Ayuso recurre ante el TS el temario de bachillerato por su «carga ideológica» y «falta de contenidos»
Se ha contabilizado una carencia de conocimientos mínimos correspondientes al 50 % de los saberes básicos que deben desarrollarse
El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso ha recurrido ante el Tribunal Supremo el Real Decreto de Bachillerato aprobado por el Gobierno Central en el marco de la nueva ley educativa LOMLOE, al detectar «una falta de contenidos o saberes esenciales» además de una «elevada carga ideológica en el texto». Así lo ha confirmado el consejero de Educación y Universidades, Enrique Ossorio, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno.
El pasado mes de junio ya anunciaron la intención de hacerlo. En ese momento, según ha explicado el consejero, se presentó el escrito especificando la disposición impugnada. Una vez lo recibieron, el Alto Tribunal pidió al Ministerio de Educación «el expediente de tramitación» de todo el decreto. Este se trasladó a la Comunidad de Madrid, que lo estudió con detenimiento, y este mismo lunes presentó el recurso como tal ante el Tribunal Supremo.
El recurso está propiciado por la gran carga ideológica incluida por el Gobierno Central y la falta de contenidos básicos que contienen los libros de texto. El Ejecutivo madrileño para justificar sus acciones ha puesto algunos ejemplos. «Algunos términos en asignaturas con las que no guardan ninguna relación se repiten de manera numerosa, como sostenibilidad (130 veces), perspectiva o igualdad de género (54 veces)».
La Comunidad de Madrid, tal y como recoge el informe, ha basado su recurso «en el abordaje de estos temas resulta complejo y debe hacerse con la mayor seriedad y rigor, pues no parece prudente vincular, por ejemplo, la validez matemática con el consumo responsable, ni exigirles a los docentes de las distintas especialidades que deban enfrentarse a ello sin tener los conocimientos requeridos». «Dicho en otras palabras, la reiteración constante sin importar una mínima coherencia termina por banalizarlos», han recogido.
El Gobierno de Ayudo también ha recordado que el Consejero Escolar del Estado en su Dictamen 35/2021 recalcó que era «aconsejable realizar una revisión del proyecto, con el fin de analizar estos elementos del currículo desde el punto de vista de su verdadero carácter básico, así como examinar reiteraciones innecesarias».
Además, el informe del Gobierno madrileño destaca que la «intromisión» del Estado más allá de lo legalmente permitido puede suponer la conculcación directa de derechos constitucionalmente reconocidos como el artículo 1 (pluralismo político); 16.1 (libertad de pensamiento y conciencia); 16.2 (libertad declarativa); 20.1.c (libertad de cátedra); 27.1 (derecho a la educación y libertad de enseñanza); 27.2 (ideario educativo constitucional); 27.3 (derecho de los padres a elegir el tipo de educación de sus hijos); y 27.5 (programación general de la enseñanza), por ello su especial relevancia.
Reducción de contenidos básicos
Otros de los grandes aspectos que destacan es la reducción de los contenidos básicos. Esta práctica sería contraria al artículo 6 de la propia Ley Orgánica 2/2006 LOMLOE, que define los contenidos como una parte esencial del currículo.
El ejecutivo madrileño recalca que en el caso de Biología, Geología y Ciencias Ambientales, se ha contabilizado una carencia de conocimientos mínimos correspondientes al 50 % de los saberes básicos que deben desarrollarse, y, por el contrario, hay un exceso de referencias a ideología que el Gobierno central considera más importante que asuntos como, por ejemplo, la sostenibilidad.
El Gobierno de Madrid también ha denunciado que en el momento de crear el currículo no se han tenido en cuenta ningunas de las aportaciones de órganos independientes.
La Real Sociedad Española de Física presentó un total de 15 contribuciones a Física y Física y Química, de todas ellas solo se aprobaron dos parcialmente.
La aportación más llamativa fue la de la Real Academia de la Historia en la que se indican temas como la reducción de la Historia de España a la Edad Contemporánea. «Hay un exceso de presentismo y de exclusiva atención a la más reciente etapa de la Historia contemporánea en la determinación del programa de saberes básicos, este sesgo presentista produce planteamientos explicativos que privan a los estudiantes de la necesaria visión diacrónica que caracteriza la perspectiva histórica integrada», apuntan.
La Real Academia de la Historia presentó un total de 23 alegaciones, de las cuales únicamente se aceptó una, mientras que las otras 22 fueron rechazadas.