Laboral
La reducción de jornada ignora al campo: «No había buena sintonía y desde que nos manifestamos, menos»
El sector primario, que cuenta más de 1 millón de afiliados a la Seguridad Social, reclama un canal de interlocución con el Ministerio de Trabajo
La fotografía de Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno y Ministra de Trabajo y Economía Social, junto con los secretarios generales de CCOO, Unai Sordo, y de UGT, Pepe Álvarez, tras la firma de su acuerdo para la reducción de la jornada laboral sin reducción de salario, se ve desde el campo con escepticismo y lejanía.
«Se trata de una firma entre Gobierno y sindicatos que hasta que no sea ley no significa mucho. El trato dice que se va a llevar a cabo, pero desconocemos los términos», afirma en conversación con El Debate Andrés Góngora, responsable de relaciones laborales de COAG.
El gran reproche de los agricultores con el Gobierno por la reducción de la jornada laboral tiene que ver con el desconocimiento de la misma. «El Gobierno ha pactado con los sindicatos, pero, aunque en el acuerdo estuviera la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), estaríamos en las mismas condiciones porque se haría una gran reforma sin tener en cuenta las condiciones peculiares del campo», señala Góngora.
El sector primario, que según los datos de afiliación a la Seguridad Social a cierre de noviembre cuenta con 1.030.655 afiliados, reclama un canal de interlocución con el Ministerio de Trabajo.
Según el secretario general de COAG en Almería, «no hay manera» de discutir la problemática con el Gobierno. «Nuestra contacto se queda en el Ministerio de Agricultura, pero hay cosas que recaen en Trabajo y nos afectan directamente. No hay buena sintonía con el Gobierno y desde que nos manifestamos, menos», asevera.
Impacto de la reducción de jornada
El recorte de dos horas y 30 minutos semanales a la jornada laboral sin reducción de salario implicará un aumento de los costes de producción en las explotaciones; sin embargo, esa no es la mayor preocupación para los agricultores.
Góngora apunta a las particularidades de la actividad agraria como gran punto de discordancia con la actitud del Gobierno: «Requerimos una flexibilidad especial porque nos vemos sometidos a condiciones que alteran una jornada laboral normal. Por ejemplo, si estás plena recogida de aceitunas y amenaza lluvia para el fin de semana no puedes esperar al lunes para quedarte sin cosecha. Por eso pedimos herramientas que nos proporcionen flexibilidad".
La ausencia de negociación –«o al menos interlocución»– desde el Gobierno desconcierta a las organizaciones profesionales agrarias. «No sabemos si en el acuerdo que plantean para reducir la jornada laboral se incluyen posibilidades que se adapten a nuestra realidad», argumentan en COAG.
A falta de consenso, la estrategia con el Gobierno de una de las grandes representantes del campo junto con ASAJA, con quien compartieron movilizaciones recientemente, pasa por el Congreso de los Diputados.
«El Ejecutivo gobierna en minoría y tiene que negociar con el resto de los grupos parlamentarios. Ahí, como llevamos haciendo años, está nuestra labor de informar a los partidos de diferentes cuestiones para evitar que se aplican normas ambiguas y sin fundamento», concluye Góngora.