Sociológicamente sibilino. El arbitraje, digo
Fue un arbitraje sociológicamente sibilino. 'RealMadrid TV' tiene material para una serie turca hecha en Valdedebas
Fue un partidazo y se veía venir. El Madrid cura enfermos y el Sevilla lo estaba. Y el cambio de entrenador excita a la tropa. Si el Sevilla hubiera jugado media docena de partidos como este, con la mitad le valdría, su segunda parte, estaba segundo por lo menos. O sea que puede hacerlo. A ver la continuidad, claro.
El Madrid tuvo el partido en el arranque. Le anularon un gol por el pelo de una gamba, diría Luis Aragonés. Por un tacón y de espaldas a la portería. Olé. A Bellingham le anularon otro porque se había desmayado Ocampos. Sus compañeros siguieron la jugada. El árbitro pitó. Más olé. A mí me pareció que hubo un penalti a Vinicius. Pero como ni el árbitro ni el VAR ni la cámara secreta del VOR ni la Peña VIR lo vieron será que no le empujaron: o sea se cayó solo. Fue un arbitraje sociológicamente sibilino. RealMadrid TV tiene material para una serie turca hecha en Valdedebas.
Es probable, por no decir seguro, que el empate hizo justicia a lo que vimos en un Pizjuán rugiente. Lo de siempre más Sergio Ramos, que estuvo muy bien. El Madrid pudo poner tierra de por medio, no lo hizo y el desnortado Sevilla le acabó achuchando hasta merecer eso, el empatito. Navas y Suso más Ocampos se impusieron a un rival que fue de más a menos. Rodrygo no está, Kepa tampoco y Ancelotti cambió mal y a destiempo. Carvajal hizo de Haaland y el Madrid deja una gran conclusión: que Bellingham no se constipe.
Lo cual no pugna con un idea muy extendida entre el madridismo: el Madrid lo debe hacer todo muy bien y tener suerte para ganar la Liga. Con otro pelo gambero menos le resultará imposible.