El Barça agoniza ante el último de la Liga y Sergi Roberto evita el fin de Xavi

Ni contra el último de la Liga en su estadio el Barcelona da tranquilidad a sus aficionados. Este equipo se tambalea, juega muy mal y cualquier rival le hace daño. Este miércoles ha sido el Almería, colista del torneo, quien le ha sacado los colores en Montjuic por mucho que los culés se hayan llevado al final la victoria (3-2).

Sí, el Barça ha ganado al Almería, pero la forma en lo que lo ha hecho crea todavía más dudas en un Barcelona que no está en construcción sino en demolición. El peor equipo de lo que va de Liga, que no ha ganado ni un solo partido, le ha llegado a empatar dos veces e incluso pudo ser una tercera. Los errores del Almería en defensa dieron una victoria a un Barcelona que vive agónicamente cada partido.

Los pocos que van a Montjuic se tenían que frotar los ojos por como hasta el Almería, colista de la Liga, le hace daño al Barça. El asunto principal de esta temporada del equipo culé no es ya que juegue mal o los resultados no acompañen (que por supuesto es lo más importante) sino que todos los rivales le hacen daño. Todos. El Almería también.

Marcó Raphinha el 1-0 pasada la media hora de juego en un córner que hubo dos remates con facilidad. Primero Araujo y después el brasileño, que remató a placer, sin oposición y solo a un metro. Empujó el rechace que el portero Maximiano hizo. Nada le pueden reprochar al cancerbero, que hizo buenas paradas y fue el mejor del Almería.

El dominio era total del Barcelona, no se puede negar, normal cuando juegas en tu campo y contra el colista. Lo lógico es que cayera una goleada del lado azulgrana. El problema del Barça es que el Almería cada vez que se acercaba al área culé (muy pocas veces) daba la sensación de que si tuviera más calidad y mordiente arriba le hacía un traje al conjunto de Xavi.

Y así llegó el empate un poco antes del descanso. La defensa del Barcelona es una calamidad y Leo Baptistao lo demostró entrando como quiso, solo sin marca, y se la 'picó' a Peña en el cara a cara. Anularon el gol por fuera de juego pero tras echar las líneas el VAR dijo que era legal. Al descanso hubo pitos y el Barça, que pidió ahí la hora, le dijo a su aficionado que no puede estar tranquilo ni contra el colista ni en su estadio ni incluso en un partido que empieza ganando.

Entre fallos de Lewandowski –quién le ha visto y quién le ve– y paradas de Maximiano, Ferran Torres intentó revolucionar el partido tras el descanso. Se cargó Xavi a Joao Félix, al que dejó en el vestuario. El gol del 2-1 lo marcó Sergi Roberto de cabeza en una jugada imperdonable del Almería porque defendió un córner con la mirada. Lo celebró el Barça como si estuvieran ya en el liderato de la Liga. Así están las cosas.

Y así se las contamos. Unos minutos después el portero Iñaki Peña la pifió un centro inocente al área y en vez de despejar con el puño intentó coger el balón cuando tenía a Araujo molestándole. Fue la típica jugada que te enseñan hasta en el colegio, esa de gritar «míaaaaa». El central Edgar aprovechó el regalo y el Almería empató.

Lewandowski solo falló y Gündogan, más solo, también falló. Quien estaba acertado fue Sergi Roberto, de los jugadores del Barça más criticados, que cogió un balón en la frontal del área y definió bien para hacer el 3-2. Si el 2-1 se celebró de forma épica esto ya era clasificarse a la final de Champions, competición que peligraba para el año que viene si no ganaba este miércoles.

Un desastre

Pese a eso el Almería tuvo la ocasión más clara del encuentro en el minuto 87 con un cabezazo tremendo de Baba en el que se lució Peña con un paradón. Un fallo por un acierto clave. Es que el Barcelona no está tranquilo ni ganando en el tramo final y estando en su estadio y siendo su rival el último de la Liga.

Este Barça de Xavi es un desastre por mucho que ahora haya ganado (solo faltaría, era el último). Todos los equipos le hacen gol –menos el Atlético, ay Simeone–, juegan muy mal, en defensa son una calamidad y en ataque fallan mucho. Este miércoles tuvieron ocasiones de sobra para golear, pero sus jugadores (especialmente el polaco) fallan mucho. Y esta vez en frente estaba el Almería, último de la Liga. En cuanto lleguen los rivales fuertes (ya llegaron y llegarán) el viaje de Xavi será efímero salvo que cambie radicalmente algo que no se sostiene por ningún lado.