Entrevista
Labat (Feique): «Europa no produce ninguna materia prima estratégica, y eso es un problema»
La asociación de las empresas del sector químico aboga por mantener abiertas las centrales nucleares y urge a elevar las compensaciones por emitir CO2
Quizá no lo sepa, pero España tiene motivos para presumir de su industria química. «Toda la base de la aspirina se hace en Asturias. También todo el Nomex del mundo, el tejido de los trajes de bomberos o de los pilotos», cuenta Juan Antonio Labat (Madrid, 1969), director general de la Federación Empresarial de la Industria Química Española, Feique. En conversación con El Debate, se muestra preocupado por la posible prórroga del impuesto energético, que «va en contra de inversiones vitales que precisamos en el país». También cuestiona el cierre de las centrales nucleares: «Hay un trasfondo ideológico evidente, pero no lo veo práctico», destaca.
– El sector facturó 82.493 millones en 2023, con un crecimiento del 42 % desde 2015 pero un retroceso del 8,2 % interanual. ¿A qué se debe este retroceso?
– La caída ha sido mucho mayor en precios que en producción, por los altos precios que experimentamos en el 21 y el 22. Eso a su vez venía de la demanda embalsada que teníamos después del año 20, cuando se produjo mucho menos. Este año ya se termina el rebote, porque vamos a cerrar con ligeras décimas de retroceso, del 0,8 %. Y en el 25 esperamos, de nuevo, incrementos en los precios. Respecto a la producción, la caída se había concentrado en la química básica, es decir, la que necesita más energía para funcionar, la de las plantas. El año pasado cayó diez puntos y este año ese mismo subsector está creciendo nueve puntos, con lo cual se va a recuperar su nivel productivo.
– ¿Se ha visto afectado el sector por la DANA?
– En esa zona no hay grandes plantas de producción. El mayor problema ha sido la distribución. El Puerto de Valencia ha estado varios días cerrado, y mucha infraestructura ha quedado dañada. Pero aún no es el momento de hacer valoración de costes.
– ¿Tiene el sector el problema de vacantes que existe en otros ámbitos? Es decir, ¿les cuesta encontrar empleados?
– Nos asusta un poco más el futuro que el presente. No nos suelen faltar egresados que sean especialistas en química o en industriales. De hecho hay mucha exportación, sobre todo hacia Alemania. Siempre hay oferta fuera para nuestros ingenieros. Tenemos más problema en operador de planta, que es un título de FP. No mucha gente lo realiza y no hemos conseguido que se incorpore la mujer, frente a otras áreas donde ya tenemos más mujeres que hombres. En el sector, en el tercer trimestre de la EPA, tenemos ya prácticamente el mismo número de hombres que de mujeres, cuando hace 15 años estaban en el 30 %. Pero la lástima es que cuando hay una baja en producción, las empresas prácticamente se tienen que sustraer unas a otras.
Cuando hay una baja en producción, las empresas prácticamente sustraen perfiles unas a otras
– Varios de sus asociados están afectados por el impuesto energético. ¿Cómo han visto desde Feique la negociación del paquete fiscal?¿Qué impacto puede tener si finalmente se recupera el impuesto?
– No estamos de acuerdo ni con el impuesto ni con el modo en el que se impone, sobre la cifra de negocio. Alguna empresa nuestra, con pérdidas, tenía que pagarlo. No tiene ninguna lógica, ningún sentido, pagar un impuesto por beneficios extraordinarios cuando tienes pérdidas. Pero sobre todo porque estos sectores tienen que transformarse completamente, sobre todo el refino, y necesitan inversiones. Me alegré mucho de que se diera marcha atrás. No me alegro nada de que vuelva, porque va en contra de inversiones que precisamos en el país, vitales. También al sector eléctrico. La química verde de bioproductos va a depender mucho de estas grandes empresas.
No tiene ninguna lógica pagar un impuesto por beneficios extraordinarios cuando tienes pérdidas
– ¿Cómo afronta el sector su descarbonización?
– El diseño está. El problema es cuándo se ejecuta la inversión. Necesitamos más estímulos. Nuestra prioridad es que haya un modelo de contratos por diferencia de carbono. Si me cuesta menos emitir que cambiar la tecnología, es muy difícil que pueda cambiar la tecnología. Hoy por hoy el hidrógeno verde fabricado a partir de agua con electrolizadores es entre tres y cuatro veces más caro que el hidrógeno gris, producido a partir de metano. ¿Quién se cambia de una tecnología a otra si sabe que al día siguiente está fuera del mercado porque no puede vender su producto? Pretendemos entregar un modelo al ministerio de Industria a más tardar en enero de 2025.
– ¿Por qué no destinar fondos europeos?
– Europa está planteándose el mismo esquema. Pero España debe plantear su propio modelo, por justicia y equidad. Ahora mismo tenemos un 60 % de producción renovable, un 80 % sin emisiones considerando la nuclear. Esto se ha logrado inyectando 100.000 millones de ayudas al sector eléctrico. Ahora toca descarbonizar los procesos, y para eso necesitamos lo mismo que necesitó el sector eléctrico: apoyo, y que la operación sea más barata.
