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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en Kenia.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en Kenia.EFE/EPA/Daniel Irungu

Análisis económico

La gestión de Sánchez: puesto 22 de 27 en la UE; mal no, lo siguiente

El presidente y todo su equipo están conduciendo paso a paso al hundimiento de la cuarta economía de Europa

Según la Real Academia de la Lengua, gestionar es «hacer diligencias conducentes al logro de un negocio o de un deseo cualquiera»; hacerlo bien equivale a conseguirlo.

El viernes 21 de octubre el Supremo ha enmendado la plana al Gobierno y considera que los ceses por causas económicas ligadas a la covid deben ser considerados improcedentes.

Bofetón con la mano abierta a otra de las decisiones de gestión de la covid.

El viernes 14 de octubre, Sánchez, Schölz y Costa escenifican el frente Midcat. El viernes 21 de octubre, Sánchez entierra el proyecto Midcat y pacta una interconexión verde en Barcelona y Marsella (BarMar).

Otro bofetón a la estrategia de gestión de Sánchez que además quiere demostrar que esto es un éxito. Midcat se sabe cuánto costaba y en qué tiempo estaría hecho. Esto solo es un juego sucio y barriobajero al estilo de los suburbios de París, de los cuales Macron es un perfecto conocedor, para no hacer nada que no beneficie a Francia. Le importa la Unión Europea como a mí los barrios bajos de París: nada.

Sánchez podrá explicar que es un gran gestor, que está preparado y que tiene un gran equipo. El problema no reside en lo que dice, sino en lo que hace. No es un gestor. No tiene un plan. Tiene 1.000, como Groucho Marx, y lo cambia cuando le conviene. No está preparado porque, aunque sepa de muchas cosas, para poder triunfar tienes que estar rodeado de los mejores y fiarte de ellos. Sánchez, por no fiarse, no se fía ni de su sombra. Las decisiones las toma él y, casi siempre y por desgracia para este país, mal. Y del equipo mejor no hablemos, porque después del anuncio de Volkswagen, segundo productor mundial de automóviles de que si esto no cambia deja de invertir 10.000 millones de euros en la planta de baterías en Valencia, no sé como la ministra de Industria sigue en su puesto.

Y así podríamos seguir horas hablando de la gestión del gestor, pero como los lectores ya saben que dato mata relato, vamos al dato, que es patético.

En este análisis vamos a comparar primero el crecimiento del PIB de España y el de los miembros de la Unión Europea durante los años que lleva Sánchez al frente del Gobierno. Seguidamente, analizaremos el gasto público y su crecimiento durante este mismo tiempo y veremos dónde se coloca España. Por último, analizaremos los efectos del gasto público en la creación de riqueza; es decir: restaremos del crecimiento del PIB el crecimiento del gasto público y el que el ratio sea mayor, será el mejor, y en el que el ratio sea más negativo, será el peor.

La idea es clara: si el gasto público ha servido para hacer crecer la economía, esta habrá crecido más, y si no ha servido nada más que para gastos suntuarios, la economía habrá crecido menos o incluso bastante menos.

Así tenemos que en el análisis del crecimiento del PIB entre 2017 y 2021 la Unión Europea crece un 10,53 % y la Zona Euro un 9,19 %. La mejor, Irlanda, que crece en 4 años, casi un 42 %, seguida de Lituania, con un 31 %, y Bulgaria, con un 29,2 %.

De entre las seis grandes de Europa, Polonia crece un 23 %, Países Bajos un 16 %, Alemania un 9,3 %, Francia un 8,1 %, España un 3,7 % e Italia, que es la peor de las 6 grandes, un 2,2 %.

España ocupa la posición 25 de 27 e Italia la 27. En medio se queda Grecia con un 3,4 %. Nuestro vecino Portugal ocupa la posición 24 con un 7,8 %.

Si el análisis lo realizamos desde el punto de vista del incremento de gasto público, tenemos que los países de la Unión Europea en este período de 4 años han incrementado el gasto en un 22,13 %, mientras que los países de la Zona Euro lo hacen ligeramente por debajo, con un 21,54 %.

Los países que más han controlado su gasto son Suecia, que solo la ha incrementado en un 12,66 %, Francia, que es una auténtica sorpresa y lo ha hecho un 13,69 %, y nuestro vecino Portugal, que lo ha subido en un 14,43 %.

Los países que más han subido su gasto público son Lituania, con una subida del 52,6 %, Bulgaria, que lo hace un 57,01 %, y Malta, que lo hace un 60,85 %.

España se coloca en la posición 12 con un incremento del 27,03 %.

A efectos de valorar estos dos datos, lo que hemos hecho ha sido crear un índice que valora el uso del gasto público. Si restamos la subida del PIB de la subida del gasto público nos da una diferencia: si es negativa, indica que el gasto público ha contribuido menos al incremento del PIB cuanto más negativa es; si es positiva, ha contribuido al incremento del PIB tanto más cuanto más positiva sale.

Así nos encontramos solo con un país en positivo, que es Irlanda, seguido de Dinamarca, con un -1,01 %, y Suecia, con -2,17 %. Todos sabemos que en los países nórdicos el uso del gasto público suele ser alto, y lo es para mejorar la calidad de vida del ciudadano, lo cual produce indirectamente riqueza.

Los tres peores países son Malta, con un -39,28 %, Bulgaria, -27,81 %, y Rumanía, con un -24,68 %. Todos sabemos también que los antiguos países del telón de acero están mejorando año a año su gestión de país, pero todavía les falta tiempo para llegar al nivel de los países nórdicos.

Francia ha gestionado bastante bien su crecimiento del PIB y del gasto público, colocándose en la posición número 7. Portugal está en la 9.

Quienes han fracasado estentóreamente han sido los alemanes, que se han colocado en la posición 18 y que han entrado en un grave problema de gestión de la pandemia, de la energía y de muchas otras cosas.

En cualquier caso, el problema se llama España, que está en la posición 22 justo por delante de Chequia y Chipre que, desde la llegada del socialismo en unión con el comunismo al poder, se han llevado por delante todo lo construido con mucho esfuerzo en la salida de la crisis financiera del 2008.

Sánchez y todo su equipo están conduciendo paso a paso al hundimiento de la cuarta economía de Europa, y además en un momento en el que en Europa no hay un líder capaz de poner cordura a la situación que está viviendo Europa y no le pone freno a lo que en un par de años puede ser un problema sin solución que se lleve al euro por delante.

Un default de España, con una deuda superior a 1,6 billones, mata al euro.

Recordemos el problema de Grecia, que unido al de Portugal e Irlanda sumaban en total menos de 0,5 billones, y casi hunde a la Zona Euro. Solo un país con 3 veces más puede ser el momento en que se abuse, se tire al euro a una cotización por debajo de 0,75 con el dólar y se haga imposible sostenerlo.

La Comisión Europea tiene que tomar medidas inmediatas con Sánchez y embridar los gastos de 2023 y lo tiene que hacer ya antes que se aprueben los Presupuestos Generales.

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