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04 de julio de 2024

José María Rotellar

Los bulos económicos de Sánchez (II): España lidera el crecimiento económico

El gasto público ha mantenido artificialmente en pie a la economía durante este quinquenio

Actualizada 04:30

Pedro Sánchez ha presumido, primero de que la economía española va como una moto, y ahora de que va como un cohete. Todo falso y cortoplacista, fuera de la realidad, insertado en la economía de ciencia ficción que vende el Gobierno a través de toda su maquinaria propagandística.

En los últimos cuatro años, entre 2019 y 2023, es decir, casi todo el mandato de Sánchez, contra la propaganda gubernamental que afirma que somos quienes más crecemos en la UE, la realidad es bien distinta: mientras que la UE creció en ese período un 3,93 % y la UE lo hizo un 3,60 %, España creció un 2,48 %, todo ello en PIB en términos constantes, tal y como se puede calcular a partir de los datos de los índices de volumen publicados por Eurostat.

Mentiras

Así, el crecimiento económico español tiene un componente insano no sostenible –el gasto público– que expulsa inversión privada productiva, y un efecto estadístico artificial.

El discurso triunfalista del Gobierno en materia económica no se sostiene, como vengo repitiendo en cada artículo. Los datos económicos les permiten, en parte, lucir una supuesta bonanza, pero no va más allá del barniz de los mismos, pues su contenido, realmente, dibujan una realidad bien distinta, donde el sistema productivo privado está en retroceso ante el incremento, cada vez más notable, del sector público, que alimenta el gasto para tratar de sostener una economía que por sí misma no puede hacerlo, ya que la política económica aplicada la ha dejado muy maltrecha desde el punto de vista estructural.

En este sentido, si analizamos la composición del crecimiento de la economía española podemos observar que el crecimiento tiene un componente insano, que es el gasto público, que es el que impulsa, claramente, el crecimiento. De esa forma, si comparamos los últimos cuatro años completos, del IVTR-2019 al IVTR-2023, justo antes de la restricciones derivadas de la pandemia hasta el último año completo, podemos observar que la inversión se ha desplomado un 4,65 %, con el gasto público disparado, creciendo un 12,38 %.

Mentiras

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Es decir, se está dando un auténtico efecto expulsión de la inversión. La economía productiva está siendo arrinconada por el gasto público, que no para de crecer y que detrae recursos para la inversión o, al menos, los encarece, provocando que la actividad productiva real, caiga.

Esto es muy preocupante, porque observamos que la economía la mantiene el Gobierno. Ha anulado la capacidad productiva privada y sostiene el crecimiento económico de manera artificial. Ni con la importante modificación estadística que el INE aplicó en 2021, que fue sorprendente, al elevar el PIB en casi un punto en dicha revisión, la inversión ha recuperado los niveles anteriores a la pandemia. Es más, ha retrocedido casi un 5 %, mientras el gasto público sube exponencialmente. Ni siquiera con los datos parciales de 2024 (sólo el ITR-2024, que es el publicado hasta el momento), logra la inversión mejorar respecto al cierre de 2019, ya que sigue más de dos puntos por debajo en términos constantes.

De hecho, mientras que el PIB ha crecido desde entonces –gracias a la revisión sorprendente de 2021– un 2,86 %, el consumo de los hogares no crece, sino que se queda casi invariable: realmente, cae un 0,01 %. Por tanto, con la política económica del Gobierno, cae el consumo de los hogares y también cae la inversión, como consecuencia del estrangulamiento de la economía por parte del gasto desmedido intervencionista del Gobierno.

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Sólo el gasto público, que expulsa a la inversión y empobrece, vía impuestos y tensión en precios en el corto plazo, a los hogares, sostiene la economía, además del buen comportamiento del sector exterior, que puede acabarse al descender la renta disponible de nuestros socios comerciales y mercados emisores de turismo. De hecho, la exportación de bienes crece por debajo del PIB, siendo los servicios los que impulsan la evolución. En cualquier caso, es el gasto público el que ha sostenido artificialmente a la economía.

Mentira

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Por tanto, la política económica del Gobierno nos empobrece, al endeudarnos para sujetar artificialmente la evolución económica, y perjudica a nuestra estructura económica, al expulsar a la inversión y asfixiar el consumo privado. Esos son los resultados de la equivocada política económica del Gobierno.

Por tanto, vemos cómo el gasto público es el que mantuvo artificialmente en pie a la economía durante 2023 y durante el quinquenio de Sánchez, con un impulso que lleva a la economía a un crecimiento que no se puede sostener por sí mismo, sino que cuando se retire el estímulo público, caerá, habiendo dejado a la economía productiva anquilosada, al no haber aplicado ninguna reforma estructural, y al sector público con una deuda colosal en los últimos cinco años y medio, donde ha aumentado más de 400.000 millones de euros. España no lidera el crecimiento económico, sino el crecimiento artificial motivado por el gasto público, el déficit y la deuda públicos.

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