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El empate en Mallorca ha hecho reaccionar a Carlo Ancelotti

El empate en Mallorca ha hecho reaccionar a Carlo AncelottiAFP

Real Madrid: látigo físico y mental, y propósito de enmienda

  • Análisis de errores con Ancelotti: a los jugadores les faltó actitud y compromiso defensivo en Mallorca, el que siempre tuvieron con los éxitos: deben defender todos, no solo ocho. Rodrygo y Vinicius deben ayudar también

  • Hay que jugar más juntos, no dejar 40 metros libres al rival, y los puntas han de entrar también por la derecha y no provocar el atasco local en la banda izquierda

Solo ha sido un partido. Hay que volver a jugar como siempre y así sucederá. La integración de Mbappé también exige una conjunción en la estrategia ofensiva que se conseguirá paulatinamente. Nunca gusta empatar, pero no hay mal que por bien no venga. La igualada en Mallorca ha servido para que los futbolistas se pongan firmes y sepan que todos los rivales van a encerrarse con el fin de frenar al mejor equipo del mundo, que lo es y todos lo asumen. Cerrojo y contragolpe será la táctica repetitiva que todos los adversarios aplicarán ante el campeón de Europa. Y el reto del conjunto blanco es saber superar esos muros con calidad y disciplina en el repliegue y en la presión total.

Carlo Ancelotti ha analizado con su plantilla los errores cometidos en Son Moix para no volver a repetirlos. El estreno liguero en Palma ha sido una prueba de fuego de lo que le espera al Real Madrid a lo largo de la temporada, especialmente a domicilio. El cuerpo técnico y los jugadores lo saben. Nada nuevo bajo el sol. Toca poner la máquina a punto y hacerla funcionar perfectamente.

Lo primero que ha hablado Ancelotti con su plantilla es la necesidad de realizar el despliegue defensivo de todo el esquema con actitud y compromiso. En Mallorca hubo obsesión por marcar el segundo gol y esa tendencia atacante supuso que hubiera muchos jugadores alrededor del área enemiga y problemas para bajar todos.

El Mallorca ultradefensivo dejó solo a Muriqi en punta y trabajó con nueve hombres en la destrucción, de tal manera que cada pérdida de balón madridista significaba un contraataque local y cuarenta metros de vacío, pues los mediocampistas blancos se habían sumado a los delanteros en la búsqueda del tanto decisivo y no había suficientes mimbres como para cortar la respuesta rojinegra.

Deben defender todos

El mensaje del cuerpo técnico es conocido por sus pupilos, pues es el trabajo que llevan haciendo durante tres años. En Son Moix hubo tal acumulación de hombres al ataque que Mbappé, Vinicius y Rodrygo no ayudaban prácticamente cuando se perdía la pelota y había que descender a recuperar el balón. Valverde, Tchouaméni, Carvajal y Mendy no daban abasto ante la estampida de los rojinegros cuando iniciaban una contra, de tal forma que hasta motores de mil revoluciones como Carvajal y Valverde ya no podían más de tanto correr para hacer su trabajo y el de otros.

El estudio de las dos estrategias de Ancelotti exige que Rodrygo y Vinicius ayuden. Puede haber un hombre, Mbappé, que se quede arriba, pero no tres.

En defensa se falló en los marcajes a balón parado. La diana de Muriqi fue un error de vigilancia que se repitió en otras dos ocasiones.

Los rivales explotarán el fútbol a balón parado

Carletto ha explicado a sus hombres un dato que no les extraña, es lo habitual, pero que se pagó caro en la primera jornada del campeonato. Los enemigos buscarán las cosquillas al Real Madrid en las jugadas a balón parado, pues con fútbol trenzado no tienen nada que hacer y lo saben. Los oponentes utilizarán siempre la guerra de guerrillas, no plantearán el cara a cara en el centro del campo porque entonces estarán derrotados desde el primer minuto. Esa guerra de guerrillas tiene a las jugadas de estrategia como punto fuerte de los adversarios.

Zidane y Ancelotti han coincido en el último lustro en una reflexión con su plantilla: el Real Madrid es mucho mejor por calidad, pero para imponer esa clase hay que correr más que los contrarios, pues formarán una muralla tupida esperando las acciones ofensivas del campeón.

El poderío físico de los jugadores blancos también es generalmente superior y cuando se sufre hay que hacerlo valer en los últimos veinte minutos de cada encuentro. Los futbolistas titulares que se incorporaron al trabajo en agosto todavía no han encontrado la puesta a punto. Tranquilos, el curso acaba de comenzar, Mallorca ha sido una advertencia y ha venido bien que suceda ahora.

Ataque: entrar por ambos flancos, no obstruir la izquierda

Parece un mensaje político y exponerlo se asemeja a un discurso en una tribuna, pero es cierto: el Real Madrid se obsesionó en Son Moix con entrar al área enemiga por la izquierda, de tal manera que Mbappé, Vinicius, Rodrygo y Bellingham llegaron a pisarse la manguera, se molestaban, mientras la banda derecha estaba libre y con pasillo para llegar a la portería.

El túnel de pruebas de Mallorca ha permitido analizar en la cocina todos los defectos del Real Madrid para entonar el mea culpa y hacerlo bien durante los setenta partidos que vienen por delante. No siempre se ganará, habrá más empates y algunas derrotas, pero lo importante es que todo el mundo sepa lo que hay que hacer y llevarlo a cabo con actitud y disciplina, sobre todo en la estrategia sin balón, que es la más sacrificada. Bajar, robar y volver a atacar. Y buscar el gol por todos los sitios.

Carlo y Davide Ancelotti han estudiado con los creadores del fútbol del equipo que deben buscar combinaciones por la diestra. Rodrygo y Bellingham tienen que enlazar con Valverde y Carvajal por el flanco derecho con el fin de generar problemas a los contrarios por todos los sitios, porque los adversarios ya saben que todas las figuras madridistas tienden a jugar por la izquierda y eso les ayuda mucho en la faceta destructiva.

Los movimientos libres de Rodrygo y Bellingham, con acciones dirigidas por el flanco derecho, desatascarán la izquierda y permitirán mejores pasillos para Mbappé y Vinicius. Los líderes del conjunto madridista lo saben, pero no lo hicieron.

Jugar más juntos, no con líneas alejadas

El plan de corrección de equivocaciones analizado durante esta semana se remata con una norma que no debe violarse. El equipo debe juntar líneas, estar más cerca. En Mallorca se quedó el centro del campo vacío en la ansiedad por marcar la diana de la victoria y quedaron cuarenta metros detrás de la delantera vacíos, en tal medida que cuando Rüdiger y Militao recuperaban la pelota debían esperar a que los medios bajarán para volver a iniciar el ataque. Eso no puede repetirse.

Toda esta reflexión trabajada en Valdebebas es válida para todos los partidos. Este fin de semana viene el Valladolid al nuevo Bernabéu y veremos otro sistema ultradefensivo enfrente. Tras el mea culpa debe venir la reacción. El Real Madrid sabe que es el equipo a batir por todos y conoce muy bien lo que se va a encontrar en cada envite.

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