Fran, Laura, la pareja... ¡No llegamos vivos a agosto!
Veinticuatro años llevaba nuestro judo sin medalla y había peleado por montones. Acabó la maldición
Primer día de competición. Si esto va a seguir así, no lo duden: no llegamos vivos a agosto. ¡Qué manera de sufrir! Una hora, otra, otra más. Este deporte, aquel otro... Tranquilos, con las chicas del waterpolo y el final, sólo eso, con los Hispanos. Lo demás... Las lágrimas de Laura Martínez, de pena. Las de Fran Garrigós, de alegría. Tostón en el fútbol, penalidades bajo canasta. Primer día nada más...
Primer día, primera medalla. Faltan 21 para empatarle a Barcelona. Fran Garrigós, de Móstoles. Judo. Bronce. Los combates de su categoría explicaron lo que son los Juegos. Cualquiera de los tres primeros, y el cuarto, y el quinto, pudo ganar el oro. Todos son campeones de casi todo.
Fran, uno de los 'hijos' de Quino, el sumo sacerdote nuestro judo. Gasolina le pagó a la familia del medallista cuando vinieron mal dadas para ellos y se les ponía cuesta arriba llevarle a los entrenamientos. Pide que le ayuden con su trabajo en Brunete, una subvención, una manita. El concejal de Deportes y el presidente del COE se lo prometieron.
Veinticuatro años llevaba nuestro judo sin medalla y había peleado por montones. Acabó la maldición. En un sinvivir que pareció eterno. Esto son los Juegos, queridos míos: competir contra los mejores. Cada medalla es el parto de los montes. Vendrán más, pero vayan comprando tila, a kilos.
También primer diploma olímpico para nuestro tenis de mesa. María Xiao y Álvaro Robles.
Y Rafa. Y Carlos. Pero sobre todo, Rafa. Al joven le pesó quizá la responsabilidad. Jugar con su ídolo, no vamos a pifiarla por mí. Fue un Carlos guadianesco. Jugó bolas made in él y otras que no son del considerado mejor jugador del momento. Rafa fue Rafa el día más exigente rumbo al oro en parejas. Porque era el debut. Porque el rival es experto en la materia. Porque ganas o te vas. Porque España, el mundo, estaba en esa pista. Porque su salud nos tiene permanentemente en vilo.
Se lo digo ya: Rafa jugó uno de los mejores partidos de su vida. Y no como doblista, ¿eh? Merecería que los franceses volvieran a sacar los barcos y pasearle por el Sena arriba y abajo, el solito. Rafael Nadal: ¡qué grande es ser paisanos tuyos!
