El desastre de la final de París: maletas desaparecidas, móviles robados y pagos con tarjetas clonadas
Las peñas y otros cientos de aficionados del Real Madrid se quejan de la falta de control policial en los aledaños del estadio de Saint-Denis y en los kilómetros adyacentes
Miedo, terror y una violencia nunca vista que alimentó la falta de las fuerzas del orden francesas en los kilómetros cercanos al estadio de Saint-Denis, en los suburbios de París. La victoria en la final de la Copa de Europa fue una alivio para miles y miles de seguidores españoles que lo pasaron realmente mal en la capital francesa. No hay aficionado madridista que no relate un altercado, un robo, una tarjeta falseada.
La organización compartida por la policía francesa y por la UEFA fue un desastre total y el retraso de más de media hora en la disputa del partido fue el colofón de tantas cosas mal hechas. Faltó policía incluso en las cercanías del propio estadio, algo inaudito, superados los miembros del orden por las avalanchas de aficionados sin entrada que deseaban penetrar en el recinto. Pero lo peor no fue eso, sino lo que los asistentes al encuentro soportaron a lo largo de 48 horas, antes, durante y después del encuentro.
Las quejas registradas de los peñistas y otros muchos seguidores blancos son una lista inacabable de denuncias por delitos de todo tipo, que en la gran mayoría de las veces no tuvieron oficialidad porque casi nadie acudió a la policía parisina para escribir una denuncia que verdaderamente no les devolvería ni la maleta, ni el teléfono, ni la tarjeta de crédito.
Estupor sintieron los asistentes al partido cuando presenciaron el viernes y el sábado, día de la final, como bandas y bandas de radicales abrían los portalones de los autocares en pleno movimiento y sacaban las maletas hasta vaciar las bodegas de los buses completamente. Les daba igual que estuviera en ruta o parado. Los simpatizantes madridistas reseñan la pérdida de 110 maletas. «Era alucinante, y daba miedo bajarse del autobús para impedirlo porque el mal podía ser mucho peor», explica a El Debate un grupo de seguidores madridistas procedentes de Barcelona.
El robo de 89 teléfonos móviles es el segundo dato relevante. Es el problema más habitual en cualquier concentración, pero ni siquiera la advertencia general a todos los aficionados impidió esta debacle. «Había muchos profesionales del robo en París y nos avisaron, pero es imposible evitar que te peguen un tirón», señalan dos mujeres madridistas de Córdoba.
El peligro de las tarjetas
Perder la tarjeta de crédito era el principal problema y la gran preocupación de los seguidores. Al final se ha contabilizado la pérdida de 78 tarjetas o la duplicación de ellas, cifra que probablemente será mayor. Y el peligro más grande ha sido la captación de tarjetas de crédito con móviles ajenos utilizados por profesionales que viven de esta práctica para pagar sus facturas, que se suman a otras personas, unos hechos que suelen producirse en hoteles, cafeterías y restaurantes. El paso de los días ha permitido ya a 95 personas comprobar en sus cuentas pagos de comidas y otros gastos que ellos nunca hicieron. Números que serán mayores con el transcurrir de una semana.
«No hay madridista que no te diga que le ha pasado algo, a todos les han sucedido cosas en este viaje terrorífico», señala Emilio Dumas, que acudió a la final en coche. El robo de cantidades menores de dinero, como el tirón de billetes de 50 y 20 euros, fue un hecho desgraciadamente repetido y relatado por cientos de incondicionales.
Lo mejor para los mas de 21.000 madridistas presentes en París fue el triunfo del Real Madrid, pero la organización de la UEFA y de la policía francesa fue sencillamente calamitosa. Las quejas contra Ceferin han sido una constante a lo largo de estos días.