Nuestro Leicester se va
El Leicester de Míchel se va. ¿Hasta dónde? Pues váyase usted a saber, vistos él y sus perseguidores en este arranque. Aquellos ingleses se animaron un día sí el otro más mientras el mundo se los tomaba a coña… y se llevaron la Premier
La cosa era que el Barça iba a no ganar en Anoeta. El Atleti en Las Palmas, puntito como poco, y el Girona ya veríamos que Pamplona es muy suya. Y el Madrid ganaba, claro. En casa. Al Rayo. Tras tomar Montjuïc.
Pues ya vimos. El único que ganó con jerarquía fue el líder. Solitario. Consumidas doce jornadas, el Leicester de Míchel se va. ¿Hasta dónde? Pues váyase usted a saber, vistos él y sus perseguidores en este arranque. Aquellos ingleses se animaron un día sí el otro más mientras el mundo se los tomaba a coña… y se llevaron la Premier.
Es lo que deja esta jornada con ‘petardá’ blanca. Al poco rato se vio como sería la cosa. Sólo podría ganar el Madrid y sólo empatar el Rayo. A cero por concretar. Pasó que los defensas y portero visitantes fueron mejores que el ataque local. No sé por qué carallo no pone Ancelotti un rato a Brahim. Tiene cuatro delanteros y uno no juega nunca. Misterios.
¿La falta de gol? Lo fundamental fue que no supo jugar el partido. Sólo dominarlo. Para nada. Nos dan las cinco de la mañana y está la cosa 0-0. No tuvo claridad el entonces líder, se embolicó, le hizo el partido al Rayo. Estuvo de un espeso irritante.
Me sorprendió sobre todo esto, 107 minutos de picar piedra con las manos, nadie dio siquiera con un martillo. Ni una luz. Chispazos de Bellingham. La incapacidad local para jugar el partido que necesitaba fue manifiesta. Puede que si Valverde emboca nada más salir el asunto hubiera cambiado. Dimitrievski le sacó el mano a mano que, visto lo visto, resultó crucial.
Es de cajón. Si todo el equipo está espeso, los delanteros difícilmente van a ser una excepción. Los que están y los que salen, léase Rodrygo. Que el Madrid hace tiempo que no tiene a Cristiano, ni hombre de área capaz de ganar estos partidos, y otros, lo sabemos. Cada día no se va a aparecer Bellingham, mellado en un hombro en mala caída, golpeado una y cien veces. Vinicius no está. Esta vez no fue Araújo: se pintó solo Andrei. Que debutaba.
Un partido sin gran lío arbitral. No sé… Visto lo visto este finde igual estamos ante una estrategia piteril. ¿Qué favorecemos al Barça? ¿Negreirato? Pues jorobamos a varios casi a un tiempo. Socializamos el mangazo, ruido colectivo. ¿Lo de Oyarzábal? Ya. ¿Y lo de Vigo, Valencia…? Mil tiros, no uno y blanco. Mil. Tendría sentido.
