Nuevos tramos
El negro futuro de los autónomos: «Las nuevas cuotas incentivarán la economía sumergida»
Las gestorías aseguran que muchos trabajadores salen perdiendo con los nuevos tramos y se empiezan a dar cuenta ahora de la que se les avecina
Los autónomos cotizarán por sus ingresos reales en 2023. Esa fue la frase y el acuerdo al que llegó el Gobierno con las principales organizaciones de autónomos en julio de 2022 tras un año de negociaciones.
A simple vista, los nuevos tramos hacen que la cuota pueda ser menor, pero según se acaba 2022 aparecen muchas dudas entre los profesionales y más aún entre las gestorías porque las preguntas de sus clientes se multiplican y las respuestas no gustan.
Afán recaudatorio
Desde el departamento laboral de Ofeco, una asesoría de empresas que da servicio en Madrid desde 1978, aseguran que «no todos los autónomos van a pagar menos, este nuevo sistema de 15 tramos tiene un fin claramente recaudatorio» y añaden que «la nueva cuota mínima va a ser de 230 euros, pero lo va a ser para quienes ganen menos de 670 euros cuando el salario mínimo va a ser de algo más de mil euros. Es decir, que si ganas menos de 600 euros y pagas 270 de cuota, date por fastidiado».
Esta es otra de las críticas al nuevo sistema. La opción de abandonar la labor de autónomo y trabajar en una empresa, opositar o no pensar en emprender, es la conclusión a la que llegan muchos profesionales de este maltratado tejido que comprende el 16 % en España, mientras que en otros países baja al 8 % en Francia o 9,6 % en Alemania, según datos de Eurostat.
En Ofeco han hecho muchos números a lo largo de estos meses para explicarles a sus clientes cómo será su futuro. Las cuentas no salen. Los autónomos con 14.400 euros al año, el equivalente a 1.200 euros al mes, pagará 351,9 euros de cuota mensual y eso supone unos 700 euros al mes de sueldo si lo trasladamos a 14 pagas.
Los que se vayan a máximos con 4.050 euros al mes tendrán que asumir cuotas 61,2 euros más altas cada año hasta 2027, hasta que la subida se dispare, y en 2031 tengan que desembolsar 1.266 euros mensuales. Por ingresos de 48.600 al año, se pagarían 15.200 euros sin contar el IRPF.
Economía sumergida
Esto nos lleva a la pregunta que se hacen muchos sobre cómo evitar estas subidas en un sector con tantas dificultades para mantenerse. Detrás de estos nuevos tramos existe el riesgo de que la economía sumergida vuelva a aflorar entre aquellos que más ganan porque subir al siguiente peldaño les puede suponer pagar más cuota y, por lo tanto, perder ingresos.
Pero los que ganan menos también tienen motivos para mantener el dinero en B en marcha porque su tarifa mensual ya es lo bastante alta para ellos y prefieren seguir con esta operativa. «Las nuevas cuotas de autónomos incentivarán la economía sumergida porque muchos autónomos no podrán repercutir las subidas a los clientes», afirman.
La construcción vuelve a tener el foco con las facturas: «Con una factura de 2.000 euros al mes, se eleva a un tramo de 300 euros cuando antes pagaban 100 euros menos».
Previsiones
Otra de las novedades es que los autónomos tendrán que hacerle llegar a la Seguridad Social cómo les va a ir en 2023. Aquí existe una doble vara de medir y un perjuicio porque en una época de tanta incertidumbre es complicado afinar. «Los cálculos se hacen con previsión y se pueden cambiar seis veces a lo largo del año. Si pagas de más, la Seguridad Social entra de oficio y te devuelve el dinero, aunque tiene hasta un año para hacerlo. Si pagas menos de lo que te corresponde y la Seguridad Social te regulariza, tienes un mes para pagar los atrasos de todos los meses juntos, imagínate que te lo hacen en diciembre y tienes que pagar 100 euros desde enero, te toca pagar más mil euros».
Más problemas para los que quieran gestionar desde ahora su pensión. «Hasta ahora los mayores de 47 años podían subirse la base de cotización con el fin de que les quedara más pensión. Pero desde 2023, al ser por ingresos reales, no se podrá, aunque al menos mantendrán esta ventaja los que tuvieran aumentada la base previamente». Vamos, que el nuevo sistema es cortoplacista y no quiere pillarse los dedos en el futuro con el dinero aportado ahora.
Desde Ofeco explican que «esto es una transición que puede durar hasta nueve años». Aunque los problemas ya están sobre la mesa y todavía no ha empezado 2023.