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Oskar Matute y Mertxe Aizpurua, de Bildu.

Oskar Matute y Mertxe Aizpurua, de BilduEfe

Dos negociaciones distintas

Bildu excluye a los presos de sus enmiendas a los Presupuestos como maniobra de despiste

Los de Otegi optarán por cuestiones más mundanas –«escudo social» e infraestructuras– para facilitar el relato a Sánchez. No pueden permitirse que el presidente les deje fuera del juego  

El Gobierno y Bildu están tratando de coser el roto político provocado por la filtración de un vídeo de Arnaldo Otegi en el que éste contaba a su militancia que si para sacar de la cárcel a 200 presos etarras tienen que votar a favor de los Presupuestos lo harán.

En el Ejecutivo no ocultan la incomodidad que les han provocado unas declaraciones que vienen a dar la razón al PP y a las víctimas. Por más que el propio Pedro Sánchez haya prometido en sede parlamentaria que los presos no serán moneda de cambio. Dicen los populares que ya prometió no indultar a los cabecillas del procés y lo hizo.

En Bildu tienen miedo de que el episodio de Eibar obligue al presidente a reconsiderar el apoyo de sus cinco diputados a las cuentas públicas de 2022. Toda vez que al Ejecutivo le cuadrarían los números también sin la izquierda abertzale, siempre y cuando tengan de su lado a ERC, el PNV, el PDeCAT (cuatro diputados escindidos de Junts per Catalunya), Más País-Equo, Compromís, Teruel Existe, Nueva Canarias, el Partido Regionalista de Cantabria. Y, si acaso, también al BNG, que no apoyó los últimos Presupuestos.

Por lo pronto el grupo parlamentario que dirigen Mertxe Aizpurua y Oskar Matute van a omitir por completo el asunto de los presos de ETA en las enmiendas parciales que presentarán a los Presupuestos Generales de 2022. Ello para facilitarle la vida y el relato a Sánchez.

Fuentes de Bildu consultadas por El Debate señalan que la negociación presupuestaria tiene que tener «otros elementos» y citan, entre ellos, avanzar en derechos laborales para los trabajadores del País Vasco y Navarra, proteger a los «más vulnerables» y aumentar la inversión en infraestructuras en ambas. 

La negociación sobre los presos discurre por derroteros distintos a la presupuestaria

Nada de hablar de presos. Pero es solo una maniobra de despiste. Esta negociación, mucho más intrincada, tiene tiempos distintos: los seis años que Otegi quiere que Sánchez siga en La Moncloa. Con las competencias de Prisiones transferidas al Gobierno vasco desde el pasado 1 de octubre y el acercamiento de presos a velocidad de crucero, lo que Bildu quiere del Gobierno es una reforma del Código Penal para facilitar la obtención del tercer grado a los etarras más sanguinarios.  

El grupo parlamentario de Bildu tiene, como el resto, hasta el 5 de noviembre para registrar sus enmiendas parciales a las cuentas públicas. Dos semanas aún. Tradicionalmente, la izquierda abertzale presenta algunas enmiendas junto con ERC. En los últimos incluso hubo una con la firma de ambos grupos y de Unidas Podemos, socio de la coalición, para ampliar la paralización de los desahucios y los cortes de suministro a familias vulnerables. Aunque finalmente la retiraron al llegar a un acuerdo con la otra mitad del Gobierno.

La izquierda «útil»

El diputado de Bildu Oskar Matute.

El diputado de Bildu Oskar MatuteEfe

Desde que Sánchez está en La Moncloa, Bildu ha basado su estrategia de blanqueamiento en presentarse como una fuerza de izquierda útil en el avance de los derechos sociales y laborales, anteponiendo esa faceta a la de fuerza independentista. Y para ser útil los de Otegi necesitan que Pedro Sánchez siga contando con ellos.

Esta misma semana, un día después de la declaración de Otegi lamentando el dolor causado por ETA, el Pleno del Congreso aprobó una proposición no de ley de Bildu instando al Ejecutivo de Sánchez a hacer permanentes las medidas recogidas en el llamado «escudo social» sobre vivienda y suministros.

Nada más tomar la palabra, el diputado Oskar Matute proclamó: «Señorías, yo vengo a hablarles de pobreza y de exclusión social». Durante su discurso denunció que la pandemia ha agravado las desigualdades sociales hasta límites insoportables, que la tasa de pobreza en España se situó en el 21 % al término de 2020 y hasta utilizó datos del último informe de Cáritas. «Un país no es más rico si todos sus ciudadanos cada vez son más pobres. Un país no es más fuerte si cada uno de sus ciudadanos y ciudadanas cada vez tiene más dificultades para llegar a fin de mes», sostuvo.

Los portavoces del PP, Vox y UPN no tragaron. El diputado navarro Carlos Adanero denunció: «Esta moción forma parte del blanqueamiento mutuo entre el Gobierno de España y Euskal Herria Bildu».

El mismo Bildu que este miércoles impidió que el Parlamento vasco aprobara una declaración institucional de condena a ETA en el décimo aniversario del cese definitivo de su actividad terrorista.

Antes de trascender el vídeo de Otegi, la ministra portavoz defendió la negociación de los Presupuestos emprendida por el Gobierno. «Hay que tener respeto por todas las representaciones parlamentarias. En aquellos años duros lo que reclamábamos de ellos es que defendieran las posiciones con la palabra y no con las armas», afirmó Isabel Rodríguez. Pero ahora en La Moncloa están resituando su discurso.

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