La crónica política
Sánchez y amigos S.L.: Celaá y los otros 14 enchufes más notorios del presidente
El presidente siempre encuentra un hueco para los caídos, sus caídos. Menos para Iván Redondo, que se queja en privado de que está boicoteándolo. De París al Vaticano, no hay destino pequeño
Dicen de él que es un killer, cuando en realidad Pedro Sánchez sabe cómo cuidar a los amigos. Hasta la revista satírica El Jueves le dedicó una portada sujetando un enchufe tamaño XXL. «Enchufes Sánchez», rezaba el letrero.
Su decisión de situar a Isabel Celaá como embajadora ante la Santa Sede tras los servicios prestados con la aprobación de la polémica LOMLOE –aunque aún falta el plácet del Vaticano– ha sido la última vuelta de tuerca.
Para la educación concertada, una «provocación». Para el PP, cuando menos, un enchufe sideral para quien no es diplomática de carrera ni cumple ningún «criterio de idoneidad», en palabras de la portavoz del partido en el Congreso, Cuca Gamarra.
La Asociación de Diplomáticos Españoles no da crédito. No lo daba ya cuando en octubre otro exministro de Sánchez corrió la misma suerte que Celaá: José Manuel Rodríguez Uribes, hasta julio titular de Cultura, fue designado embajador ante la Unesco en París. Meses antes, la exministra de Sanidad Carmen Montón fue agraciada con el cargo de embajadora observadora permanente ante la Organización de Estados Americanos (OEA), en Washington.
El puesto de Uribes lo había ocupado hasta entonces Andrés Perelló, un histórico de la corriente Izquierda Socialista que tampoco salió mal parado con el cambio: nuevo director de la Casa Mediterráneo por cortesía del jefe de filas de los socialistas.
Sánchez siempre encuentra hueco, salvo para Redondo
El presidente siempre encuentra el hueco para los caídos. Menos para Iván Redondo, que se queja en privado de que Sánchez está boicoteándolo. Pero el que fue jefe de Gabinete del socialista antes que Redondo, Juanma Serrano, corrió mejor suerte. De hecho, con él empezó la larga lista de colocados una vez que Sánchez llegó a La Moncloa y cambió el colchón heredado de Mariano Rajoy.
A Serrano le tocó la Presidencia de Correos. A Óscar López, amigo de Sánchez y exsecretario de Organización del PSOE, la de Paradores Nacional. No obstante, este último es desde el verano el nuevo jefe de Gabinete del presidente.
Entre aquellos primeros dedazos de Sánchez, especialmente polémico fue el de José Félix Tezanos al frente del CIS. Un organismo público que hasta entonces había mantenido una apariencia de neutralidad y a partir de ahí pasó a manos de un socialista de carnet. Concretamente, del responsable de Estudios y Programas del PSOE.
Y tanto o más lo fue el dedazo de Dolores Delgado, reubicada como fiscal general del Estado al comienzo de esta legislatura, nada más abandonar el Ministerio de Justicia. De biennacida es ser agradecida, y «Lola» lo sigue siendo casi dos años después: el viernes ordenó a la fiscal del caso Juana Rivas que pidiera su libertad total tras haber sido indultada parcialmente, haciendo así el resto del trabajo al Ejecutivo. Aunque el juez no aceptó.
En contra de la decisión de la Fiscalía
El juez rechaza dejar en libertad a Juana Rivas aludiendo a los «abusos sexuales» que sufrió uno de sus hijos
Claro que el récord lo tiene Irene Lozano, autora de Manual de Resistencia, la supuesta autobiografía de Sánchez que luego resultó que no había escrito él. Cuatro veces ha sido colocada en poco más de tres años. La primera, como secretaria de Estado de la España Global. La segunda, como presidenta del Consejo Superior de Deportes. La tercera, como diputada del PSOE en la Asamblea de Madrid (al menos para ello tuvo que concurrir a unas elecciones). Y la cuarta, como directora de la Casa Árabe.
Su puesto en el CSD lo heredó otro con quien Sánchez se sintió en deuda, o a quien quiso quitarse de en medio: el hasta marzo delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid, José Manuel Franco, que también era secretario general del PSOE de Madrid.
Cuando en mayo se confirmó la debacle socialista en las elecciones madrileñas, Franco dimitió y también lo hizo Ángel Gabilondo. A este último le cayó en suerte el cargo de Defensor del Pueblo. El presidente contó esta vez con el necesario visto bueno del PP.
No muchos recuerdan que Sánchez ha sido capaz, incluso, de buscar acomodo a su mejor amigo de la infancia: Ignacio Carnicero, desde junio de 2020 flamante director general de Agenda Urbana y Arquitectura. De hecho, la Dirección General fue creada ex profeso para él, puesto que anteriormente no existía en el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.
Y ya que estaba, el presidente también buscó empleo a la mujer de su amigo, la arquitecta Lorena del Río, como directora de Proyectos y Gestión Inmobiliaria de la Sociedad Mercantil Estatal de Gestión Inmobiliaria de Patrimonio (SEGIPSA).
En Red Eléctrica hay un puñado de socialistas, empezando por Beatriz Corredor
En otra empresa participada en un 20 % por el Estado, Red Eléctrica, Sánchez puso a su amiga Beatriz Corredor cuando Jordi Sevilla dimitió como presidente harto de las injerencias –según su versión– de la vicepresidenta Teresa Ribera. De aquello hace ya casi dos años y desde entonces el plantel de socialistas en nómina de Red Eléctrica no ha dejado de crecer. La última en incorporarse fue, en junio, la exdiputada del PSC Elisenda Malaret.
Del PSC es también el exalcalde de Barcelona Jordi Hereu, flamante presidente de Hispasat desde septiembre de 2020 gracias a la generosidad de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Es decir, de Sánchez.
Queda por colocar Pepu Hernández, quien fuera candidato del PSOE a la Alcaldía de Madrid, que dimitió hace tres meses. Aunque en su caso es más bien el exentrenador el que no se deja recolocar: ha acabado desencantado tras probar las hieles de la política.