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José María Rotellar

La inflación se modera a pesar del Gobierno

Lo grave es que estos niveles de precios alcanzados en los meses anteriores siguen mermando el poder adquisitivo de los agentes económicos

Actualizada 04:30

La inflación en septiembre se sitúa en el 1,5 % interanual, tras confirmar el dato definitivo de IPC de dicho mes lo indicado por su indicador adelantado. La subyacente también se sitúa en el 2,4 % interanual, todavía con resistencia a la baja, y el IPC armonizado con la UE en el 1,7 % interanual, que es el homogéneo con el resto de la UE y sobre el que se basa el BCE como indicador de precios.

Ahora bien, este descenso de la inflación no se debe al Gobierno, ni al actual ni a ninguno, porque la inflación es un fenómeno monetario y, por tanto, depende de la cantidad de dinero que haya en el sistema. Lo que sí que puede hacer un gobierno, como el de Sánchez, es dificultar la transmisión de la política monetaria incrementando el gasto público, que ha hecho que sea necesaria una mayor intensidad y duración de dicha contracción monetaria, pero no baja gracias al Gobierno, sino que baja a pesar del Gobierno.

Los efectos de política monetaria tienen un retardo externo de entre doce y dieciocho meses y es lo que estamos viendo ahora. El agregado monetario amplio –M3–, que recoge efectivo, depósitos hasta dos años, bonos del sector privado no bancario y depósitos en moneda extranjera, aunque ha repuntado ligeramente desde hace unos meses, ha caído intensamente en los últimos tres años, cuando crecía a una tasa interanual superior al 10 %, para estar ahora por debajo del 5 % después de haber decrecido hasta más de un 10 % en 2023.

Inflación

Lo grave es que estos ritmos de crecimiento de inflación, aunque desacelere su incremento, se producen sobre niveles de precios muy elevados alcanzados en los meses anteriores, con lo que sigue mermando el poder adquisitivo de los agentes económicos.

Recordemos que muchos productos han visto aumentar su precio de manera exponencial: así, sobre niveles ya muy elevados, en septiembre el precio de los alimentos aumentó un 3,1 % interanual; la carne de cerdo, un 2,7 %; los aceites, un 28,8 %, en una subida exponencial durante muchos meses; los productos lácteos, un 0,5 %, sobre subidas ya importantes de meses previos; las patatas, un 4,7 %, con aceleración interanual; el pescado, un 2,3 %; el azúcar, un 3,6 %. Todo ello, sobre subidas acumuladas ya muy importantes en los últimos meses.

Todo ello, hace que desde que gobierna Sánchez la inflación haya subido un 18,55 %, mientras que la subyacente, durante su mandato, lo haya hecho un 17,02 %.

Inflación

Esta contención de la inflación llega muy tarde, al haberse producido durante tantos meses una merma en la renta disponible a los agentes económicos, que se empobrecen, especialmente las familias, afrontando, con los ahorros generados durante la pandemia ya gastados, un horizonte muy difícil, en el que la mitad de los españoles tiene dificultades para llegar a fin de mes, mientras el Gobierno los sigue endeudando y asfixiando con impuestos. El BCE tuvo un importante retardo que se ha traducido en una elevada pérdida de poder adquisitivo de los agentes económicos. Ahora, es cuando se notan los efectos de su rectificación, que son los que están permitiendo moderar la inflación.

Además, la preocupante evolución del crecimiento económico, basado en el gasto público (que ha expulsado a la inversión, que se encuentra por debajo de los niveles anteriores a la pandemia), ha tensado los precios al alza durante mucho tiempo, con riesgo de rebrote inflacionista para finales de año. Esa parte sí que es responsabilidad –negativa– del Gobierno, de manera que la inflación se suaviza a pesar del Gobierno, por el efecto de la aplicación de la política monetaria contractiva.

Por eso, el BCE debe ser prudente y no equivocarse en el ritmo de bajada de tipos, máxime cuando sigue habiendo excesiva liquidez en el mercado. Podría producirse, de cometer un error, un nuevo rebrote inflacionista que podría ser peor que el anterior. Por eso, debe pensar muy bien si lo adecuado es la política acelerada de bajada de tipos que está llevando, con la última rebaja de veinticinco puntos básicos el jueves pasado. Confiemos en que no se equivoque, pero no sería de extrañar que se pudiese dar un rebrote inflacionista por una rapidez poco aconsejable en relajar la política monetaria.

  • José María Rotellar es profesor de Economía y director del Observatorio Económico de la UFV
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