Paradinha del Madrid
El Madrid, utilizó uno de los comodines que se ha procurado en esta recta final de la Liga para seguir dominándola. Puede equivocarse alguna vez más, eso no lo tienen sus perseguidores
Fue sentarnos y marcar Joselu: paseo se mascó en el ambiente. ¿Saben? El Madrid marcó demasiado pronto. Salió en plan ciclón, anotó y se fue confundiendo, templándose hasta hacerse brisa, vientecillo vallecano.
Poco para despeinar al Rayo que empató pronto y, como todos, pone ante él los cinco sentidos y tres más. Va, interrumpe, incordia, se mete como no hace frente a Osasuna, vamos a suponer. En la complicación, en esa casa, el Madrid tiene las de perder. O empatar. Perdió tono, autoridad, posición, ventaja. Engancharse de nuevo no es sencillo. No es la primera vez que le pasa. Partido de cara que se complica y mucho.
Paseo visitante en Vallecas puede darse, y no a menudo, si metes otro, si vives enchufado. No lo hizo el Madrid y además concedió el empate. Y se lió. Corrió, quiso, pero no encontró su arte. No recuerdo un jugador notable en su tarde. Dominó, faltaba más. Sólo eso. Desde el tanto de RDT estuvo más cómodo su equipo que el líder.
El empate enseñó que paseo, el de la Castellana. Sobresaliente el Rayo, que venía muy mal, insuficiente el Madrid que venía de bordarlo hace una semana, aquel 4-0 tremendo. No fue un empate raro.
Total que en el finde de las ‘paradinhas’, la primera fue cantona, Lewandowski en Vigo, y estruendosa la segunda. El Madrid, utilizó uno de los comodines que se ha procurado en esta recta final de la Liga para seguir dominándola. Puede equivocarse alguna vez más, eso no lo tienen sus perseguidores. No se esperaba, y más con el 0-1, que acabara no sumando tres puntos que hubiesen sido otro clavo en el ataúd de la Liga.
Y luego está la maldición matritense. No le ha ganado al Atleti ni al Rayo. Sólo al Getafe, que matritense no es. No recordamos una Liga del Madrid sin haberle podido una vez, una por lo menos, a los más vecinos. Le tocará remar más de lo que podía imaginar en el autocar camino de Vallecas.
Frente al Sevilla, ni Carvajal y Camavinga más los de ausentes de costumbre. Ojito. No era esta una tarde para el embolique y se embolicó. No se dio cuenta de algo importante: debe ganar en defensa propia, legítima defensa. Es lo único que le pone a salvo de ‘paradinhas’ ajenas y otras cosas extrañas. En fin…