De los cachetes de Xavi a Vinicius a los goles de Bellingham: un clásico más para el Real Madrid
El clásico, más descafeinado de lo normal, apenas tuvo polémica y futbolísticamente el nivel de los dos equipos no fue muy grande
Un Real Madrid desaparecido en la primera parte funde al Barcelona en el último minuto
Ha sido un clásico descafeinado. Entre Real Madrid y Barcelona siempre hay rivalidad, tensión y nervios, pero a este partido –más allá de los desencuentros entre directivos y de los ataques culés para justificar el caso Negreira– se llegó en un ambiente distendido a nivel deportivo.
Quizá eso le vino mal a Carlo Ancelotti, que le da miedo siempre ir a Barcelona y que salvo en algunos partidos ante los culés la tónica general es la de equivocarse en su planteamiento. El Real Madrid fue superado por un Barça normal, sin alardes, en el primer tramo de partido. Y en el segundo se podría decir que también hasta la aparición de Bellingham.
El clásico de Montjuic (primera vez en la historia que se juega en el Estadio Olímpico) tuvo pocas polémicas más allá de dos penaltis, uno en cada área, que se pudieron pitar. No hubo tampoco ningún gran enfrentamiento ni ninguna tensión entre jugadores. Pero sí la hubo entre un entrenador y un futbolista.
En una acción en la que Vinicius pidió falta de Araujo, que ocurrió justo en la zona donde están los banquillos, Xavi y el brasileño se encararon (de forma más o menos amistosa) con el técnico culé dando varios cachetes (débiles) al jugador del Real Madrid. Fue algo sin mala fe, ni mucho menos una agresión, pero sí fue algo cuanto menos curioso.
Más allá de eso el clásico bien pudo ser un Real Madrid-Granada o un Real Sociedad-Barcelona, es decir, duelos que tienen la tensión cualquiera de un encuentro de fútbol. El partido lo acabó calentando futbolísticamente Bellingham por una aparición casi celestial, enorme, verdaderamente relevante. El inglés marcó dos goles cuando el Real Madrid estaba dormido y apenas creaba peligro. La victoria del equipo de Ancelotti se entiende por la genialidad individual del inglés, mejor jugador del mundo en estos momentos.