El nuevo Barcelona tiene palancas, pero no goles

Se ha centrado tanto el Barcelona en palancas que se le olvidó que al final esto se decide en el campo. Y ahí el equipo azulgrana arrancó LaLiga con un pinchazo inesperado que pone de manifiesto que además de un gravísimo problema económico también existen deficiencias deportivas. Pese a que sacó a prácticamente todos los fichajes, incluido Lewandowski, el nuevo Barça fue incapaz de marcar un gol a un Rayo Vallecano valiente (0-0).

Ahogado por sus propias dudas, el estreno culé no pudo ser peor. Tanto hablar de fichajes y el equipo aún no está formado. Xavi tiene trabajo, casi más que el que tiene Laporta en los despachos. Empieza LaLiga cediendo dos puntos en el Spotify Camp Nou -primer partido con la denominación nueva- ante un rival menor. Y casi que den gracias los barcelonistas, porque en los minutos finales anularon un gol al equipo madrileño después de que expulsaran a Busquets. En resumen, el Barcelona que ha llegado es el mismo que se fue.

Y es que nada mejor como el regreso del fútbol para que se vea en que situación está cada uno. Si bien es pronto porque estamos a mediados de agosto, el Barça está verde. Ni Lewandowski ni Raphinha ni los que estaban antes. La palanca futbolística es la que le falta a Laporta y eso lo tendrá que arreglar Xavi si no quieren entrar en el colapso deportivo, lo que le faltaba ya para acabar entrando en quiebra técnica.

Dembélé, el más activo

No fue hasta el minuto 35 cuando el equipo culé apareció con dos claras ocasiones. Primero fue un activo Dembélé -ya no le pita nadie- en su característica jugada cuando entra al área, con recortes y mareos. Después fue Pedri con un precioso disparo de rosca que se pasó lamiendo el palo. Eso fue lo más destacable del peligro culé en una primera parte en la que el Rayo lo que hizo fue acercarse de forma tímida y recordar al equipo de Xavi que estaba también en el encuentro.

Buscó Dembélé en el descuento de esta primera mitad dos goles olímpicos mientras en el Spotify Camp Nou se quejaban del siempre polémico Hernández Hernández porque pitó el final -en el minuto 50- en un ataque culé. En ese tiempo extra el Rayo había tenido la ocasión más clara de todas las vistas, una acción individual de Álvaro García en la que rompió a Araujo (que jugó en el lateral), le hizo un recorte taurino y se encontró con el mejor Ter Stegen, que con el pecho salvó la sorpresa del cuadro madrileño. Otro susto muy relevante para el Barça fue el que firmó Camello, canterano del Atlético, cuando bailó a Eric García en el área y se plantó solo a Ter Stegen. Se quedó en el casi porque apareció rápido Christensen en el corte y achicó después bien el portero alemán.

Lewandowski, fallón

Lewandowski, gran atracción del partido, provocó dos amarillas a los dos centrales del Rayo y tras su primera aparición en el minuto 12 con un gol anulado por fuera de juego (había dejado una definición perfecta) se le vio más bien poco y si apareció fue para fallar lo que en Alemania no erraba. La última media hora fue para la ilusión de Ansu Fati -que a los cuatro minutos ya tuvo ocasión- y para que Xavi se aferrara a acabar para acabar con el empate con De Jong, el jugador al que el propio club presiona para que se vaya. Las incongruencias culés.

Se hizo fuerte Dimitrievski y mantuvo vivo a un Rayo de Iraola que volvió a mostrar ese fútbol alegre que derrochó el año pasado. Sin embargo el cuadro madrileño quedó a la espera del milagro con un Barça en los últimos minutos atacando con todo y el Rayo salvando cualquier acción ya fuera en la misma línea de gol. Lo peleó bien y el empate es más que merecido por el titánico esfuerzo que hizo.

Kessie, uno de esos fichajes que igual pueden salir bien que mal, anotó en el tramo final, pero su posición era manifiestamente ilegal por fuera de juego. El centrocampista marfileño se vio como héroe y acabó chafado. Minutos después le anularon otro gol al Rayo después de que Busquets, expulsado, se fuera a la caseta antes de tiempo. Así acabó el tropiezo del Barcelona, que arranca LaLiga sin diferencia con la anterior