargo, no lo hace».