La semana económica
Tensión en Correos: la SEPI y Hacienda presionan para acelerar el recorte de gastos y la plantilla se revuelve
En la empresa no se entiende este giro brusco cuando la reorientación de la compañía se estaba enfocando en un tono positivo
El mes de agosto ha sido de órdago en Correos. Había oficinas con un 10 % del personal habitual, y la consecuencia han sido retrasos en las entregas de los envíos y las notificaciones que han provocado protestas de los usuarios y denuncias en los medios en diferentes partes de España.
En la empresa se preguntan quién habrá sido el responsable de este tijeretazo en la plantilla. Cuando la reorientación de la compañía parecía que avanzaba en un tono positivo para revertir los ruinosos cinco años de presidencia del amigo de Sánchez, Juan Manuel Serrano, los problemas de este verano con el personal han enturbiado de nuevo el ambiente en la empresa.
Según algunas fuentes, en la dirección actual de la compañía parece haber dos líneas: una más prudente, capitaneada por el nuevo presidente, Pedro Saura, que trata de ir avanzando paso a paso hacia la reorganización de la empresa en su nueva etapa, con su nuevo plan estratégico, y la otra liderada por el principal accionista de Correos, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), y el Ministerio de Hacienda, del que depende la SEPI, que demandan más urgencia en el ajuste de costes.
«Alguien se ha pasado de frenada con el ajuste de plantilla de este verano»
En este contexto ha llegado la replanificación del personal de Correos en verano, que ha provocado los problemas de reparto y que ha puesto en pie de guerra a los sindicatos. El Debate ha tenido acceso a un duro comunicado de UGT del 22 de agosto dirigido a todos los trabajadores de la compañía en el que se preguntaba si «hay alguien ahí arriba que nos pueda aclarar qué está pasando este verano en Correos, y por qué los compañeros que están trabajando en verano tienen que soportar un inaceptable y brutal recorte de la contratación que afecta a sus condiciones laborales y está deteriorando gravemente la prestación de servicios». «Alguien se ha pasado de frenada con el ajuste de contratación en verano. Lo sucedido este verano no está acorde con la seriedad que contiene el texto del Plan de Modelo Postal futuro del 22 de julio. Del plan estratégico de SEPI no hacemos valoración porque nadie nos lo ha enseñado, y esperamos que en septiembre se transforme en carne y hueso para opinar».
Como ya contamos en este artículo, los sindicatos están a la espera de que les convoque Pedro Saura para mostrarles con detalle el plan estratégico y ver cómo afecta a la plantilla, en función de las áreas sobre las que se quiera hacer hincapié en esta nueva época. Sobre ello podrán opinar y plantear sugerencias, y también trabajar en el plan de prejubilaciones previsto y en el nuevo convenio colectivo, que empieza a verse difícil que pueda estar listo en diciembre.
De paso los sindicatos CSIF, Sindicato Libre y CGT aprovecharán para pedir explicaciones a Saura sobre los recortes de personal de este verano, pero aún no hay fecha para la reunión.
Los sindicatos pedirán explicaciones a Saura del ajuste de personal
Los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, firmantes del acuerdo de julio para impulsar el nuevo modelo postal de Correos, están a la expectativa de cómo van a concretar el presidente, Hacienda y los accionistas el plan para reflotar la compañía, pero mientras tanto van apareciendo otros actores. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha pedido esta semana a Correos que modifique su contabilidad y deje de considerar las notificaciones administrativas como un tipo de carta certificada que forma parte del Servicio Universal. En la empresa hay buenas expectativas con las notificaciones, ya que son un servicio rentable. Hoy en día suponen el 32,2 % de los ingresos del sector postal tradicional. Más vale que este tema se gestione bien, aunque hay quien no tiene claro si la CNMC está remando a favor o en contra.
Como se puede comprobar, hay muchos frentes pendientes para encarrilar el presente y futuro de Correos, que perdió más de 1.500 millones de euros en los años de Serrano. Los 3.000 millones de euros que aportará el Estado para reflotarla serán sin duda una ayuda, pero la plantilla tiene que empezar a ver pasos concretos que estén yendo en la buena dirección. Será una buena señal para los que se queden, y también para los 25.000 carteros que tiene la empresa, de edad avanzada y susceptibles de aceptar una prejubilación que les interese. En algún momento en la SEPI se habló de que la compañía podría desprenderse de entre 10.000 y 15.000 carteros por la caída de los envíos, pero está claro que los sindicatos no van a aceptar que ninguna actuación de ajuste laboral se haga sin un plan de prejubilación generoso y una sustitución del personal razonable y que rejuvenezca la plantilla.
Por otra parte, sigue habiendo una gran incertidumbre en torno al plan estratégico que supuestamente reflotará Correos. Algunos incluso piensan que no existe, por el hecho de que todavía no se conocen nuevas sinergias entre divisiones de la empresa que puedan ayudar en la rentabilidad futura, o por el simple hecho de que la dirección aún no lo ha enseñado a los sindicatos. El presidente de la compañía haría bien en aclarar este punto.