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Agente de la Guardia Civil en una explotación agraria

Agente de la Guardia Civil en una explotación agrariaASAJA

Agricultura

70 motores, ni una huella y un robo de 35.000 euros: el destrozo para los regantes de Ciudad Real

La delegación provincial de ASAJA lamenta que los robos en el campo se contemplen ya como un mal endémico

Dos días antes de Nochebuena, a las puertas de la Navidad, los regantes de la comarca de Manzanares (Ciudad Real), amanecieron con una pésima noticia. Los ladrones del campo, esos que aprovechan la despoblación y el abandono de las áreas rurales, hicieron sangre.

Del kilómetro 11 de la carretera que une Manzanares con Arenas de San Juan al 23. 12.000 metros de recreo para los cacos, que no dejaron sin inspeccionar ni uno de los sistemas de riego de las parcelas que se sitúan a los dos lados de la calzada.

«Han robado en 70 motores de las máquinas de riego. Prácticamente todos los vecinos estamos afectados, nos han saqueado», lamenta en conversación con El Debate Pablo Muñoz, presidente local de ASAJA Membrilla y agricultor que más ha sufrido el gran robo: «Me han desvalijado 16 motores y solo ha quedado uno vivo».

El objetivo de los criminales era claro: el cobre de los motores que dan energía a las máquinas de regadío. «Para coger un kilo de cobre revientan el motor y lo dejan inservible», señala Pablo, que sitúa en 500 euros por motor el destrozo: «Me han hecho una desgracia de al menos 8.000 euros», comenta resignado.

El rastro de vehículos solo alcanza a los caminos que dan acceso a las fincas. «En los terrenos privados no hay rastro. Ni huellas de coche ni nada, se ve que han aparcado y han seguido a pie. La clave es que para extraer y transportar el cobre no necesitarán camiones ni herramienta pesada. Una furgoneta y a correr. Está claro que son profesionales. Tienen estudiado todo, desde los planos de la finca hasta los caminos para escapar», asevera el representante de ASAJA.

La impotencia de las víctimas se multiplica al conocer el valor que obtendrán los ladrones por el cobre que habitaba en su maquinaria: «La Guardia Civil nos dijo que estos motores pueden contener un kilo de cobre y que por eso sacan 4 euros. A mi por 16 motores que me han dejado para tirar; es decir unos 60 euros que han sacado, me han hecho un destrozo de 8.000 euros».

El agujero total es de calado: un siniestro en 70 motores a razón de 500 euros por máquina da un robo de 35.000 euros que aportará unos 280 euros a los ladrones.

Las cuentas no son lo único que desespera a los regantes, preocupados por el futuro inmediato de sus cosechas: «Es crucial reponerse lo antes posible para que el robo no afecte a la producción. A mi me han robado en una parcela de ajo morado que he sembrado hace 20 días y necesita agua para nacer. Tenía que regar y no pude. Llamé urgente a la empresa para que me instalase el motor, pero entre las fechas que son y que en la zona somos muchos los que estamos así, todo se ha complicado».

La premura por recuperar la normalidad entre los regantes choca con los tiempos de las aseguradoras: «No todo el mundo tiene la maquinaria asegurada. A mí es la primera vez que me ha pasado esto y han respondido, pero hay otros que ya han dado varios partes y les ponen pegas», apunta Pablo.

ASAJA Ciudad Real pide que se intensifique la vigilancia y seguridad y lamentan que los robos en el campo se contemplen ya como un mal endémico.

La presencia de la Guardia Civil en la zona se ha intensificado tras el robo; sin embargo, Pablo pide «que se ponga el foco en dónde se vende ese cobre» y reconoce la desconfianza tras un episodio tan traumático: «El miedo está ahí porque repones los motores, tiras de tus ahorros y al día siguiente te la pueden volver a hacer».

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