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José María Rotellar

Merz ha sido una esperanza para Alemania y tiene que volver a llevar a su país al liderazgo económico

Si va por el lado de más gasto público y menos control del endeudamiento y de la disciplina presupuestaria, seguiremos en la economía artificial, anestesiada, que no puede sostenerse por sí misma

Actualizada 04:30

Como escribí hace algunas semanas en El Debate, Alemania es el motor económico de Europa y una de las principales economías del mundo. Su industria siempre ha sido puntera y su capacidad innovadora ha mostrado una gran fortaleza y audacia desde el punto de vista industrial. Eso la ha convertido en una región rica, locomotora económica de la UE.

Sin embargo, Alemania y, con ella, la UE, retroceden, como fruto del largo declinar que llevan viviendo por la adopción de una serie de políticas equivocadas, basadas en un fuerte intervencionismo, que han paralizado su desarrollo industrial y que le han hecho perder el ritmo de liderazgo frente a Estados Unidos y a China. Con ella, toda la UE se ralentiza, en media, debido a las políticas intervencionistas impulsadas por Alemania.

Tras los errores de Merkel en materia energética y de inmigración, que sí acertó en la contención del gasto y la búsqueda de la estabilidad, Alemania ha perdido fuerza como locomotora económica de Europa y, con ella, toda la UE.

Esa política de fundamentalismo medioambiental, iniciada con el abandono de la energía nuclear, fundamentalismo impregnado en la UE por Von der Leyen, está arruinando a Alemania y ésta, por su carácter de motor económico, a la UE. Han apostado por el coche eléctrico cuando China lleva años de ventaja sobre Europa, de manera que difícilmente ya podrá competir la UE en ese segmento. La dependencia energética alemana por el antes mencionado abandono de la nuclear es muy negativo para su industria, que no se está desarrollando lo suficiente frente a las de Estados Unidos y China, que hace que Alemania retroceda posiciones en un segmento en el que era puntera.

Adicionalmente, Alemania también ha visto flaquear a su economía en el cumplimiento de la estabilidad presupuestaria, donde, al compararla con Irlanda, tiene un comportamiento mucho peor, pasando de superávit hace diez años a déficit en 2023.

Saldo presupuestario sobre el PIB

Saldo presupuestario sobre el PIBJosé María Rotellar

Pese a que la reducción de deuda en Alemania ha sido fruto del mayor incremento del PIB nominal, pues ahora acumula deuda en valores absolutos al existir déficit, su limitación propia de porcentaje de deuda sobre el PIB ha sido una herramienta muy valiosa que ha mantenido un mínimo de disciplina presupuestaria, imprescindible.

Deuda sobre el PIB en 2015 y 2023

Deuda sobre el PIB en 2015 y 2023José María Rotellar

Por ello, es un inmenso error modificar esos límites de endeudamiento para poder incrementar el gasto. El plan del futuro Canciller, Merz, para movilizar 500.000 millones de euros –que podrían llegar a un billón de euros– para revitalizar la inversión y el gasto en defensa debería realizarse respetando las reglas actuales de endeudamiento de Alemania y reduciendo, así, otras partidas. Eso en cuanto al gasto en defensa, porque la industria no hay que revitalizarla con dinero público, sino con reformas estructurales que allanen el camino a la inversión, que atraigan inversores que promuevan la inversión en tecnología. ¿Cómo Alemania no está metida en la carrera por la IA? No se entiende, y eso es síntoma del devenir alemán, que ha perdido comba en la competición con Estados Unidos y China.

Merz ha sido una esperanza para Alemania y no puede desaprovechar la oportunidad, porque puede que Alemania no tenga otra para volver al liderazgo económico. Si va por el lado de más gasto público y menos control del endeudamiento y de la disciplina presupuestaria, seguiremos en la economía artificial, anestesiada, que no puede sostenerse por sí misma. Si, por el contrario, quiere que Alemania –y, con ella, la UE– vuelva a destacar, tiene que aplicar reformas estructurales profundas que incentiven al sector productivo privado para invertir y desarrollar la economía con su actividad. Alemania no puede equivocarse, se juega mucho, y, con ello, toda Europa.

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