Deudas, estafas y «empleados desaparecidos» en una guardería que cierra de un día para otro: «Es dramático»

El miércoles 5 de febrero a las 17 horas, la escuela infantil Montessori Village Alcobendas (Madrid) remitió un correo electrónico a las familias para informarles del cierre inminente de la guardería en la que, hasta ahora, sus hijos se estaban educando. «De forma completamente inesperada, recibimos un correo diciendo que cerraban la escuela de nuestros niños de 2 años y 5 años. En tres semanas nos quedábamos sin escuela», relata la madre de dos alumnos de esta guardería a El Debate.

Fue en ese momento en el que, según la versión de las familias, se empezaron a conocer distintas cuestiones a las que eran totalmente ajenos. «No se había pagado a las profesoras-cocinera durante varios meses y venían sufriendo otros retrasos, no se pagaba el alquiler del local desde hacía más de un año teniendo una deuda acumulada de más de 60.000 euros, acusaciones de estafa a empleados que desaparecieron de la noche a la mañana», denuncia.

Según relata, la noticia fue comunicada por la anterior propietaria y fundadora (y franquiciadora de varios centros más), María Giménez Zuñiga. «El grupo empresarial, como socio, ha hecho varios intentos por reconducir la situación. No obstante, finalmente, y al parecer cuando han tenido conocimiento de ciertas cuestiones que desconocían respecto a la gestión del centro, la noticia del cierre se ha confirmado», explica esta madre.

A su juicio, «esto no es solo un proyecto empresarial que ha ido mal», sino que «aquí ha habido una gestión muy negligente, cuando no dolosa, con ocultamiento y con prácticas más que cuestionables». Ejemplo de ello es que, según la versión de esta madre, no restaron las becas guardería de los meses de septiembre a diciembre en enero, cuando ya se detrajeron los fondos, sino que prorratearon e hicieron una reducción de cuota para todo el resto del curso quedándose con el dinero de la Comunidad de Madrid que pertenece a las familias, cosa que nunca habían hecho en el pasado y aun a sabiendas de que existía la posibilidad de cerrar.

Otro ejemplo de mala praxis es que se anunció el cierre el día 5 de febrero, inmediatamente después de hacer los cobros del mes. Además, emitieron cargos de cuotas por duplicado a las familias y no lo devolvieron después de meses de reclamaciones. Además, no se pagó a las profesoras durante meses y admitieron niños nuevos dos días antes de la noticia del cierre «a sabiendas de que iban a cerrar para cobrarles la matrícula y quedarse con este dinero», afea esta madre.

«Hay unas cuantas familias a las que deben más de 1.000 euros, que los han estado reclamando y la administradora ni siquiera ha estimado oportuno responderles (pese a que, en su día, dijo que 'había voluntad de que todos cobrásemos lo que se nos debe y que se juntaría con cada familia para ver cada caso concreto'). Supongo que no veremos nada y puede que nos enfanguemos en algún proceso judicial igual de interminable que infructuoso», denuncia.

Asimismo, cuando la escuela debía haber dado servicio con normalidad hasta el pasado viernes que cerró sus puertas, «durante toda la semana pasada estuvieron desmantelando la escuela entera, con los niños dentro en horario escolar, poniendo en riesgo su integridad al estar transportando muebles pesados, dejando puertas de cristal apoyadas en las paredes, clavos tirados... y dejando a los pequeños sin su material de trabajo para poder terminar la semana», critica esta madre afectada.

El Debate se ha puesto en contacto en varias ocasiones con la escuela infantil Montessori Village Alcobendas para plasmar en este artículo su versión de los hechos. Sin embargo, por el momento, no ha recibido respuesta.