Deuda pública, baja productividad, alto paro y ahogo burocrático, los grandes agujeros de la economía española

Si España no comienza a introducir reformas estructurales en su economía corre el riesgo de lastrar el crecimiento y arriesgar su competitividad a largo plazo, como han destacado este martes en la conferencia anual sobre riesgo país que celebra Coface, una de las mayores aseguradoras de crédito multinacional.

Durante el acto, varios expertos han abordado cuestiones como las tensiones provocadas por el aprovisionamiento de metales clave para la transición energética o la incertidumbre respecto a la política monetaria. También se ha centrado en nuestro país, donde el economista José Carlos Díez ha advertido de los desafíos a los que se enfrenta España, donde es necesario apoyar a las empresas con alto potencial de crecimiento y de creación de empleo.

«Muchas empresas se mantienen en los cuarenta y tantos trabajadores por las complicaciones burocráticas que supone convertirse en mediana empresa», ha comentado el economista, que ha subrayado la importancia de cambiar el modelo económico en España para dar más protagonismo a la industria en el PIB.

Díez ha destacado el preocupante aumento de deuda pública en los últimos años, la baja productividad, la alta tasa de desempleo juvenil, el envejecimiento de la población trabajadora o la falta de inversión en capital tecnológico e innovación, como los principales desafíos que amenazan con lastrar el crecimiento de nuestro país, así como la necesidad de implantar reformas estructurales para no comprometer su competitividad a largo plazo.

Para este economista, que ha participado en una mesa junto con el periodista de Colpisa, José María Camarero, ha incidido en el uso de la IA en los sectores productivos ya que «la evidencia empírica» ha demostrado que aquellos países que lo han hecho son «más ricos, más prósperos y con mayor crecimiento».

Sobre la situación internacional, el CEO de Coface en España y Portugal, Guillermo Rodríguez, ha destacado que, en un entorno marcado por los conflictos bélicos en Oriente Medio y Ucrania, así como las elecciones en varios países y la incertidumbre ante la política monetaria, «las empresas se enfrentarán a una situación complicada, con un nuevo aumento de insolvencias, aunque a ritmo menor que en años pasados».

El consumo muestra sus primeros signos de vulnerabilidad ahora que el exceso de ahorro ha caído

Bruno de Moura, jefe de Macroeconomía de Coface, ha destacado la relajación monetaria va a ser más gradual de lo esperado a principios de año y ha destacado que el consumo muestra sus primeros signos de vulnerabilidad ahora que el exceso de ahorro ha caído. Asimismo, ha advertido de que la estrategia de crecimiento de China, que está acumulando buena parte de metales clave para la transición energética –particularmente el cobre–, va a generar tensiones a nivel internacional.

«La inversión privada y la confianza de los consumidores en el gigante asiático se está viendo condicionada por las preocupaciones sobre la corrección del mercado inmobiliario, la resolución de la deuda gubernamental local y las presiones deflacionarias. Esto llevará a que el crecimiento en 2024 sea menor del 4,3%», ha asegurado.

Por su parte, Gonzalo Delacámara, director del Center of Water & Climate Adaptation en IE University, ha explicado que los efectos del calentamiento global en algunas regiones están afectando directamente «a la producción –especialmente en el sector agroalimentario–, a la productividad, a la demanda y a la estabilidad financiera»

«La transformación tecnológica asociada a la descarbonización está cambiando los patrones de ventaja comparativa, creando riesgos para los países que dependen de sectores vulnerables al clima, pero también nuevas oportunidades económicas para aquellos con abundantes fuentes de energía renovables como el viento, la radiación solar y los minerales críticos», ha asegurado.