Grifols pierde ya más de 3.000 millones en Bolsa y su futuro parece cada vez peor
La empresa catalana de hemoderivados no levanta cabeza desde que Gotham City Research la atacó con sus informes en enero
La multinacional catalana Grifols, pionera en la industria del plasma sanguíneo y en la elaboración de medicamentos a partir de él, fundada en 1909, atraviesa sus momentos más críticos. La compañía ha perdido nada menos que 3.000 millones de euros en Bolsa desde que Gotham City Research publicó un informe dudando de la fiabilidad de las cuentas de la empresa española. Cuando lo hizo en enero, Grifols valía 8.700 millones, y ayer cerraba en 5.120 millones.
La acción de Grifols ha caído algo más de un 40 % en lo que va de año, y el futuro de la compañía, en la que trabajan más de 23.000 personas, no está nada claro.
La compañía vive pendiente de que se lleve a cabo una OPA de exclusión, que permitiría a los accionistas vender sus acciones antes de que la compañía deje de cotizar en bolsa. En este tipo de opas, la contraprestación será siempre dinero.
La OPA será impulsada en principio por la familia Grifols en colaboración con el fondo de inversión Brookfield a un precio de 9 euros, según estimaciones de analistas antes del verano. Este precio está por encima de lo que vale hoy Grifols en Bolsa. Ayer cerró a 8,30 euros.
Especialistas en inversión como los analistas de Renta 4 estiman que la evolución de resultados de la compañía es buena desde el cuarto trimestre de 2022. «Aun así, el actual proceso de posible oferta de adquisición, junto con las noticias de malas prácticas contables, hacen que estos resultados pasen a segundo plano», apunta Álvaro Arístegui, analista de la firma. Según las cifras de la compañía, su facturación fue de 1.818 millones de euros en el segundo trimestre de 2024 (últimos datos disponibles), un 9 % más que en el mismo periodo del año anterior, y su beneficio neto fue de 15 millones, 37 millones menos que en el segundo trimestre de 2023.
Se acumulan las malas noticias y la llegada de oportunistas
Entre las malas noticias recientes destaca la demanda colectiva que ha interpuesto a Grifols un bufete de abogados de Los Ángeles. Estas demandas no suelen venir solas, de modo que la empresa catalana tiene motivos para preocuparse.
Por otra parte, hay firmas que están tratando de sacar partido del descalabro en Bolsa de la compañía española para comprar acciones baratas. Ayer lo hizo la firma estadounidense Flat Footed, que afloró una participación superior al 3 % en la farmacéutica.
La demanda de Los Ángeles ha añadido incertidumbre a la oferta de compra de Brookfield. Analistas de la compañía de inversión XTB señalan que «diversas fuentes han afirmado que el proceso de due dilligence no está yendo como se deseaba y existen discrepancias sobre cómo se ha contabilizado la filial china». Grifols acordó en mayo vender el 20 % de sus filial china por unos 1.600 millones de euros para sanear sus cuentas.
Conexión con Puigdemont y similitudes con Abengoa y el Banco Popular
Desde hace tiempo diversas fuentes han especulado con el papel de Grifols como uno de los apoyos de la estancia de Puigdemont en Waterloo, algo que parece difícil sobrellevar solo con su sueldo de eurodiputado. También se dice que entre los pactos del PSOE con Junts está no dejar caer a Grifols. Sean o no sean ciertos estos rumores, la realidad es que la compañía no los desmiente.
Por otra parte, el informe de Gotham City Research en enero, desde luego, hizo mucho daño. Sostenía que Grifols manipula su ebitda (beneficio operativo) y su deuda. Afirmaban que la deuda de la compañía es realmente de entre diez y treces veces el ebitda, cuando la firma catalana señalaba que es de 6,7 veces.
Un analista con mucha experiencia consultado por El Debate asegura que no recuerda que Gotham City se haya equivocado alguna vez con alguno de sus informes. Por eso desmiente a quienes dicen que el objetivo de este hedge fund es desestabilizar a Grifols.
En el mercado crece la percepción de la similitud entre la evolución de Grifols y la que tuvieron el Banco Popular o Abengoa. La deuda devoró a estas dos entidades, que llegaron a un punto en el que no pudieron seguir más.
Esa situación es la que parece estar llegando a Grifols, que no genera caja suficiente para reducir una elevada deuda que la está ahogando. No llega con los ingresos que genera, y, si va vendiendo activos como ha anunciado que va a hacer, carecerá de los medios necesarios para producir la facturación necesaria.
La compañía está en una situación muy complicada. Por eso los bancos, a los que Grifols debe mucho dinero, o los fondos de inversión que están atrapados con ella, tampoco la critican mucho, con la esperanza de que se piense que no está tan mal y otros puedan comprarles sus participaciones.