Los presos de ETA renuncian a los 'ongi etorri' y allanan el camino al pacto de Sánchez y Bildu

El colectivo de presos de ETA (EPPK) ha anunciado este lunes su intención de acabar con los recibimientos públicos a reclusos etarras excarcelados y se compromete a limitar las recepciones a actos «discretos» en «el ámbito privado», según avanzan los periódicos Gara y Berria. 

Lo cierto es que los actos de bienvenida son convocados por los familiares, no tanto por los propios presos. Pero la renuncia, aunque sea simbólica, es un paso importante en un contexto de acercamiento entre Bildu y el Gobierno de Pedro Sánchez. 

Hace apenas mes y medio, el líder de Bildu, Arnaldo Otegi, fue sorprendido en un video hablando a su militancia de Eibar (Guipúzcoa) en la que reconocía que «si para sacar a los 200 presos tenemos que votar los Presupuestos, los votaremos». 

Aquella frase tensó un acercamiento entre el Gobierno y Bildu que pretende convertir a Bildu en socio preferente de Pedro Sánchez frente al PNV, algo que ya ha dado sus primeros pasos con el decisivo apoyo de Bildu a los Presupuestos Generales del Estado. Tras el paso dado hoy por los presos de ETA, esta relación se allana más si cabe. 

Cada vez son más las voces que ven en este acercamiento entre la izquierda abertzale y el Gobierno de Sánchez, con el apoyo ahora de los presos de ETA un futuro pacto para echar del Gobierno Vasco al PNV y conformar un tripartito PSE-Bildu-Podemos. Algo que los nacionalistas tradicionalistas lo niegan. 

Los ongi etorri discretos en el «ámbito privado» que prometen ahora los terroristas es una práctica que se ha dado casi siempre en Francia. Allí la legislación es más dura respecto a este tipo de actos de ensalzamiento de los asesinos y los presos encerrados en aquel país no dudan en no enfadar al Gobierno de Macron. 

En el país galo, los etarras que salen de la cárcel son llevados directamente a su localidad de residencia, se les acoge en una Herriko Taberna o sociedad particular y nadie más se entera de la celebración.