
Joan Laporta, presidente del FC Barcelona
El destrozo económico que le supone al Barça ser un club polideportivo
La entidad pierde 32 millones de euros por tener equipos de baloncesto, balonmano, fútbol sala y hockey sobre patines, algo que Laporta considera bueno para el club
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Es sabido por todos que el Barcelona no está viviendo su mejor época en el apartado económico. El club azulgrana lleva varios años sufriendo para cuadrar sus cuentas y se ha llegado a un punto en el que no se sabe qué puede pasar mañana porque raro es el día en el que no sale alguna información que perjudique a la entidad.
Lo que sí se sabe es que el Barcelona es uno de los pocos clubes que, además del fútbol, cuenta con equipos en otras áreas deportivas. En el caso culé, existe la sección de baloncesto, la de balonmano, la de fútbol sala y la de hockey sobre patines. Y esto, que a priori es algo positivo y que sirve para poner en valor la marca Barça, le da más problemas que soluciones a la entidad catalana.
El Barcelona paga un peaje muy caro económicamente por ser un club deportivo. Esto a algunos les puede resultar una afirmación contundente, pero, en el fondo, es una realidad. Porque el fair play financiero que tantos dolores de cabeza le está generando al Barça en el fútbol también está presente en las otras cuatro áreas en las que el club azulgrana tiene equipos.
El gasto en salarios de las secciones computa a la hora de definir el límite de cada equipo y el Barça parte con una clara desventaja en ese sentido cada vez que juega competiciones europeas, donde ha perdido todo el caché que tenía antaño. En España todo es más sencillo, pero cuando toca salir de Barcelona a cualquier punto del Viejo Continente los problemas se agudizan aún más.Joan Laporta siempre defendió que es bueno para el Barça ser un club deportivo. Sin embargo, los más críticos le dejaron claro al presidente culé que eso iba a acabar por perjudicar al club. Y el tiempo se ha encargado de demostrar que los detractores del presidente barcelonista tenían razón.

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Para poner en contexto todo esto, sólo hay que echar un ojo a la memoria económica del club azulgrana. Por ejemplo, el equipo de baloncesto del Barça, que marcha quinto en Liga ACB y octavo en la Euroliga, es la sección que más dinero pierde. A principio de temporada, la entidad llevó a cabo un recorte económico masivo para aligerar gastos, pero esa idea no le ha salido bien al club porque acumula un desfase de 19 millones de euros.
En balonmano, la situación no es diferente. Es la sección con más títulos, pero el problema que viene padeciendo es que cada vez le es más complicado ser competitivo en Europa. Y eso es debido al potencial económico que tienen sus grandes rivales. El equipo tiene unos ingresos de 2,38 millones de euros y unos gastos salariales de 7,35 millones más los 1,96 de explotación. Haciendo cuentas con todas esas cifras, el equipo de balonmano sufre un desfase de casi siete millones de euros.
En fútbol sala, el panorama no es halagüeño. El equipo ingresa 1,76 millones, pero los gastos en coste de personal (4,44 millones) y explotación (1,19 millones) y la diferencia entre ingresos y gastos le dejan con balance de -3,87 millones de euros.
Y en hockey sobre patines, la sección menos mediática del club barcelonista, el desfase queda fijado en casi 2,7 millones. Los ingresos son bastante pobres (608.000 euros) y el equipo cuenta con un gasto en personal de más de 2,24 millones más los 850.000 euros de explotación.
En definitiva, sacando la calculadora, la visión polideportiva le supone al Barça un agujero económico de 32 millones de euros. Lo único que le genera más beneficios que perjuicios al club es el equipo de fútbol femenino. Es, junto al equipo masculino, la única sección sostenible. Ingresa 19,1 millones de euros y restando los gastos en personal y de explotación, a la entidad le queda un beneficio de 217.000 euros, que, con el paso de los años, va a ir a más.