La brecha de ocupación entre jóvenes con formación superior y básica aumentó ocho puntos en 20 años

La ocupación de los jóvenes españoles de entre 25 y 34 años con estudios superiores fue del 78,2 % en 2021, comparado con el 59,2 % de aquellos con estudios básicos, según un estudio del Observatorio Social de la Fundación «la Caixa». Sin embargo, más del 30 % de estos jóvenes tienen contratos temporales. Este informe es parte del dossier «Jóvenes, oportunidades y futuros en España y Portugal» del Observatorio Social de la Fundación «la Caixa», que incluye tres estudios sobre nivel educativo, empleabilidad y sociabilidad juvenil.

«La educación funciona como un ascensor social en el empleo, pero también en otras áreas de la sociedad», afirmó Lígia Ferro, coautora del informe. Sin embargo, reconoció que muchos jóvenes «no tienen una remuneración acorde con sus calificaciones, especialmente en comparación con países del centro y norte de Europa». En este sentido, pidió «valorar la inversión que hacen los jóvenes en su cualificación, no solo garantizando su acceso al mercado laboral, sino también en términos de remuneración y tiempo libre».

Hace 13 años, el 35 % de los jóvenes en España tenía estudios de educación básica, el 25 % estudios secundarios y el 40 % estudios superiores. En 2021, la tasa de jóvenes con estudios básicos descendió al 28 %, mientras que el 24 % tenía educación secundaria y el 49 % formación universitaria. A nivel europeo, en 2021, el 12 % de los jóvenes tenía estudios básicos, el 42 % formación secundaria superior y el 46 % universitaria.

«El abandono escolar prematuro se ha acercado a la media europea», señaló Ferro, destacando que «la lucha contra el abandono es una prioridad de la UE». La diferencia en el acceso al mercado laboral entre jóvenes con formación universitaria y aquellos con estudios básicos o secundarios fue del 19 % en 2021, frente al 11 % en 2001.

«En España se han realizado progresos significativos. Sin embargo, un gran porcentaje de jóvenes abandona el sistema educativo sin obtener un título de nivel secundario posobligatorio, encontrándose en situaciones de vulnerabilidad y riesgo de exclusión más acentuadas que en el pasado», destacó Ferro.

El dossier también aborda el impacto de la reforma laboral de 2022 en los jóvenes. La temporalidad juvenil se redujo un 10,4 % en 2022 y un 21,2 % en el segundo trimestre de 2023 en comparación con el mismo periodo de 2017, mientras que el desempleo juvenil disminuyó alrededor de un 9 % en ambos periodos. Alejandro Godino, coautor del informe, destacó que «ha habido un efecto positivo en la estabilización de los contratos de los jóvenes», aunque la temporalidad en los contratos de jóvenes españoles sigue siendo del 30,5 %, frente al 18,4 % de la media europea. «Hay que tener cuidado con la estabilidad de lo precario», advirtió Godino.

El tercer estudio del dossier analiza las relaciones personales de los jóvenes, revelando que «los españoles y portugueses se sitúan a la cabeza de Europa» en la proximidad afectiva a sus progenitores y en el cultivo de relaciones personales. El 56,6 % de los españoles se sienten muy próximos a sus progenitores, frente a la media europea del 37,9 %. En España, el 70,6 % de los jóvenes interactúa con sus padres al menos una vez al día, comparado con el 49,2 % en el resto de Europa.

Esta proximidad puede deberse a la tardía emancipación de los jóvenes españoles, que ocurre a los 30,3 años en promedio, frente a los 26,4 años en la UE. Sin embargo, la tendencia de mayor interacción entre padres e hijos se mantiene incluso entre los jóvenes independizados. Joan María Verd advirtió que esta relación con los progenitores «sustituye los recursos que no ofrece el Estado». «En otros países de Europa, el Estado hace políticas más decididas de apoyo a la juventud; en el sur de Europa no existen o son menores. La familia sustituye al Estado», subrayó.

El estudio también evidencia un mayor nivel de aislamiento social en jóvenes de origen extranjero, con mayor vulnerabilidad económica y en situación de desempleo. «La sociabilidad es clave en el desarrollo de la trayectoria vital», resaltó Verd, explicando que el aislamiento social «es una de las causas de la soledad no deseada, ya que la red de relaciones personales es una fuente de apoyo emocional e instrumental».