Los partidos más perjudicados por el sistema electoral de Castilla y León

Hecha la ley, hecha la trampa, se suele decir. Aunque es una discusión que viene de lejos, el sistema electoral vigente en España provoca en ocasiones desigualdades en el reparto de los escaños. Que la circunscripción sea provincial (como ocurre en las generales o en las elecciones de Castilla y León de este domingo) permite que aquellos partidos que concentran sus apoyos en un territorio concreto consigan mayor representación que aquellos cuyos votos están más repartidos.

Tras unas elecciones es habitual que surja la polémica de si este sistema es tan proporcional como se plantea en la teoría. Si lo aplicamos a las últimas elecciones de Castilla y León, la ley electoral ha sido especialmente «dañina» con algunos partidos. Suelen decir los expertos en opinión pública y demoscópica que el sistema electoral español no está pensando para que concurran más de tres partidos con aspiraciones reales de victoria.

En las provincias que aportan pocos escaños a la composición de las cortes de Castilla y León es muy difícil que las listas que quedan en cuarto o quinto lugar consigan un procurador. Podemos y Ciudadanos (Cs) han sido los partidos que se han visto más perjudicados por el sistema en esta ocasión. Con muchos más votos que otras formaciones (como Soria ¡Ya! o Unión del Pueblo Leonés) han conseguido muchos menos procuradores.

Por resumir, la formación morada ha necesitado 61.290 votos para conseguir un escaño, mientras que Cs ha tenido que reunir 54.186 votos. Por el contrario, la formación local Soria ¡Ya! ha sido la gran beneficiada por el sistema. Al aglutinar el voto en una única provincia ha rentabilizado al máximo cada apoyo. Cada procurador le ha «costado» 6.130 votos, es decir, diez veces menos de lo que le ha costado a Ciudadanos conservar el escaño de Igea.

El Partido Popular, también se ha visto favorecido, necesitando 12.222 votos por cada procurador, lo que es algo más habitual, ya que este sistema electoral suele beneficiar a las primeras fuerzas. El sistema ha querido que con 54.000 votos menos que en 2019 haya conseguidos dos escaños más. Así son las reglas del juego.

Castilla y León, como el resto de las comunidades autónomas, tiene una serie de singularidades debido a su población. En cuanto al número de escaños que pone en juego cada provincia, la ley establece que a cada una de las circunscripciones se le asigna, inicialmente, tres representantes, cifra a la que se le suma uno más por cada 45.000 habitantes o fracción superior a 22.500.

El mapa de cuántos escaños aporta cada circunscripción en función de su población sería el siguiente: Soria aporta cinco escaños, Segovia seis, Ávila siete al igual que Palencia y Zamora, Salamanca diez, Burgos 11, León 13 y Valladolid 15.