Carlos Alcaraz, eliminado en Wimbledon, no puede con un arrollador Sinner

Se acabó el camino de Carlos Alcaraz por Wimbledon. El tenista español ha sido eliminado en octavos de final por el italiano Jannik Sinner, que ha sido un rodillo sobre la central de Londres. El murciano ha caído en cuatro sets (6-1, 6-4, 6-7 y 6-3) y se queda a las puertas de los cuartos de final, donde se hubiera enfrentado a Novak Djokovic.

El partido empezó mal para Alcaraz y acabó peor. Fue su día más flojo en Londres y lo notó con un juego totalmente desacertado, lento, superado en todo momento por el italiano, otra de las promesas del circuito del tenis.

Las fuerzas no le llegaron al murciano, que cayó de forma apabullante en la primera manga, murió en la orilla en la segunda y acabó por certificar su derrota en el cuarto set después de soñar con la remontada tras llevarse la cuarta manga en un agónico tie-break.

Y eso que Alcaraz estuvo muy bien a su primer servicio, con hasta nueve aces, pero fue de lo poco que llevarse a la boca en un mal partido de Carlitos. Sinner estuvo imperial al resto -donde Alcaraz fue incapaz de ganar alguno- y el joven italiano hizo break tras break. Así fue especialmente en la primera manga, donde Alcaraz solo pudo mantener su primer saque (1-1), pero ya en los siguientes se encontró con el vendaval de su rival, que mientras ganaba sus saques con comodidad le quitaba el servicio al español hasta en dos ocasiones. Con 5-1, a la primera bola de set que tuvo cerró el set (6-1).

Alcaraz no mejora en el segundo set

Había pasado solo media hora, pero Alcaraz estuvo flojo. Y no cambió en el segundo set, en el que ya empezó a contracorriente al perder su servicio en el primer juego. Tuvo bola de break el español en el segundo juego, pero la desaprovechó. Fue esa la única opción de rotura que tuvo en toda la segunda manga, porque después Sinner estuvo nuevamente intratable a su saque: ganó dos en blanco y Alcaraz se quedó lejos de poderle hacer daño desde el resto. Al menos el español se defendió con su servicio y entre juegos ganados cada uno a su saque el italiano se lo llevó aprovechando ese primer break ya mencionado (6-4).

El tercer set ya fue otra historia. Alcaraz encontró la consistencia que le había faltado antes. Eso no significaba que le llegara para ganar a un rival talentoso, pero al menos valía para seguir vivo en este duelo de octavos. Sinner tuvo tres bolas de break nada más comenzar el set y todas las salvó Alcaraz. Desde ese momento se abrió una época de igualdad total, cada uno defendiéndose nuevamente a su saque, sin que no ya hubiera una rotura de saque, sino que directamente no hubo ni bolas de break para uno y otro.

Agónico tie-break en el tercer set

Eso abocó al set al tie-break, donde se vivió un auténtico espectáculo. Con el mejor Alcaraz de todo el partido, el español tuvo hasta tres bolas de set. Ninguna las aprovechó. Sinner, confiado en sus posibilidades, con una mentalidad para aplaudir, consiguió cuatro puntos seguidos y se puso con bola de partido. La salvó Alcaraz, así también como la segunda. Carlitos ahí estaba ya perdido, pero sacó el puño para celebrar que había salvado dos bolas de partido y encima ganaba él el set (6-7).

Sin embargo, y cuando parecía que la cuarta manga estaría igualada -así fue en su inicio, con dos primeros juegos que duraron 25 minutos- Sinner dictó sentencia para un partido que mereció ganarlo. Con 2-1 el italiano le rompió el saque a Alcaraz y tras eso ya estaba todo finiquitado. El murciano se defendió con honor, vendió más cara la derrota, pero al fin y al cabo cayó.

Sinner se lo lleva: justo ganador

Sinner estuvo imperial y así hay que reconocérselo. Para firmar el 4-1 aguantó un punto brillante y lo finalizó con un golpe de auténtico lujo. Él era el que dominaba mientras Alcaraz quedaba a expensas del italiano. Carlitos se despidió de Wimbledon incapaz de hacer un break en todo el partido -esta estadística lo dice prácticamente todo- y con la sensación de estar en todo momento superado.

Con pundonor salvó Alcaraz otras tres bolas de partido con 5-2, pero si bien se le reconoce ese esfuerzo por alargar el partido y salir indemne de esas situaciones tan límites, su final tenía que llegar antes o después y ocurrió un juego después (6-3).