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Pedro Sánchez conversa con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.

Pedro Sánchez conversa con el presidente del Consejo Europeo, Charles MichelEFE

Sánchez dilapida en seis meses lo que prometió a Bruselas que gastaría en un año

La deuda ha aumentado en solo seis meses en 66.613 millones, cuando a comienzos de año aseguró que la emisión neta para todo 2023 sería de 70.000 millones

Llevaba varios días esperando una noticia que ya anticipé hace dos semanas y media cuando dije que la deuda a mes de junio rondaría los 60.000 millones de euros.

Mis amigos me miraron raro. Incluso el director del programa El Centinela, Antonio Naranjo me llama «el hombre de negro» cuando entro al estudio porque siempre soy el agorero de las noticias económicas. Sin embargo, después de comprobar los datos del Tesoro Público, puedo decir que no soy el hombre de negro.

Me he equivocado, porque fallar en un 10 % no es acertar, pero lo malo es que he errado quedándome corto. Dije 60.000 millones y han sido 66.613 millones, que parece un número de Lotería, pero que es en realidad la cantidad que ha subido la deuda en circulación en el mes de junio.

No es que sea una barbaridad. Es que está muy cerca de los 70.000 millones que el Ministerio de Hacienda comunicó a Bruselas que sería el gasto de España a 31 de diciembre.

Pero si esta es la cruda realidad del Tesoro, sorprende que Hacienda publique, a través de la IGAE, que el déficit consolidado hasta mayo es de 12.500 millones en un mes en el que la deuda ascendió a 41.000 millones.

Esto, mis queridos lectores, es tremendamente serio. Tenemos al frente del Gobierno a un mentiroso compulsivo que sufre de mitomanía y necesita ser tratado. Si miramos en Google, se trata de un trastorno psicológico que consiste, básicamente, en tener una conducta repetitiva del acto de mentir. «El objetivo del mitómano es conseguir beneficios del tipo de atención, admiración o evitar un castigo a través de mentiras».

Clava la actitud del presidente en sus visitas a Alsina y Ana Rosa Quintana, cuando llegó a decir que la congelación de las pensiones la realizó Rajoy, cuando fue una propuesta de Zapatero que él voto personalmente. Este trastorno de la realidad inhabilita a Sánchez para continuar en la presidencia y lo mejor –por su bien– sería un ingreso especializado para tratarse su enfermedad.

La distorsión de la realidad le está llevando a gastar sin freno para intentar cambiar el curso de los más que posibles resultados del 23 J. La deuda a 31 de diciembre de 2022 casi llega a los 1,3 billones de euros. El mes de enero es muy bueno en recaudación y, a pesar de que decrece en 133 millones porque hay que devolver dinero del impuesto de sociedades, el Tesoro le permita amortizar deuda por valor de 11.000 millones.

En febrero, la recaudación de impuestos y cotizaciones sociales llega a los 72.831 millones, pero los pagos a los que tiene que hacer frente el Estado le lleva a endeudarse en 30.000 millones, la cifra más alta del año. En marzo, los ingresos superan los 100.000 millones, pero la máquina de gastar sigue quemando caja con 14.600 millones más. En un solo trimestre, la deuda ha aumentado en casi 34.000 millones.

En abril, la recaudación aumenta en 50.000 millones más, dando oxígeno al Gobierno que consigue amortizar 7.540 millones. En mayo se añaden otros 14.900 millones a la deuda.

Y, aunque todavía no tenemos datos de la recaudación de impuestos y cotizaciones sociales de junio, sí sabemos que se ha pagado la extra a funcionarios y pensionistas, obligando al Tesoro a pedir prestados otros 25.600 millones de euros.

La realidad de los números es tozuda. A pesar de que en mayo llevábamos gastados 11.443 millones más que en 20022, la máquina del presidente del Gobierno no para de quemar caja. En los seis primeros meses del año, ha endeudado a nuestro país en 66.613 millones, 11.100 millones más cada mes. De seguir así, podríamos llegar a finales de año a una deuda por encima de los 133.000 millones de deuda, lo que dejaría a los caballos de los hombres de negro a las puertas de España.

Es importante que lean esto los indecisos que todavía se creen las encuestas del CIS. Como siempre, todos los datos del artículo son oficiales: la deuda pública del Tesoro, los impuestos de la Agencia Tributaria y las Cotizaciones Sociales de la IGAE. Aquí no se cocina nada.

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