– Sois ejemplo de sector electrointensivo…
– Segundo consumidor de gas, y tercero de electricidad.
– En países del entorno, como Francia, la industria compite con una factura energética más baja gracias precisamente a la nuclear. En España, en cambio, se van a cerrar las centrales. ¿Cómo les afectará?
– Va a afectarnos a nosotros y a toda la economía. Según un informe de PwC el cierre de las nucleares va generar tres problemas. Vamos a incrementar entre 30 y 38 millones de toneladas de CO2 anuales las emisiones de España. Es decir, más de un 10 %. Si estamos luchando contra el cambio climático, no tiene mucho sentido si no tenemos suficiente capacidad de almacenamiento. Nos va a obligar a aumentar mucho, por la noche, el consumo de gas. El segundo efecto será precios más altos por recurrir al gas, entre un 13 y un 26 %. Y el tercer problema es la seguridad del suministro. En Cataluña, si cierras las tres nucleares, pueden tener un problema. Al final es quitar resistencia al sistema. Para mí, no es el momento. Hay un trasfondo ideológico evidente, pero no lo veo práctico.
– Quizá con el cambio de ministra haya mayor permeabilidad
– No es una decisión de la ministra, sino del Gobierno. Está en el PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima). Esperemos que haya una oportunidad todavía para la nuclear, aunque es cierto que la han hecho cada vez menos competitiva, y hay menos defensa de ella por parte de las eléctricas. Pero para nosotros es importante que prorroguen, al menos, hasta que haya almacenamiento.
El Estatuto del Electrointensivo está quedando vacío de contenidos
– ¿Ha sido suficiente el Estatuto del Electrointensivo?
– El Estatuto se está quedando vacío de contenidos. Tenemos que afrontar de forma permanente el ahorro de los peajes, como lo hace Alemania o Francia. Copiemos las fórmulas para defender a la industria electrointensiva, que al final de ella dependen todos los sectores. Si somos competitivos al inicio de la cadena, seremos competitivos al final. Hace falta reformar los peajes, abordar el famoso IPVEE (Impuesto al Valor de la Producción de la Energía Eléctrica). Somos el único país que lo tiene activo, y cuando lo aprobó el PP en 2012 se dijo que sería temporal. Pero todos los Gobiernos han visto que es muy bueno para generar ingresos. Está añadiendo por lo menos 5 euros al MWh; estamos además pagando otros 12 por MWh por servicios, lo que es una barbaridad. A parte, desde luego, los costes del CO2. Europa nos permite recuperar un 25 % de esos costes por emitir y estamos recuperando un 7 %. En Alemania y Francia, el 25 %. Eso nos hace menos competitivos, ya no solo con Europa, sino con China y EE.UU.
– ¿Se aprendió alguna lección del Covid respecto a producir en Europa?¿Temen una guerra arancelaria con Trump?
– Ahora mismo tiene más aranceles China que Estados Unidos. El Covid puso en evidencia que esa organización que nos permite producir en cualquier lugar no existe. Lo vuelve a demostrar cualquier conflicto estratégico. Si tu pierdes tu industria de base, que es lo que a mí me preocupa que podamos perder en Europa, eso es un problema para los siguientes sectores. La Comisión y sus funcionarios tienen que cambiar mucho el chip. Los sectores que consumen mucha energía, están al principio de la cadena de valor. En su día se pensó que era mejor producirlo en China, y nos quedábamos aquí con sectores de segunda o tercera transformación y nos ahorrábamos eso. Pero se ha visto que si perdemos eso, podemos perderlo todo. Ahora mismo dependemos de lo que diga el gas, de lo que diga Rusia. Nos hemos convertido en no productores de ninguna materia prima estratégica, y acabas perdiendo el transformado final. Ha ocurrido con las fotovoltaicas. Los chinos refinaban el litio y al final se han quedado con toda la cadena de producción. Al final, te quedas cerca de quien te surte la materia prima. Draghi y Letta han sido claros. Como la industria colapse, colapsa Europa. Es el sector que genera impuestos y empleo. Si no hay industria, toda la cadena se pierde. Los servicios viven de una industria potente que pueda pagarlos.
Draghi y Letta han sido muy claros: si la industria colapsa, colapsa Europa
– ¿En qué es fuerte la industria química española?
– Fabricamos todo el ácido acetilsalicílico del mundo, la base de la aspirina, en La Felguera, en Asturias. Todo el Nomex del mundo, el tejido de los trajes de bomberos o de los pilotos, lo hace Du Pont en Asturias. Somos muy buenos en muchos productos, tenemos mucha potencia en innovación, somos el sector que más invierte en I+D+i, y profesionales muy buenos que triunfan en el exterior. Tenemos un gran equilibrio entre farma, consumo y química básica. Tenemos una posición geoestratégica brutal, somos puerta de acceso a Europa y punto de enlace a Latinoamérica. Tenemos asegurado el suministro energético gracias a siete regasificadoras y los dos tubos con Argelia, una gran infraestructura energética aunque necesite crecer. Todo el mundo está analizando si invierte en España. Luego podrá salir adelante o no salir, pero todo el mundo se lo plantea.