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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparece en el pleno del Congreso

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparece en el pleno del Congreso

Ferrovial, impuestazo a la banca, reforma de pensiones... Los fracasos económicos del Gobierno

Mientras Sánchez presume de ser el país de la UE que mejor está soportando las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania

«Se está rompiendo el tabú, gestionamos la economía mejor que la derecha», ha asegurado Pedro Sánchez este viernes en un acto en Toledo. El presidente está centrando toda la campaña electoral en sus supuestos logros económicos, a pesar de que las cifras distan mucho de la situación idílica de la que presume el Gobierno. El escándalo de los fijos discontinuos, la salida de Ferrovial, la trola de las viviendas de alquiler asequible… Son muchos los ejemplos de que Sánchez se equivoca al escoger esta senda.

A la misma vez que realizaba estas declaraciones, el Eurostat nos recordaba que somos el cuarto país de Europa con mayor deuda pública y el quinto con mayor déficit de la Unión Europea. La renta per cápita de los españoles ha caído considerablemente y somos el único gran país europeo que todavía no ha recuperado los niveles de PIB anterior a la pandemia.

Sánchez se empeña en asegurar que España está resistiendo la embestida de la guerra de Ucrania mejor que el resto del continente con la segunda tasa de inflación más baja de la UE y mayor creación de empleo. Pero si repasamos los logros económicos de Sánchez, este Gobierno deja mucho que desear.

Reforma laboral

«Hemos conseguido en un año de reforma laboral lo que no se consiguió durante los 40 anteriores». Yolanda Díaz se refería con estas palabras a la supuesta mejoría en los datos de empleo tras la polémica norma aprobada por su Ministerio. El problema es que las estadísticas de paro escondían el dato de los fijos discontinuos, cifra que Trabajo se empeñaba en ocultar. De acuerdo al cálculo de la Unión Sindical Obrera, en España habría en realidad casi cuatro millones de desempleados, cifra similar a los primeros años de la crisis de 2008. Además, la mitad de los contratos indefinidos no son a jornada completa.

Intervencionismo

Tras tomar el control de Indra, el Gobierno cesó a cinco independientes de un consejo en el que están los socialistas Miguel Sebastián, Juan Moscoso y Antonio Cuevas. Esta situación se repitió en el INE, cuando su presidente, Juan Manuel Rodríguez Poo, anunció su renuncia por «motivos personales». El Gobierno colocó en su lugar a Elena Manzanera, que ya había trabajado en el Instituto de Estadística de Andalucía. Este movimiento fue criticado hasta por el Eurostat.

Ingreso mínimo vital

A punto de cumplir tres años, la gestión del ingreso mínimo vital ha sido nefasta. Falta de información, problemas burocráticos o requisitos demasiado estrictos han hecho que la medida estrella del Gobierno de Pedro Sánchez apenas ha llegado al 60 % de los hogares que podrían beneficiarse de la prestación.

Ayudas por la pandemia

Otro ejemplo de burocracia ineficiente. En marzo de 2020, Pedro Sánchez anunció miles de millones en ayudas a las empresas para recuperarse, pero apenas llegaron la mitad de los 18.000 millones prometidos por Sánchez y los empresarios se han quejado de que las cantidades no eran las acordadas.

Control de precios

El runrún sobre el intervencionismo estatal en los precios del alquiler o la cesta de la compra ha sido una constante desde Podemos. A pesar de que los expertos han advertido que el control de precios nunca ha funcionado, Ione Belarra y Yolanda Díaz –entre otras– abogaron por topar ciertos alimentos. Finalmente, la cosa quedó en una reducción del IVA en ciertos productos que no ha frenado la escalada de precios, y en una limitación de renovación de la renta de los alquileres incluida en la ley de vivienda.

Desplante de Ferrovial

Tras meses de ataques a los empresarios y tras negarse a negociar el SMI con la patronal, el presidente de Ferrovial anunció el traslado de sede a Países Bajos, una decisión que provocó un importante cabreo en el seno del Gobierno. El Ejecutivo ha intentado de varias maneras evitar la salida de la multinacional, pero no ha sido capaz de moderar las críticas al sector empresarial.

Impuestazo a banca y eléctricas

En plena escalada inflacionista por la invasión rusa de Ucrania, el Gobierno decidió aplicar un impuesto temporal a banca y energéticas a pesar de que acabaría recayendo en los clientes. Con esta decisión, el Hacienda recaudará 3.000 millones de euros, un buen negocio para los intereses del Ejecutivo a costa de los ciudadanos.

Reforma de las pensiones

Otra de las medidas estrella del Gobierno y clave para el desbloqueo del tercer tramo de los fondos europeos. Esta reforma hará que los jóvenes y sobre todo las empresas tengan que pagar más para sostener un sistema del que, además, no garantiza su sostenibilidad. Un bluf del que nos acordaremos muchos años.

Viviendas de alquiler social

Es la última promesa del presidente, que ha garantizado 50.000 viviendas de la Sareb para «alquiler social». El problema es que 15.000 no están construidas, 14.000 ya están ocupadas y, de las 21.000 disponibles, 12.000 no reúnen las condiciones de habitabilidad. Y eso sin contar que son inmuebles que esta sociedad no ha sido capaz de vender en diez años por sus malas condiciones o situación.

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