4-4. Rüdiger mejora el número de la cabra
El Madrid superó su clásico número de la cabra. A los 80 minutos palmaba 1-3. Seis después había empatado. Los 90 ‘minuti’´, la leyenda y tal. Le debió saber a poco y se tragó una falta a la olla de ver y no creer.
En las apuestas, el partidazo iba a ser el Atleti-Barça. Se picaron los reales: nosotros también podemos armarla y empatar a cuatro. Porteros y defensas se pusieron manos a la obra, lo bordaron. Fue muy divertido, claro.
La Real… ¡Ay si hubiese aparecido así en Manchester! Seguiría en Europa. Mostró quizá su mejor cara del curso. Cuajo donostiarra por arrobas. Hay que salir al Bernabéu en desventaja y estar a punto de darle la vuelta. Hubiese sido un grandísimo finalista.
El Madrid superó su clásico número de la cabra. A los 80 minutos palmaba 1-3. Seis después había empatado. Los 90 ‘minuti’´, la leyenda y tal. Le debió saber a poco y se tragó una falta a la olla de ver y no creer. Oyarzabal, 3-4. Prórroga. Alambre. A ver… El pueblo suspiró cuando entró Rüdiger, que había descansado y debió salir porque lo de atrás era un poema.
Esta vez no esperó a los penaltis. Esta vez cabeceó un córner aprovechando que la defensa visitante, pues bueno… El Loco y sus cosas. En su vida pensó que se haría un hueco en la historia del Madrid por sus goles. No evitándolos en su portería, marcándolos.
Ganó el Madrid, no despejó dudas. Enfocaron a Rafa Nadal, sufre más que cuando Federer. Un día va y salta, se lo digo yo. Dos le hizo el Lega, cuatro la Real. Seis en casa, en dos partidos. Y el Arsenal chuta que no veas. Otra duda es si alguno de sus futbolistas se acercará a Bellingham, figura de la noche: el pequeño Di Stéfano.
El jugador del Madrid ahora es él en cuanto a jerarquía, peso, todo eso: con continuidad. Alguno se le acerca, va a días. Así, nos es raro que el equipo no maneje los partidos. Este fue el 50 de lo que va de curso. Y 48 de la Real, por cierto. Es difícil pedir frescura de piernas y cabeza.
Despejó sí la importante, estará en la final. E hizo bueno lo que diremos el día que caiga: estaba escrito, se veía venir, mucho han aguantado, no juegan bien. Mientras llega, el final es el conocido: esto es el Madrid. Le meten cuatro y no le tumban. Tela.
Y ya, Atleti-Barça, que tiene otro gran partido a la vista. Su derbi con el CSD con la cautelar a Olmo y Pau Víctor en juego. El asunto se ha puesto excitante desde que se supo que el auditor del Barça, el del club sí, no ve claro que los 100 millones que puso, o dijo poner, un amigo de Laporta sean dinero de verdad y no del Monopoly.
El dinero que permitió que esos muchachos, inscritos además fuera de plazo, pudieran seguir jugando como si ná. Los 100 que permitieron también renovar contratos de varios de sus compañeros. ¿Cautelar con dinero ficticio ?
La tropa jurídica está como loca esperando el momento. Mi ilustre amigo letrado anda como loco esperando, tomen nota, a la Madre de Todas las Piruetas Jurídicas cuando el CSD deba resolver la cautelar con la enésima palanca onírica culé sobre la mesa. Y concluyó: Ulpiano, Tocqueville y, muy por encima, Uribes. Otro 4-4 es posible.
